Resumen Fancine 2011: 1ª Parte
Por Redacción
Publicado el 27/11/2011
El terror vuelve a Málaga como cada año
Pues como todos los años, el terror y el fantástico hacen las maletas y se mudan de Sitges a Málaga. El pasado jueves por la noche comenzó la 21 edición del Fancine, el Festival de Cine Fantástico organizado por la Universidad de Málaga. Este año tengo la suerte de formar parte del jurado joven, así que llevo dos días y medio entre tripas, sangre, sustos y celuloide. Vamos, que es imposible que me queje porque estoy en el sueño de cualquier aficionado.
El jueves a las 20:30 se apagaban las luces del mítico Teatro Cervantes de Málaga y empezaba Fancine 2011. Lo hacía con sendos homenajes a actores españoles vinculados al género de alguna u otra forma, dos generaciones distintas unidas por su compromiso al fantástico patrio. Así que al escenario se subieron Jimmy Barnatán (aún inolvidable su niño poseído en ‘El día de la bestia’ o su adolescente descerebrado de ‘Eskalofrío’) y Simón Andreu (cuya presencia en más de 150 películas incluye películas como ‘faust’ o ‘Muere otro día’). Homenajes emotivos, correctísimos y en los que destacó un sincero Jimmy Barnatán reconociendo que no estaba acostumbrado a eso porque no le suelen dar premios. Después de los agradecimientos de rigor llegaron el corto ‘Matar a un niño’ de los hermanos Esteban Alenda y el largo ‘Wreckend’ de Michael Greenspan. ‘Matar a un niño’ es un título correcto, hecho quizás con la vista demasiado puesta en premios y nominaciones, pero a todos los asistentes nos quedó la duda de qué hacía un corto como ese, un drama, en un festival de temática fantástica. ‘Wreckend’ sí tiene cabida en la programación, es un ‘one man show’ que pretende ser el nuevo ‘Buried’ pero se queda a medio camino, y eso siendo muy benevolentes. Adrien Brody (¿de verdad que es el mismo actor que un día parecía que iba a comerse el mundo con ‘El pianista’?) interpreta a un hombre que se despierta amnésico, en medio de un bosque y atrapado en un coche destrozado del que no puede salir. ¿Quién es él y quiénes son los cadáveres que aparecen desparramados alrededor del coche? El caso es que lo que se podía haber contado en quince minutos y en un buen corto, acaba siendo alargado hasta la desesperación en una mala película y al final te da exactamente igual quién es el pobre Brody o que salga vivo o no de la situación. Una pena.
El viernes llegó el turno de las primeras películas a concurso. Y fueron dos producciones australianas las que tuvieron el honor de inaugurar la sala 1 del cine Albéniz. La primera fue ‘The tunnel’ de Carlo Ledesma, enésima vuelta de tuerca a lo que la bruja de Blair nos contó hace ya unos cuantos años. Aunque siendo honestos, esta vez se intenta estar más cerca del falso reportaje televisivo de ‘[REC]’ que del falso documental. La protagonista de ‘The tunnel’ es una especie de Ángela Vidal a lo australiano, una reportera sin escrúpulos dispuesta a todo por lograr la exclusiva de las extrañas desapariciones de mendigos que se están produciendo en el subsuelo de Sydney. No hay que ser un genio para saber por dónde van a ir los derroteros del equipo de televisión que se adentra en los túneles para grabar lo que allí pasa: carreras enloquecidas, cámara que se cae y se rompe, visión nocturna y la aparición estelar de la prima australiana de la Niña Medeiros. Flojita pero entretiene y tiene algún que otro momento aislado que logra meter el miedo en el cuerpo.
Después se proyectó ‘Blame’ de Michael Henry, irregular pero atractivo thriller en el que un grupo de adolescentes intenta vengar el suicidio de una amiga, una menor de edad que había mantenido relaciones sexuales con un profesor. El mayor problema de ‘Blame’ es que se toma demasiado en serio a sí misma y eso la asfixia demasiado, sobre todo por culpa de algunos de los actores que se piensan que están interpretando a Shakespeare. Pero la trama interesa, las dos protagonistas femeninas están inmensas y el director sabe lo qué hacer con la cámara. Aprueba con nota.
Continuará...
Por Javier Linares
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