Villanos de Videojuegos

Por El Gamer Macabro

SÓRDIDO

Visto en: Saga "Simon The Sorcerer"

Pocas palabras del diccionario resultan tan apropiadas para sintetizar la idea de vileza como “sórdido”. Un nombre ideal para un villano recalcitrante que ha protagonizado tres de las cinco entregas en la popular saga de aventuras “Simon the Sorcerer” , más pinballs y puzzles.

Sórdido es el mago más temido de un universo mágico emplazado en una dimensión paralela a nuestro mundo, en el que concurre todo tipo de criaturas fantásticas e inhabitantes de la literatura, el cine y los videojuegos de género.

Su creciente popularidad como megalomaníaco empecinado en gobernar el universo, más la afluencia de caballeros, magos y valquirias que apostan en sus tierras con intención de destruirlo, ha tenido efectos positivos en el turismo y multiplicado las ganancias de bares y tiendas. Aún así, esto no impide que muchos comerciantes sigan teniéndole pavor, y que algunos, como los vendedores de coliflor, prefieren cerrar el chiringuito y largarse antes de que el malvado mago, famoso también por su bien amueblada Cámara de las Torturas, la tome con ellos por problemas en los envíos a domicilio, ya que Sórdido lo compra todo por encargo en cantidades industriales.

Al no tener un rival capaz de pararle los pies, el mago bueno Calypso busca un héroe improvisado en otras dimensiones, y de entre los muchos candidatos elige a un adolescente de nuestro mundo llamado Simon, que viaja junto a su perro a este universo de fantasía a través de un portal mágico abierto accidentalmente con un grimorio.

Simon se ha librado de sus deberes de instituto, pero en su lugar debe cumplir una tediosa misión de salvamento si quiere volver a casa. Calypso, previendo su derrota ante Sórdido, le ha dejado en casa las instrucciones de su rescate.

Así pues, con más bien pocas ganas, y vestido con un estúpido disfraz de mago, Simon se ve obligado a lidiar con tenderos bicéfalos, gusanos de la madera, trolls de puente, enanos, brujas, gigantes, árboles encantados, dragones, momias, druidas, escapar de mazmorras Goblin, chantajear a un fanboy de Gollum, desencantar a una Rapunzel mutante y sobrevivir al repugnante pote cenagoso del Swampling, entre otras muchas cosas.

La Fortaleza del Mal de Sórdido se alza en mitad del Valle del Mal, en los volcánicos Picos Escarpados, copada de estatuas de piedra de todos los pretendientes a matarle, desde que al mago le hiciese gracia el hechizo de petrificar leído en un libro infantil.

Sórdido, devoto del pastel de anchoas con gelatina y las sales de baño, vive solo en su morada, custodiada únicamente por una caja carnívora antropomórfica, un Espejo Espía y sus dos sirvientes demoníacos, Atrapa-eruptos y Sopla-mocos, popularmente conocidos como Max y Gerald.

Una vez Simon se deshace de ellos, con su habitual ingenio y mala leche, utiliza a Sparky, el teletransportador de Sórdido, para llegar a los Terribles Fosos de Rondor, y encontrarse cara a cara con el infame hechicero. El duelo de magos termina con victoria para Simon, que tira al río de lava la varita de Sórdido para romper los encantamientos, y posteriormente al propio mago, que revienta en pedazos.

Meses más tarde, en una solitaria granja de otro mundo, un joven llamado Runt está jugando a escondidas con las oscuras artes de la magia en su habitación. Su padre se lo tiene prohibido, quiere que trabaje en la granja como sus hermanos, pero Runt aspira a algo mejor, más oscuro y ambicioso, con que poder darle una lección a su familia.

Con ayuda de un libro de magia comprado a un desconocido, y la accidental intervención de su padre, al quemárselo y arrojarlo sobre un pentagrama de tiza, el espíritu de Sórdido se comunica con Runt, y le ofrece un puesto de aprendiz a cambio de ayuda para resucitar, y así conquistar juntos el universo.

La culpa de que estas cosas pasen, según Melissa Leg (futura compañera de Simon), es del propio Simon, por haberle arrojado a un foso de lava.
No puedes darle una muerte poética y dramática a un villano, porque la gente malvada se encariñará de él y su carisma invitará a una resurrección. Como apunte, sugiere que la muerte definitiva de Sórdido sería atragantándole con un sándwich.

El tiempo pasa, y en la recién reconstruida Fortaleza del Mal, Runt y su Maestro, temporalmente encarnado en un robot infernal, tienen todo preparado para poner en marcha su diabólico plan, en el que Simon es una pieza clave.
Sórdido, antaño poderoso mago del Círculo, expulsado por romper repetidamente casi todas las normas, ha preparado un dispositivo mágico para traer de vuelta a Simon a este mundo, un armario teletransportador, para un viaje de sólo ida.

La curiosidad de Simon por conocer el fondo del extraño armario aparecido en su habitación le devuelve a sus galas de mago, esta vez en flamante color rojo.

Cambiando las tornas, ahora es Simon quien pide ayuda a Calypso, regente de una tienda de magia junto a su sobrina Alix, para hacer funcionar de nuevo el armario.
Para lograrlo sólo necesita encontrar una sustancia energética llamada Blandimoco, un objetivo simple en apariencia, pero que le hará codearse nuevamente con todo tipo de personajes bizarros, una Dama del Lago a jornada parcial, Long John Silver, M.A. Barracus, brujas videntes, la ladrona de porridge Ricitos de Oro, un genio de lámpara ebrio, un club de lunáticos, otro de roleros, la Corte Real, más goblins, y viejos conocidos, como Swampling (director del monopolio de fast-food MucSwampling), los gusanos de la madera o el dúo demoníaco Max y Gerald.

Mientras Simon recorre poblados, ciénagas, mares e islas perdidas en busca de Blandimoco, Sórdido se debilita en su fortaleza. Su alma abandona la armadura robótica y es devuelta al Infierno, donde aguarda la tortura eterna, hasta que Runt no encuentre a Simon y pueda usar su cuerpo para ser libre.
El aprendiz rápidamente envía a la tienda de Calypso a los dos sádicos Cerdos Voladores de Sórdido en busca del muchacho, que al no encontrarlo, toman a Alix de rehén.

A Calypso no le queda otra, sabe que Simon pasará de ayudarle, así que sabotea el armario para chantajearle, obligándole a rescatar a su sobrina si quiere regresar a casa.
A lomos del león Masala, Simon cabalga en contra de su voluntad por desiertos, fondos oceánicos, estepas heladas y autopistas colapsadas, hasta adentrarse nuevamente en la Fortaleza del Mal, esta vez custodiada por Horrores Innombrables. No tarda en compartir celda con Alix.

Tras un intento infructuoso de huida, Runt captura a Simon y consigue atarlo a la camilla contigua donde yace la armadura robótica de su Maestro. Mientras el aprendiz ultima detalles, el alma defenestrada de Sordy sufre los horrores infernales de la humillación, la tortura física y psicológica de su madre, una anciana gigante y grotesca que le ceba interminablemente con cucharas de porridge, su comida más odiada, mientras le recuerda como de pequeño los niños del cole le llamaban con razón apestoso, feo y cagón, y la vergüenza que había tenido que pasar siendo madre de un monstruo sacrílego y fariseo del demonio. Afortunadamente para él, Runt envía a Simon al infierno para realizar el intercambio, y Sórdido se reencarna en el cuerpo del muchacho, mientras que el alma de éste pasa a la armadura robótica.

El plan de ambos ha salido a la perfección. Sórdido, en su nuevo cuerpo humano, viaja a nuestra dimensión para conquistar el universo, y Simon, amordazado, es confundido por Sórdido y llevado por Calypso a la plaza del pueblo para ser ajusticiado a tomatazos por la gente. Cuando descubren la verdad ya es demasiado tarde.