Cazadores de Sangre » Crítica

Por Miguel Martín

Uno podría esperar que una película que cuenta con la bizarra idea de mezclar al actor (es un decir) Steven Seagal con el cine de vampiros fuera por lo menos entretenida. No buena, pero sí entretenida. Por ello resulta imperdonable que “Cazadores de sangre” sea tremendamente aburrida, repetitiva hasta la extenuación, sosa hasta decir basta. Por supuesto que también es mala, ridícula por momentos. Pero esto era algo previsible desde un primer momento.

Una infección ha convertido a la práctica totalidad de los seres humanos en vampiros sedientos de sangre. Los pocos inmunes viven aterrorizados huyendo de los nuevos depredadores. Menos mal que todavía quedan grupos que se dedican a acabar con estos vampiros, los denominados y casi legendarios Cazadores de sangre.

Toda la acción de la película se desarrolla en un hospital plagado de vampiros (aunque por momentos parezcan zombies al más puro estilo “28 días después” o “El amanecer de los muertos”), lo que a priori podría sugerir un ambiente claustrofóbico y opresivo. Lástima que solo logre poner de manifiesto una alarmante falta de presupuesto, algo que queda subrayado por el insoportable reciclaje de escenas (hay imágenes que se repiten incesablemente a lo largo de toda la cinta). Los personajes aparecen y desaparecen de escena sin venir a cuento, se separan cuando les viene en gana, mueren sin ningún tipo de tensión dramática y sin que le importe a nadie (al espectador menos, huelga decir). No hay una trama en sí misma, sino que todo parece girar en torno a los mismos pasillos y a las reiterativas conversaciones para rellenar metraje. Para redondear la jugada, todo el plantel de actores resulta pésimo. Al menos el bueno de Steven Seagal intenta poner cara de afectación en un momento dado (lo que se traduce como un parpadeo levemente más largo de lo habitual, tampoco pidamos peras al olmo).

Los cazadores a los que hace referencia el título de la película van ataviados con chupas largas de cuero negro y utilizan katanas para desmembrar vampiros, lo que no hace más que reforzar su similitud de planteamiento con la saga de Blade (pero en malo, claro). Desgraciadamente el catálogo de plagios-homenajes no termina ahí, atreviéndose incluso a calcar cierto planteamiento de esa obra maestra de la literatura que es “Soy Leyenda”, de Richard Matheson. Si no fuera todo tan patético, cutre y ridículo, este intento de comparación de ideas podría resultar incluso ofensivo. ¿Pero quien podría tomarse medianamente en serio una peli de estas características?

» Ficha de la Película