Vincent Price dijo en su momento que Boris Karloff “hizo creíble y humano lo que era increíble e inhumano”, y en parte tenía razón. Fue sin duda su máximo exponente, como el de tantísimos otros, pero Price consiguió ganarse a pulso su legado encima del altar del recuerdo, consagrando una vida a la interpretación y que supo apostar por las producciones de serie B, con los condicionantes que suponían realizar este tipo de cine.
¿Pero quien era Vincent Price? Creo que una persona neófita en cine de terror se le puede considerar con ciertos conocimientos mínimos cuando descubre por si mismo que Frankenstein no era un monstruo, sino un doctor. Llegados a este punto relacionará Boris Karloff con El doctor Frankenstein de James Whale, y sistemáticamente aprenderá que Bela Lugosi interpretó a Dracula, o Lon Chaney Jr a El Hombre lobo. ¿Pero y Vincent Price? Lo que hizo grande a Vincent Price es precisamente lo contrario, él prácticamente nunca utilizó máscaras o disfraces, el terror que transmitía era casi siempre a cara descubierta a favor de su talento interpretativo. De hecho, cuando los productores ofrecían algún personaje a Vincent Price lo que en realidad querían era que Vincent Price en sí, apareciera en la película, porqué él era el terror, sus capacidades interpretativas (tal y como apuntaba), crearon al verdadero demonio en forma de elegancia, que con cuatro frases y una mirada era capaz de transmitir el miedo al espectador, algo que solo gente de la talla de Bela Lugosi podía conseguir dentro del terror durante los maravillosos años 30, interpretando a Dracula, que con solo una mirada fija era capaz de decir tantas cosas… Por eso la clave de sus personajes residen en la monstruosidad de sus retorcidas mentes, hombres de carne y hueso con inclinación a la maldad.
Y tenemos que dar gracias al teatro, que fue lo que le dio su carisma interpretativo, de hecho su faceta más prodigiosa se encontraba en este arte escénico, pero que supo apostar por el cine y acabó destrozando una muy prometedora carrera dentro de los escenarios, aunque que nunca la abandonó. Incluso poeta, antes de no ser nadie fue un erudito escritor de poesía, ganándose el respeto en Europa, algo que aprovechó siempre y que nunca se distanció. A modo anecdótico, incluso escribió un libro de gastronomía!
En este artículo intentaré centrarme en su faceta cinematográfica, y en concreto dentro del género cinematográfico que supo apostar por él, el terror. No hay que olvidar que un “monstruo” de tales magnitudes tiene una extensísima filmografía de casi 80 películas, y que gran parte de ellas se centran en nuestro género. Pido disculpas de antemano si alguien se siente ofendido al no encontrarse en este artículo algún título que considera imprescindible dentro de su filmografía. He intentado hacer una extensa selección de títulos que considero clave dentro de su carrera, dando prioridad también a directores de cierto renombre como Roger Corman o Gordon Hessler, que aunque tengan títulos de discutible calidad creo que su aportación al artículo puede ser muy interesante. También quiero apuntar que en ningún momento pretendo hacer descubrir nada que los más expertos dentro del cine de terror (y en concreto de Vincet Price) intenten encontrar, sino que mis intenciones son las de dar a conocer a cuanta más gente mejor a un personaje maltratado por la industria y que muy tristemente vive olvidado en las bibliotecas y estanterías de las librerías. Porqué el cine de terror es mucho más que el desprecio que vive por parte de la crítica, porqué más allá de Karloff o Lugosi hay otro estandarte, quizás el más elevado, y se llama Vincent Price, y es algo que las nuevas generaciones de psicópatas amantes del género deben saber.