Mientras Duermes, en la que se basa la película de Jaume Balagueró.. Especiales y artículos de terror en Aullidos.COM">

Entrevista a Alberto Marini


En el Festival de Sitges estuvimos con Alberto Marini, el guionista y autor de la novela Mientras Duermes, en la que se basa la película de Jaume Balagueró.

¿Cómo te viene la idea de Mientras Duermes, o como se llamaba al principio, Flatmate?

Trabajo siempre primero creando los personajes y luego decido en qué aventuras meterles. El personaje principal, que al principio se llamaba Cillian, era una persona inmensamente envidiosa, con una filosofía de vida que se basa en hacer daño a los demás.

De ahí se mezclaron los temas como el tener razones para vivir cada día, el sufrimiento por la felicidad ajena… Hacer que el personaje solo sintiera ganas de vivir haciendo que los demás sufran.

Una vez creado el personaje, tocaba decidir qué trabajo darle. Coincidió con que me quería ir a vivir a Nueva York y vimos algunos apartamentos, y aparte de que rápidamente nos dimos cuenta que no podíamos vivir allí, me fijé que la figura del portero era extremadamente importante en los edificios. De hecho, como elemento de venta de los apartamentos nos hablaban bien del portero: decían que era una persona de confianza, que tenía la llave de la casa, podéis dejarle cualquier cosa… Y pensé: este señor, que es un completo desconocido para mí, va a poder entrar en mi casa. De ahí salió la idea del personaje completo.

Luego también leí en un artículo en el que se hablaba de personas que viven durante mucho tiempo en el mismo piso con los propios propietarios, sin que estos se dieran cuenta. Me pareció extremadamente interesante, hasta el límite de lo inverosímil… Todo eso es la fuente de inspiración.

En otro tipo de película, seguramente Estadounidense, la protagonista sería la chica que sufre las visitas de alguien, un villano, en su piso…

Sí, le dimos un poco la vuelta, fue interesante. Creo que se ha hecho bastante, no somos extremadamente originales en la idea de jugar a violar la intimidad y atacar a la víctima en su piso, pero lo interesante era estar con el villano. La idea era no identificarnos con el portero, pero sí llegar a empatizar.

Es un villano que no tiene conocimientos extraordinarios, no es un experto en armas ni tiene una motivación de “quiero golpear al Oriente Medio”, “quiero castigar los pecados capitales”… No, nada de eso. Es una persona mala, que piensa mal y que tiene un problema en actuar. Y en esta incapacidad yo creo que se puede conectar con el público, ya que es un personaje que no puede, quiere con toda su alma conseguir algo, con lo que cuando lo consigue ya estás de su parte.

La clave de la película era un poco eso, no identificarse pero si compartir lo que quiere conseguir y ver lo que sufre por no hacerlo.



(Alberto Marini firmándonos un ejemplar de la novela en Sitges)


Y tampoco es un personaje extremadamente violento.

No, no, de hecho mucha gente me dice que esperaban un estallido de violencia mientras avanzara la película, pero es un personaje que no se siente cómodo con ella. Incluso hay un momento que se plantea hacer daño pero se frustra, y cuando hay algo de violencia es un tipo muy patoso.

Para dar un ejemplo de violencia de este tipo te diría la escena de la ducha en Promesas del Este, donde es muy física, muy real, hay respiración…

De hecho es más fácil poner violencia a cascoporro para impactar al espectador.

Sí, ahí te puedes arriesgar con el guión y creo que Jaume ha jugado fuerte con él, no podría estar más feliz. Luego llegaron Luis Tosar, Marta Etura, Petra… Incluso la productora se comportó genial, ya que era una película que perfectamente podría rodarse como una tv-movie, con poco presupuesto, pero quisieron apostar por algo grande. No podría estar más orgulloso.

Una de las cosas que más llaman la atención de la película es el tempo y el ritmo que tiene, casi como un compás que va aumentando las pulsaciones con cada minuto… ¿Es así en la novela o en el guión original?

Esto es Jaume, que para mí es un maestro de los tiempos, los domina muy bien. En el guión original, que no la novela, se juega mucho con la rutina, siempre circular, con ligeros cambios en cada vuelta. Si lo hubiera rodado así, seguramente la película hubiera sido mucho más lenta, pero él ha sabido darle la justa medida.

Creo que es un ritmo muy correcto para la película, ya que el protagonista es un psicópata, sí, pero no asesina, no es el típico malo. Es un malvado de las pequeñas cosas… y la película sigue su evolución interna, como poco a poco va perdiendo los papeles y como se enfrenta a una chica que haga lo que le haga siempre sonríe.

En papel puedes escribir lo que quieras, pero si al trasladarlo a la pantalla no sabes medirlo bien… Si en el guión pones “camina por el pasillo”, es muy sencillo, pero el papel del director y el montador es decidir cuánto dura este camino por el pasillo. No es nada fácil.





Sí, César tiene esos pequeños gestos en su rutina que también muestra la película…

Es lo que te comentaba de los pequeños actos malvados. Por ejemplo, el hecho de que toque los productos de belleza de la chica. Si alguna chica supiera que ha tocado su crema corporal un desconocido, no digo que les haya puesto cosas, solo que lo hayan tocado, seguro que tiraría el bote.

La cosa de esta película es jugar a las pequeñas acciones que no parecen nada trascendentales pero que turban mucho. Con Jaume comentaba otro ejemplo, y es el que bajes al parking y veas que alguien ha entrado en tu coche. Tan solo saber que ha estado ahí te turba muchísimo, eso es lo que pretendíamos transmitir.

César debajo de la cama es casi como el coco, ¿no?

Sí, teníamos una apuesta directa con ello. Antes de nada admirar el trabajo de Pablo Rosso, que es capaz de iluminar debajo de una cama sin que parezca que haya ninguna luz ahí, es de genio.

Dicho esto, es muy icónico que alguien haya debajo de la cama. Es el miedo que tenemos desde niños, que superamos porque los monstruos no existen, pero es algo que está en el subconsciente. Que te puedan atacar cuando estás en tu casa durmiendo, es lo peor que te pueda pasar, al menos en términos de miedo…

A ti te dicen que ha habido alguien en tu casa, esta noche, mientras estabas durmiendo, te inquieta a niveles increíbles. Y creo que tanto Jaume como Pablo han conseguido recrear muy bien esa idea, la del coco que sale poco a poco de la cama para comerte…

¿Y qué es más cómodo, escribir un guión o una novela?

Bueno, novelas es la primera que escribo. Más complicado es un guión, siempre que lo hagas bien, porque no deja de ser un instrumento que permita a los demás saber cómo va a ser el producto final, a muchísimas personas. Tiene unas reglas muy complicadas, no solo las de tiempo y espacio, sino que tienes que saber que las personas que leerán el guión no son el público, sino gente que trabaja, así que tienes que tener en cuenta qué necesitan para trabajar. Eso a nivel técnico.

En la novela tiene una libertad absoluta porque a quien te enfrentas directamente es al lector, con lo que transmites directamente la idea. Por otro lado, el guión no deja de ser un instrumento, con lo que pasas la responsabilidad a los demás (el director y su eqiupo, los actores…). Pero cuando haces una novela eres el máximo responsable de que funcione y de que transmita lo que tenga que transmitir al lector.

En resumen: técnicamente más difícil un guión, a nivel emocional mucho más la novela.

¿Y las diferencias del proyecto original, con el guión de Flatmate, y lo que ha acabado siendo Mientras Duermes?

Bueno, a parte de los cambios de lugar y los nombres de los personajes, el guión era mucho más taliban de lo que es el actual. Nunca se salía del edificio, siempre estábamos con César, de hecho hasta se oían sus pensamientos, eran siempre círculos de rutina… En aquel momento, cuando César se llamaba Cyllian, se basaba mucho en sus pensamientos.

Pero quisimos darle otro enfoque y basarnos en lo que hace, no en lo que piensa. Así que hicimos un trabajo de transformar pensamientos en acciones junto a Jaume. De hecho él ha sido clave para el guión porque hay un trabajo importante suyo detrás, pero tiene mucho respeto por el trabajo de guionista y no quiso entrometerse o firmar el guión.

¿Y hacer la novela, cómo surge?

Pues surge un poco de mi frustración por haber tenido que eliminar secuencias de la película y de crear nuevas. Al principio por ejemplo habían muchas secuencias que pasaban en lugares típicos de edificios de Nueva York, cómo la sala de lavandería, que obviamente se tuvieron que quitar porque aquí no hay.

Total, al final me quedó la idea siguiente: ¿qué pasa si pensamos que este personaje vive más allá de la película? Tenía vida propia, así que cogimos a un personaje en Nueva York que tiene la misma filosofía de vida y el mismo trabajo, pero que al final es un personaje distinto. Ese es el protagonista de la novela.

Se enfrentan a entornos culturales distintos y las cosas que les pasan también son distintas. De hecho hay personajes que cambian, situaciones completamente distintas (como la relación con la madre) e incluso el final es distinto para ambos formatos… Son materiales complementarios, tanto la novela como la película.




 
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