Contracted » Crítica

Por Carlos Marín

Contracted es un ejemplo de libro y manual para los que quieran entender el indie horror - o mumblegore - como tendencia. Pocos personajes, localizaciones centradas, tema principal como tótem, fuego lento y sí, joder, Simon Barrett. A partir de ahí, puede salir por cualquier lado; en este caso, por la tangente Cronenberg más cercano a La Mosca, donde la destrucción del cuerpo precede y une a la destrucción de la propia alma humana (sic). Rimbombante y pesado, sí, un rato. Pero hay gusanos saliendo de vaginas y eso, ay eso siempre tiene su qué.

De hecho no se corta, para nada, ni tampoco lo quiere. No se define como una experiencia gore en ningún momento, pero sí que comparte esa alegría con el bueno de David de externalizarlo todo a base de carne... con todo lo que eso conlleva. ¿Que les lleva lejos? La película va allá. ¿Que podría ser más gratuita? No tiene sentido, frena y pone criterio. Es difícil, porque el material encima de la mesa te da para ser la polémica del mes o para aburrir a tu audiencia, con lo que tira por la decisión más inteligente -y abanderada- por su contexto: que me levante esto los personajes.

Y los personajes son la película. Punto. Pintados en ocasiones a brocha gorda, como una novia de la protagonista que grita cliché a pleno pulmón, pero dibujados al fin y al cabo. El pagafantas es el maldito pagafantas, no viene a cambiar eso. Casi que prepara el terreno para que sus protagonistas tomen las decisiones (in)correctas en pleno tercer acto, cuando ya toda la carne está en el asador y solo queda la cosa explote. Acertadísimo ese rumbo, en especial por su afán de transformar el film en algo completamente distinto de lo que había empezado. ¿Veis? Otra característica de los indies.

Pone la cámara en el cogote de su chica protagonista y no la suelta, con lo que mucho peso cae en dos golpes de efecto: 1) el brutal maquillaje de la muerte en vida y 2) la fuerza de tu actriz principal. Ambos cumplen, de sobras y con alegrías. No es fácil. Es casi un leit motiv a nivel artístico. No es fácil hacer un bicho de este tamaño sin que te coma la autoritis, y creo, de verdad, que lo consigue. Repito, protagonistas, maquillaje, inteligencia. Suficientes para quedar en memoria antes, durante y posteriormente al pase No. Es. Fácil.

Mala leche por bandera, mucho autocontrol y ganas (las justas) de provocar al personal, Eric England se saca de la chistera un producto que podría haber sido todo un desastre más en la lista de festivales, para quedar como una preciosa piedra más para el camino que puede dar una filmografía forjada a este ritmo. Hace unos años, hablábamos de un tal Adam Wingard por el mismo camino, con una tal A Horrible Way to Die. Y ahí está su Tu eres el siguiente para demostrar que esto del mumblegore crea escuela, sí, pero también camino. Que llegue, por favor, y que lo haga vivo y sin oler.

Lo mejor: su uso de los personajes, el menos es más y la metáfora (fina y gorda).

Lo peor: ritmo, bueno, pero mejoraría. El breve, brevísimo toque de concienciación al espectador.

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