Sitges 2011: Resumen del día 6

Por Redacción Publicado el 11/10/2011

Melancolía, Emergo, Twixt...

Hoy era un día muy esperado por muchos, sobretodo porque se podrían ver dos de los últimos trabajos de grandes nombres del cine, Lars Von Trier y Francis Ford Coppola.

Antes de nada hemos podido ver Emergo, la primera película del catalán Carles Torrens, producida y escrita por Rodrigo Cortés, el hombre detrás de las magníficas Buried y Concursante. La película es otra revisión de un fenómeno paranormal visto con el punto de vista de primera persona, un recurso narrativo tan utilizado que a nadie sorprende.

Por lo tanto, se esperaban que las sorpresas vinieran por otros lugares, pero no: se trata de otro film con elementos paranormales, sustos y sí, alguna que otra escena dirigida con mucho talento y energía. Otra más de la inmensa lista que hay, poca cosa nueva aporta. Su historia se centra en un grupo de investigadores paranormales que tratan de ayudar a una familia acosada por la pérdida de uno de sus seres queridos. Perfecta para dar un par de saltos en la butaca, y ya.

Justo después el Auditori se ha llenado (sobretodo de prensa) para ver la última película del polémico Lars Von Trier, Melancolía. La película cuenta los sucesos en una boda (bastante snob) donde las apariencias engañan y con el telón de fondo del fin del mundo: un planeta gigante llamado Melancholia va de cabeza a estrellarse con nuestra Tierra.

De un sentimentalismo único, una dirección increíble y, en general, un preciosismo absoluto se convierte en una de las películas del año, siempre que uno sea seguidor de su director obviamente. Los enemigos de su cine (y de su persona) se encontrarán con una repetición aumentada de sus temas, de sus ganas de destrucción y de su poderosa narrativa. Magistral.

De seguidas la otra esperada del día, Twixt, de Francis Ford Coppola. Curiosa la historia de esta película, originalmente pensada por su director como una experiencia en la que él mismo remontaría el film en directo según la reacción de los asistentes. El resultado, al menos el estático, es una cinta de acabado digital mala, sin sentido y hasta cutre (¡Coppola cutre! ¡¿dónde se ha visto esto?!).

Uno de los supuestos “atractivos” de la película, el 3D, solo hace acto de presencia unos 7 minutos (si llega) en todo el metraje, toda una alegría para el público que ha pagado más por tratarse de una película en este formato. La historia, supongo, trata de un escritor que llega a un pueblo repleto de gente rara, un Twin Peaks digital repleto de lugares con croma y que guarda un par de asesinatos morbosos de los que el protagonista querrá inspirarse. Una pesadilla con reminiscencias a la serie B que no funciona en ningún momento. ¡Coppola vuelve!

Después del chasco nos hemos acercado a ver la prometedora The woman, la nueva película de Lucky McKee (May, Scar 3D) basada en una novela del cruel (por lo que escribe, seguro que después es muy majo) Jack Ketchum. Lo mejor de The woman es verla sin saber nada de ella, como mucho su premisa inicial, y ya. La película es cafre, bestia y no se corta un pelo en mostrar lo que tenga que mostrar, cosa que le viene que ni pintada a una historia tan enfermiza como esta. El Auditori ha alucinado con ella y ha habido un fuerte aplauso al terminarse. Ni se te ocurra llevar a tu abuela a verla o te deshereda, queda advertido.