Llegó el momento. La película de súper-héroes que enfrentará a los dos héroes más célebres de su universo ha llegado. La película continúa los eventos catastróficos de la aventura anterior, y la destrucción causada al final de la misma. En una secuencia inicial en África, durante una intervención del héroe vestido de azul, se producen muertes inocentes, lo que hace que un organismo político intervenga, con la intención de regular la actividad súper- heroica. Incluso contaremos con un evento en la sede de ese organismo político. Desgraciadamente el villano se ha propuesto boicotear ese evento con el fin de asegurar el enfrentamiento de nuestros héroes.
El malo es un villano clásico del héroe de azul, pero esta vez, han escogido a un actor considerablemente más joven, su tono es algo más excéntrico, y las motivaciones del personaje tienen un fundamento más familiar, y mucho más personal. Os suena, ¿verdad? ¿Qué tal si os digo que un elemento determinante en la pelea final está relacionado con la misteriosa muerte de los padres del héroe de la armadura?
Para muchos de los que vimos "Batman V Superman: El Amanecer De La Justicia" hace un mesecito, reencontrarnos con elementos tan similares nos llamó mucho la atención, y, si bien, son películas distintas, e incluso sus similitudes están tratadas de forma muy diferente, llama mucho la atención encontrar tantas cosas parecidas.
No es la primera vez que ocurre esto. En los años 60, DC y Marvel sacaron a la luz, casi a la vez (en este caso también fue DC quien se adelantó), dos series de cómic muy similares: DC lanzó Doom Patrol, un cómic que contaba las aventuras de un grupo de héroes marginados por la sociedad, con extraños poderes que muchas veces eran incómodos, y determinantes en su exclusión social, liderados por un hombre maduro, con poderes mentales, confinado en una silla de ruedas. Poco después Marvel lanzó X-Men.
Lo cierto es que no creo que ni entonces, ni hoy, haya habido plagio de ninguna clase. A veces estas casualidades ocurren, y en este caso, ha servido para mostrar ciertas similitudes, pero especialmente, para evidenciar las enormes diferencias entre el DC y Marvel de hoy en día. Uno, quizá demasiado orientado al drama extremo, a la oscuridad, y al elemento adulto, pero otro, demasiado orientado al formulismo poco comprometido, obligatoriamente positivo, a ratos, gratuitamente humorístico, y necesariamente amable. Incluso cuando ocurre algo muy chungo, se le da un cierre con palabras amables y buen rollo.
Así, el intento de mantener la sonrisa y no romper con la tónica simpática de Marvel hace que mientras los personajes se pelean, sus diálogos sean del tipo “Pero seguimos siendo amigos, ¿verdad?”, o que mientras alguien se enfrenta al Capitán, le dirá “¡Vaya! ¡La verdad es que sigo siendo un gran fan tuyo!”, y entre chascarrillo y chascarrillo, el único drama será el del dueño de ese camión cisterna que los “héroes” acaban de destruir, o de esa aerolínea que acaba de cancelar todos sus vuelos, porque lo que son ellos, ¡se lo están pasando pipa, oiga!
Es muy difícil entrar en el conflicto que postula la película, si ni siquiera los personajes terminan de participar de él, y una lucha de dos posturas acaba pareciendo una especie de partido de balón prisionero en el patio del cole.
En el caso de esta película, la mayor parte de los problemas que les dividen en bandos, se solucionarían con meras conversaciones, explicaciones de menos de cinco minutos (Al menos Batman y Superman no se conocen, no tienen conversación, sólo diferencias duras, o incluso insalvables), pero los únicos diálogos que se dedican en esta peli antes y durante la lucha, son los ya expuestos chascarrillos.
También, tras ver la película sales con la duda en la cabeza de si realmente el villano, habiendo visto cual es su arma definitiva, y el hecho de que su plan sale bien gracias a que el Capi es incapaz de mentir, no podría haber usado esa “arma” al principio de la peli, ahorrándose una trama incómodamente cara para un villano sin ejército ni fondos.
La película, quitando estas pequeñas taras narrativas, sus extraños cambios de rumbo de personajes, y la necesidad incuestionable de haber visto un buen puñado de las anteriores para poder disfrutar de ésta (¡perdonados! Las secuelas funcionan así, pero antaño podías ver Indy empezando por la tercera, y no pasaba nada), tiene buena acción, muy buena imagen, y en conjunto, es una peli firme, aunque tristemente, y teniendo tanto a su favor (salen prácticamente todos los Vengadores y nos introducen dos nuevos súper-héroes muy chulos), no está a la altura de las dos anteriores aventuras del Capi, estando Winter Soldier (2014) a la cabeza, pero First Avenger (2011) ligeramente por encima, ya que, al fijarse menos metas que esta tercera incursión, las acaba cumpliendo con más eficacia.
En definitiva, “bien, bien, pero...” porque si empiezas a pensar en ella con Winter Soldier (2014), Iron Man (2008), Increíble Hulk (2008), o Guardians Of The Galaxy (2014) en la cabeza, verás que para los ingredientes con los que cuenta ésta, no es ni de lejos lo mejor que podría ofrecer Marvel Studios, y, en la opinión del que escribe, se queda un par de peldaños por detrás de “la otra peli de súper-héroes que se pelean” de este mismo año.
Lo mejor: Falcon, siempre es un personaje muy bien medido. Black Panther y su génesis. Y tía May, no me digáis por qué, ¡pero Marisa Tomei me encanta!
Lo peor: Los chascarrillos payasos en lugar de diálogos de verdad. Los conflictos no resueltos porque los personajes en lugar de dar la mínima explicación, pasan a la pelea (si, aderezada con pullitas tontísimas), y los momentos en los que Tony Stark alude a una amistad con el Capi, que si bien en los cómics sí han tenido, nunca se llegó a cuajar en el cine, en que los diálogos entre ellos eran... Si, ¡vaciles, pullitas, y chascarrillos!