La Familia Addams: Retrospectiva



II.II: La familia Addams (1964-5) VS La familia Addams (1991-3)

Vamos a contrastar las dos versiones principales y más famosas de la familia Addams, para analizar fundamentadamente los puntos fuertes y débiles de cada una. Obviamente, la intención no es sentar cátedra, dado que el terreno del análisis siempre tiene una potencialidad subjetiva, sino aportar algo de luz sobre ambas geniales versiones, al margen de que cada lector pueda partir de su propio criterio.





Gómez: John Astin VS Raúl Juliá
Se trata de dos interpretaciones muy sólidas, que parecen semejantes, pero que al mismo tiempo son curiosamente diferentes. John Astin resulta muy divertido y agradable en el papel de Gómez. Básicamente lo construyó él, y muchos de los rasgos que él aportó, y que en el comic ni se afirmaban ni se negaban, siguen vigentes. En cambio, Raúl Juliá aportó mayor carisma, mejor presencia y más elegancia al personaje, así como una grandísima energía.

El Gómez de John Astin es en muchos aspectos un niño grande. El de Raúl Juliá es también inmaduro y vulnerable, con tendencia a los desmoronamientos y las depresiones, pero esta vulnerabilidad no es tan aparente como en el caso del de John Astin.

El Gómez de Raúl Juliá comparte repertorio de gags con el de John Astin, pero se las apaña para hacerlos de manera fiel pero al mismo tiempo diferente (como cuando Morticia le habla en francés y él se abalanza sobre ella). Consigue darle mucha personalidad propia y plantar su sello como actor, sin salirse del personaje ni ser infiel ni al mismo ni a la interpretación de John Astin, algo muy difícil.

Raúl Juliá le da un componente más siniestro a Gómez que John Astin, con múltiples referencias a su pasado criminal, frente al pasado del Gómez clásico como un hipocondríaco con algunas connotaciones siniestras, pero inofensivo, que se consolidó como persona con la ayuda de la tenebrosa Morticia. El Gómez de Raúl Juliá parte como un monstruo carismático, que en un funeral por un pariente de cuyo asesinato él era sospechoso, consiguió seducir a su Morticia. Eso crea dinámicas diferentes en su matrimonio, a todos los niveles, tanto en los convencionales (en los 60 Gómez es un poco el cachorrito de Morticia, aunque ella está loca por él y siempre lo trata muy bien, mientras que en los 90 hay mayor equilibrio entre los cónyuges), tanto como en las no convencionales (todo el trasfondo del sadomasoquismo que siempre hay en los Addams, pues si en los 90 Gómez puede incluso asustar a su Morticia, y eso a ella le gusta, en los 60 es Morticia, en las referencias que hay al tema, la que siempre lleva la voz cantante, como por ejemplo atando a su Gómez). En ambos casos, el matrimonio Addams tiene una química tremenda en pantalla.

Así, el Gómez de Raúl Juliá es un personaje más fuerte y carismático, pero el de John Astin le gana en simpatía, empatía y comicidad. John Astin da vida a un personaje tan jovial y con tanto entusiasmo que se mete al público en el bolsillo y siempre le arranca la carcajada, ya sea siendo cómicamente torpe o bien saliéndose con la suya cuando puede. Su historia de superación personal también le granjea mucha simpatía y apoyo: pasa de ser un completo perdedor a conquistar a su Morticia, totalmente por encima de sus posibilidades, pero de una forma argumentalmente coherente, lógica y creíble. Por mucho que el Gómez de Raúl Juliá esté loco por su Morticia hasta el punto que dice que “moriría por ella, mataría por ella”, en cambio el de Astin parece incluso más apasionado, al estar total, completa y absolutamente enamorado, fascinado, subyugado, entregado y agradecido con su Morticia por haberlo elegido, salvado y convertido en lo que ahora es.

John Astin también pone de su parte la veteranía. Ha interpretado a Gómez en tres universos diferentes (la serie de los 60 junto a su película-secuela en los 70, la serie animada de los 70, la serie animada de los 90) y ha sido el bisabuelo Addams en otro (la serie del 98), y fue el primer Gómez Addams, con lo que fácilmente podría reclamar para sí el título de Gómez.

Es por ello que resulta imposible elegir entre los dos. Cada uno en su época, y a su manera, perfectos, aunque bien se podría preferir a Raúl Juliá, en sus gags individuales, y a John Astin en sus interacciones con su Morticia. Personalmente, quien esto escribe elegiría a título subjetivo a Raúl Juliá, pero objetivamente no se puede anteponer uno al otro, considerando todo el respeto que merece la larga tradición de John Astin en el papel.

Resultado: EMPATE

Morticia: Carolyn Jones VS Anjelica Huston
Es una cuestión complicada, partiendo de que nos encontramos ante dos actrices con muchas tablas. Anjelica Huston tiene un Oscar por “El honor de los Prizzi” mientras que Carolyn Jones tan solo una nominación, y con récord, por un personaje de apenas 8 minutos en pantalla, pero con absoluto magnetismo, en “The bachelor party”, y que la hizo estrella.

Son dos mujeres de gran carisma y elegancia, y que han aportado todo ese carisma al personaje de Morticia. Estéticamente Carolyn Jones tiene ventaja sobre Anjelica Huston. El traje que llevaba era más fiel al diseño del comic, tan fiel que incluso le restringía los movimientos en las piernas. También es más atractiva, pues mientras por un lado Carolyn Jones parece una muñeca gótica de porcelana (como en el comic), por el otro Anjelica Huston, aunque tiene mucha personalidad y estilo, sin embargo en cuanto a facciones es un poco a lo Rossy De Palma (por decirlo “suavemente”), aunque como Morticia lució mucho, y de hecho se aprecia en las películas de los 90 un fuerte y muy profesional trabajo de caracterización y un gran esfuerzo de maquillaje e iluminación para que Anjelica Huston resulte atractiva y parezca la Morticia del comic y la de Carolyn Jones (hasta en pequeños detalles como las ondas del pelo en el mismo sitio o el anillo totalmente idéntico). Por su parte, Carolyn Jones ni siquiera necesitaba un fuerte maquillaje porque ya tenía el tono de piel pálido perfecto para Morticia, como si hubiera nacido para interpretar el personaje. Carolyn Jones también tiene en general mucho mejor físico y da vida a un personaje bastante más sexy.

Anjelica Huston tiene mejores frases, y algunos diálogos de gran lucimiento, como la conversación en el mausoleo familiar, en la primera película. Carolyn Jones no trabaja con un material tan bueno, pero sí muy bueno, y sabe exprimir al máximo el interés de sus escenas. Anjelica Huston consigue ser más siniestra que Carolyn Jones, aunque un poco seca e inexpresiva en el papel. Carolyn Jones combina dulzura con el elemento siniestro del personaje, y le da mucha riqueza y simpatía sin dejar de ser la loca que Morticia siempre es. En cambio, Anjelica Huston, pese a ser más siniestra, también consigue caer simpática a su manera, aunque sin alcanzar las elevadas cotas de Carolyn Jones.

Ambas confieren mucha autoridad, inteligencia y sensatez al personaje de Morticia. Y ambas tienen mucha química con su Gómez, así como algunos números musicales memorables. El personaje de Carolyn Jones tiene más trasfondo, y una historia de origen más completa e interesante que el de Anjelica Huston, con componentes de evolución y superación personal, mientras que la historia de la Morticia de Anjelica Huston es bastante más simple (conoce a Gómez, seguramente un asesino reciente, se gustan, se casan y siguen con sus propias dinámicas vitales preexistentes a su matrimonio), lo que hace que el personaje de Carolyn Jones se pueda entender mejor, y se pueda empatizar más con ella, además de que parece más desarrollado.

La Morticia de Carolyn Jones tiene una posición preponderante dentro del matrimonio Addams, incluso más que Anjelica Huston en el suyo. Jones tiene a su Gómez básicamente comiendo de la palma de su mano, ella manda, y eso le da un refuerzo en carisma. Incluso cuando están jugando a algo, si el Gómez de John Astin lo hace mal, ella lo hace bien, y si Gómez lo hace bien, ella lo hace sobrenaturalmente bien, y con absoluta facilidad (lo cual excita mucho a su Gómez). En casa de los Addams de los 90, Morticia-Huston sigue siendo la cabeza de familia, pero es un matrimonio algo más igualitario, también compensado por el hecho de que hace pareja con un Gómez más carismático, Raúl Juliá.

Carolyn Jones también tiene una ventaja en cuanto a versatilidad, puesto que encarnó a dos personajes más en la serie, y ciertamente, aunque el de versión femenina de Cosa estaría al alcance de cualquiera, en cambio resulta muy difícil imaginar a Anjelica Huston como Ophelia, haciendo llaves de karate y creciéndole flores en la cabeza, mientras parte violines por la mitad y realiza diversas payasadas. Son registros histriónicos que exceden de lo que ha hecho jamás Anjelica Huston, pero que Carolyn Jones compatibiliza con la dignidad, seriedad y sobriedad de su Morticia, haciendo perfectamente ambos roles, convincentemente como dos personas totalmente diferentes.
Así, aunque están muy igualadas, quien esto escribe se decanta por Carolyn Jones. Anjelica Huston es muy buena actriz, pero Carolyn Jones ES Morticia, y no es menos actriz. Ha dejado su huella en el personaje, hasta el punto de que todas las Morticias tienden a parecerse a ella, incluida la de Anjelica Huston, que mimetiza elementos de Carolyn Jones como su forma de parpadear.

Ganadora: CAROLYN JONES

Miércoles: Lisa Loring VS Christina Ricci

En los casos anteriores había un cierto equilibrio entre las partes, y hablábamos de comparar dos interpretaciones muy potentes, de manera que la balanza fácilmente se podría haber decantado de un lado u otro, al haber razones de peso en ambas direcciones. No ocurre aquí. Intentar comparar a Lisa Loring con Christina Ricci en el papel de Miércoles no es una batalla, sino una masacre unidireccional.

El personaje que interpretó Christina Ricci en 1991 y (sobre todo) 1993 es infinitamente mejor que el encarnado por Lisa Loring en 1964 a todos los niveles imaginables. No sólo es mucho mejor actriz Ricci (es imposible imaginar a Loring en “Monster” o “Black Snake Moan”), sino que nos encontramos ante un personaje absolutamente mejor escrito, su Miércoles está mejor caracterizada, es más interesante, más carismática, con mejores y más ingeniosos diálogos, con más importancia dentro de la historia en la que aparece, con una cierta evolución como personaje incluso dentro del relato, totalmente más fiel al personaje original y al espíritu las viñetas de Charles Addams, más poderosa, más simpática (pese a ser absolutamente siniestra) y completamente más icónica y memorable, consiguiendo al mismo tiempo superarla tanto en el elemento humorístico como en el terrorífico. Además de que tiene una personalidad mucho más fuerte y definida, frente a lo que hizo Lisa Loring, que era la típica niña genérica que aparecería en una serie de los 60, con tres o cuatro cambios para que encajara en el mundo de los Addams, y poco más.

Mientras que Lisa Loring dio vida a uno de los elementos de menor importancia dentro de la serie de los 60, Christina Ricci es uno de los pilares de las películas de los 90, que se adueña hasta tal punto del personaje que convierte a Lisa Loring en Lisa Boring. Es curioso que posiblemente, sumando el tiempo en pantalla de una y otra, Ricci tenga dentro de tan solo dos películas de poco más de 90 minutos, casi más escenas y minutos que Loring dentro de 64 episodios de unos 20 minutos de duración por cada uno.
Llama la atención que el tema de la edad perjudique tanto a Loring, como beneficie a Ricci. Cuando hizo el piloto, Loring tenía 5 años y medio, y esa edad limita mucho todo lo que puede hacer su Miércoles (reduciéndola a diálogos sencillitos que pese a todo le costaba memorizar). En cambio, Ricci estaría sobre los 7 cuando inició el rodaje de la primera película, pero demuestra un talento muy notable, tiene diálogos complejos y extremos, y realiza acciones que a una niña de esa edad le daría normalmente terror interpretar, además de que en ambas películas se encarga del material más lúgubre de los guiones, resultando totalmente chocante que la niña pueda ser tan monstruosa y posea ese extraño carisma de estrella. Loring tenía la parte olvidable de su serie, y Ricci la memorable de sus películas, así como muchos de los mejores gags de humor negro de éstas.

El único modo de elegir a Loring sobre Ricci partiría de aferrarse a la serie de los 60 y rechazar tanto el comic como todas y cada una de las adaptaciones subsiguientes, e ignorar que han mejorado mucho al personaje, restaurado la fidelidad con el comic, y que en general Miércoles se ha situado más del lado de Ricci que del de Loring en el resto de versiones. Es uno de esos rarísimos y casi imposibles casos en los que una nueva versión es mejor que la clásica, pero sólo porque la primera versión era en realidad muy floja (solo en lo relativo a Miércoles y Pugsley, por lo demás, los Addams de los 60 son geniales).

Así, mientras que Miércoles convirtió a Christina Ricci en estrella y le abrió de par en par las puertas de Hollywood (trabajó en películas oscarizadas, o a las órdenes de Tim Burton o en producciones de Spielberg, y en múltiples películas de terror, género en el que se mantiene prolífica), en cambio flaco favor le hizo Miércoles a Lisa Loring, de truncada carrera, que incluso acabó en incursiones en el cine porno, en películas como “Layin" Down the Law”, donde hizo de maquilladora (también era figurante, pero Loring no hizo directamente escenas de sexo). La carrera de Christina Ricci ha tenido altibajos, pero le gana por goleada a semejante “currículum”, del mismo modo que su Miércoles gana también por goleada a la de Loring.

GANADORA: CHRISTINA RICCI

Pugsley: Ken Weatherwax VS Jimmy Workman
Con Pugsley nos encontramos ante que jamás ha habido una versión realmente interesante y carismática del personaje, vamos, un Pugsley del que querríamos llevar una camiseta con su cara, por así decirlo (sobra decir que sí se venden camisetas de Christina Ricci como Miércoles).

Ken Weatherwax como Pugsley peca de ser junto con la Miércoles de Lisa Loring, la parte menos interesante y menos memorable de la serie de los 60, poco más que dos pequeños engranajes dentro de un gran y brillante mecanismo. También está en una época y un medio, la tele de los 60, en el que es imposible que hubieran representado a Pugsley correctamente como el niño monstruo/psicópata del comic. Lo de Jimmy Workman es diferente. Su Pugsley está adaptado sin inhibiciones, y es un absoluto monstruo, y muy posiblemente sea mejor, pero está totalmente eclipsado y enanizado por la Miércoles de Christina Ricci. No es ya el compañero de juegos de Miércoles, sino poco más que su víctima favorita, y a veces, su secuaz. Es muy factible elegir a Jimmy Workman, dado que no cabe duda de que Workman es un Pugsley mejor adaptado y más siniestro que Weatherwax, pero lo cierto es que ninguno de los dos luce realmente demasiado como Pugsley, que en las viñetas tenía más entidad, y en última instancia ambas versiones acaban sabiendo a poco (la de los 60, a muy poco), con lo que es mejor dejar la categoría desierta, considerando que el Pugsley de la serie animada de los 90 era mejor que los dos juntos (sin dejar de ser la víctima favorita de Miércoles), y sin olvidar que subjetivamente quien esto escribe elegiría a Jimmy Workman, si se viera obligado a escoger a uno.

Resultado: NINGUNO

Fétido: Jackie Coogan VS Christopher Lloyd
Jackie Coogan fue un Fétido de gran energía y excentricidad que sentó las bases del personaje. Christopher Lloyd es bastante mejor actor, a todos los niveles que Jackie Coogan, aunque nunca hizo una película del nivel de la magnífica “El chico” de Charles Chaplin, a diferencia de Coogan, su coprotagonista (aunque Christopher Lloyd tenga títulos tan sólidos como “Regreso al futuro” en su haber).

Los dos repiten los mismos trucos, como el de la bombilla, y reflejan bastante bien las cualidades del tío Fétido en el comic, aunque sus personajes carecen en mayor o menor grado de la autonomía que Fétido tenía sobre el papel (rara vez se le veía junto al resto del clan) y se los reconvierte en jugadores de equipo. La diferencia entre ambos es a nivel de presencia en la historia. Fétido en la serie es siempre un secundario, incluso en los episodios en los que resuelve conflictos propios, y nunca se profundiza demasiado en él, aunque tiene mucho tiempo en pantalla como compensación y gags icónicos. En cambio, ambas películas tratan bien al tío Fétido como personaje, en tanto en cuanto lo ponen en el ojo del huracán (literal y figuradamente), haciéndole solventar problemas propios más graves, aunque el tema de la amnesia limite las posibilidades de ver al auténtico Fétido en 1991 (y pese a todo, Lloyd refleja muy bien cuando es la personalidad de Gordon y cuando reflotan recuerdos sumergidos de Fétido). Fétido siempre participa en los largometrajes de las mejores tramas y siempre genera tensión, ya sea frente a las sospechas de Miércoles y Gómez en 1991, o intentando sobrevivir a Debbie en 1993, aunque no sea la persona que más se luzca en dichas escenas. Por su parte, Jackie Coogan tiene más entidad como personaje, pese a ser también un secundario, y el humor de su Fétido depende más del propio Coogan, su voz y sus gestos, que de su entorno (en cambio, casi todos los grandes gags de Fétido/Lloyd en la segunda película giran en torno a Debbie). Y Coogan pasa más tiempo siendo Fétido que Lloyd, al que los vaivenes de la historia tienen rehén de ciertas tramas (Fétido con amnesia, Fétido dominado por Debbie, etc…). Jackie Coogan es 100 % Fétido a tiempo completo e individualmente más divertido.

Se echa de menos que el Fétido de Christopher Lloyd no intente disparar a nadie por la espalda (ese gag siempre le quedaba perfecto a Coogan y era el mejor de su repertorio), pero de todos modos va más que sobrado de gags de humor negro, bastante más siniestros, como el coche de su boda, que además de las habituales latas, también lleva colgando detrás un cadáver. Además, cabe considerar que el Fétido de los 60 era el personaje con más humor negro de su tiempo en su serie, mientras que a Christopher Lloyd le pueden Christina Ricci y Raúl Juliá en cuanto a oscuridad y locura de sus personajes.

Quizá el tío Fétido de Jackie Coogan parezca ser más fuerte que el de Christopher Lloyd, eternamente victimizado por los villanos (Tully Alford, Abigail Crane, Debbie Jellinsky), siempre el eslabón débil y el elemento manipulable de la familia, la puerta de entrada a todos los ladrones y estafadores que codician la fortuna Addams, pero también es cierto que en cuanto a carisma tampoco se porta muy bien la serie de los 60 con Fétido, situándolo como frecuentemente torpe, cobarde y estúpido (está en una escena enfervorecido por batirse en duelo, hasta que descubre que el otro también llevará un arma, con lo que cambia de idea de inmediato y corre a esconderse gritando). Vamos, que a nivel de carisma el Fétido de la serie animada de los 90 los supera a ambos, aunque en otros aspectos Coogan y Lloyd sean más interesantes que el Fétido de dibujos animados.

Pero como personaje y como interpretación, el de Christopher Lloyd está mejor definido y se beneficia de la experiencia de ese gran actor, se le puede tener más lástima (o empatizar) y hasta comprenderlo mejor, y ofrece un repertorio de situaciones humorísticas más variado. Sin embargo, Coogan es más Tío Fétido que Lloyd, representa mejor la naturaleza y características de Fétido, mientras que Lloyd tarda mucho en ser Fétido plenamente, para luego dejar de serlo al poco tiempo, bajo el embrujo de Debbie. Por ello, vemos que donde destaca uno flaquea el otro, y viceversa. Subjetivamente, prefiero a Christopher Lloyd, pero a un nivel lógico no puedo anteponer a uno sobre el otro.

Resultado: EMPATE

Lurch: Ted Cassidy VS Carel Struycken
No sería justo decir que el Lurch de los 90 de Carel Struycken es malo. El actor cumple con su parte y resulta gracioso en su personaje, en especial en la segunda película, en escenas como la partida de dardos o cuando Miércoles le arroja la bala de cañón a la cabeza. No obstante, parece estar en el papel más por su elevada estatura que por su expresividad o carisma, y lo cierto es que generalmente las películas lo deja de lado y le da pocas escenas de lucimiento, hasta el punto de que varias de sus escenas más graciosas se dan en la tercera película, la peor, que no tiene nada que ver con las anteriores. El Lurch de los 60 juega a otro nivel. Ted Cassidy tiene muchos primeros planos, ejercita un humor más físico, con una gestualidad muy trabajada, que le da mucha expresividad sin abandonar el rigor mortis propio del personaje. Resulta muy cómico bailando, y sus frases, aún las más insignificantes, llaman la atención. Incluso protagoniza episodios. Es por ello que el Lurch sesentero gana ampliamente al compararlos a ambos.

Ganador: TED CASSIDY

Cosa: Ted Cassidy VS Christopher Hart
Cada vez que Ted Cassidy se “pluriemplea” y saca su gigantesca mano de la caja de Cosa para hacer alguna de sus tareas cotidianas en los 60, la comicidad está asegurada. El problema es que los efectos especiales de los 90 juegan a otro nivel y enriquecen mucho a Cosa, liberándolo de su confinamiento en la caja y dándole una libertad de movimientos que amplía mucho sus posibilidades humorísticas, permitiendo a la mano interactuar mucho más con su entorno. Ello, unido a que el papel fue interpretado por un mago, de gran expresividad y flexibilidad con su mano, hace que Cosa en los 90 tenga mucho más interés y diversidad de gags que en los 60, además de llevarlo a situaciones completamente diferentes e hilarantes, como su reacción cuando Debbie Jellinsky, la villana de la película de 1993, le chupa un dedo.

Ganador: CHRISTOPHER HART

La estética:
El diseño de producción de ambas versiones es magnífico y muy imaginativo en cuanto a los objetos extraños y sobrenaturales que se amontonan en la mansión, haciéndolas estéticamente muy interesantes. Quizá en los 90 sea más atrevido, añadiendo objetos más lúgubres como montañas de calaveras o la colección de lápidas de antepasados Addams, aunque en los 60 los artefactos son a veces incluso más estrafalarios, aunque no más imaginativos. No obstante, el presupuesto parece mayor en los 90, y eso a veces se nota mucho, como en los cuernos del alce que baila en los 60, cuyos hilos que lo accionan se ven a simple vista…. No obstante, las películas de los 90 extraen muchos diseños de los 60 en cuanto a objetos. El diseño de producción de los 90 es obra del mítico Ken Adam, oscarizado artista, colaborador recurrente de Stanley Kubrick, y que diseñó los decorados de la mayor parte de grandes películas del James Bond de Sean Connery, incluyendo “Goldfinger”. El propio Ken Adam no duda en afirmar, además, que tiene como primera meta respetar los imaginativos diseños de Charles Addams, y se nota en su trabajo.

En el fondo, más allá de las buenas intenciones de los 60, entre el mayor esfuerzo creativo y el mayor presupuesto, en cuanto a decorados los 90 se imponen, pues son más ricos y detallados en los 90, incluyendo localizaciones como los canales bajo la mansión, las catacumbas, la caja fuerte y más habitaciones diferentes. La fotografía de los 90 hace lucir más los objetos y decorados.

También están muy equilibradas en cuanto al vestuario, aunque en los 90 es nuevamente más rico y variado, sin salirse del patrón del comic. Esta mayor diversidad se nota en el vestuario de Gómez (que incluye variantes como un batín con fez o diferentes trajes de tres piezas), mucho más trabajado en los 90 (en la serie Gómez casi siempre repite la misma chaqueta), mientras que en cuanto a Morticia ambas versiones aportaron variantes ocasionales, como un traje con capa y rejilla en la cara para salir a la calle la Morticia de Carolyn Jones, u otro semejante para Anjelica Huston, pero con pieles en los hombros o capucha. En diversos aspectos la serie de los 60 es visualmente más fiel, incluyendo lo dicho del traje de Morticia, y ella tiene mejor vestuario.

La labor de iluminación también está muy trabajada en los 90, en especial en lo relativo al rostro de la Morticia de Anjelica Huston, un efecto siempre muy bien cuidado, en el que le iluminan los ojos a lo Bela Lugosi haciendo de Drácula, con un juego de luces y sombras destacable y que está presente en todos y cada uno de sus planos.
Sin embargo, la exquisita fotografía clásica en blanco y negro de la serie original es su punto más fuerte, al igual que en las viñetas originales de Charles Addams, lo cual le confiere un toque de elegancia a la serie clásica imposible de superar, y la hace parecer muy fiel al comic.

La fortaleza de la versión de los 60 es haber dado en el clavo con la estética, hasta el punto de que en la mayor parte de los casos, la versión de los 90 pudo seguir a pies juntillas el 99 % de los diseños que la serie de los 60 había popularizado, y su labor fue mejorar y perfeccionar lo que ya era visualmente acertado, y poner la guinda al pastel.

Así, ambas versiones son muy, muy semejantes, y exhiben grandes virtudes, así como leves ventajas en ciertos terrenos unas frente a las otras. El mayor presupuesto de las películas de los 90 se nota en muchos aspectos, aunque lo compensa la imaginación desbordante de la serie de los 60.

Resultado: EMPATE

La fidelidad:
Estéticamente, ambas versiones son tremendamente fieles a los diseños de personajes y localizaciones de Charles Addams, como se ha visto, incluyendo los rasgos faciales de los actores seleccionados, aunque se observa un esfuerzo incluso mayor en la estética en las películas de los 90. Paso a paso, localización a localización, Ken Adam reproduce la mansión Addams de las viñetas, según su descripción: “La pequeña galería que da al estudio de Gomez, la cama de Miércoles con el pulpo pintado, la cocina, el ático, el papel pintado de las paredes…” Hasta el más mínimo detalle mimetiza los diseños de Charles Addams, con un toque de Ken Adam. Incluso en la habitación del bebé Pubis, que no tenía prototipo en el trabajo de Chas Addams, Ken Adam intentó llenarlo de figuras del estilo Addams, como se observa en el estilo de ciertos animales o el grotesco oso de peluche.

En lo poco que cambian las versiones de los 60 y 90 (no tener un Lurch tuerto, las características de Cosa) coinciden, pero por lo demás clavan la estética gótica de las viñetas originales.

En cuanto a caracterización de los personajes, la única diferencia significativa es en cuanto a los niños Addams, más fieles al comic en las películas que en las series, algo también ya indicado, y en un humor incluso más negro y cruel en las películas, coincidiendo con las viñetas, con lo que siendo ambas extremadamente fieles, las películas lo serían incluso más.

Ganadora: La familia Addams (1991-3)

La banda sonora:
La serie de 1964 contaba con una gran partitura de Vic Mizzy, que creó un tema central muy pegadizo y totalmente inolvidable. También dio sus temas musicales propios a cada personaje y en general hizo un trabajo inolvidable. En cambio, aunque las películas de 1991 y 1993 usan el tema central de Vic Mizzy y cuentan con magníficas melodías de Marc Shaiman (que suenan mucho a Danny Elfman), lo cierto es que están lastradas por las bochornosas canciones rap que aparecen durante los créditos finales, a cual peor, y que sorprende encontrar ahí. Y es una lástima, porque más allá del tema central de los 60, el trabajo orquestal de la banda sonora de los 90 es más rico y sugestivo, y sin este detalle del rap de los créditos, se alzaría como mejor.

Ganadora: La familia Addams (1964-5)

Los villanos:
Los enemigos de la familia Addams en los años 60 son especialmente grises (no es un chiste sobre que la serie era en blanco y negro), y olvidables. Ninguno es carismático ni memorable, y pese a que algunos incluso repitieron, resultan casi imposibles de describir como interesantes, y muchos espectadores ni siquiera se dieron cuenta de su retorno. Vamos, que la Miércoles de los 90 podría exterminar a todos los antagonistas de la serie de los 60 sin sudar demasiado.
En los 90 la cosa cambia: aunque Tully Alford y Abigail Crane no son muy interesantes como villanos, sí cumplen muy bien su función y le dieron más problemas a la familia Addams que cualquiera de sus enemigos de los 60. Pero la Debbie Jellinsky de Joan Cusack está tan loca como los Addams, y está brillantemente interpretada, ganándose la atención en sus escenas y recitando sus demenciales líneas con facilidad y psicopática gracia. Paralelamente, Gary Granger, el director del Campamento Chippewa, y Amanda, la niña enemiga de Miércoles en dicha película (que ya aparecía en la primera) son dos personajes especialmente odiosos y aborrecibles, construidos para que sea memorable y muy satisfactorio ver a Miércoles darles su merecido. Así, la ventaja de los 90 es absoluta.

Ganadora: La familia Addams (1991-3)

Los guiones:
La serie de los 60 desarrolla situaciones bastante básicas y esquemáticas, e introduce diversos gags reiterativos pero de eficacia demostrada, dando terreno a los actores para demostrar su talento. La mayor parte de las situaciones son divertidas, no por ellas mismas, sino más bien por el cómo están interpretadas. Reemplazar a Carolyn Jones y John Astin por actores de menor calado pero mantener el guion se cargaría la serie a la velocidad del sonido. No obstante, no es que sean guiones malos, ni mucho menos, sino que poseen su cierto ingenio y agudeza, y mucho, mucho encanto, y además eran muy avanzados para la época en muchos sentidos. Para ver a Carolyn Jones y John Astin pelear con un guion malo, habría que revisitar el telefilm de los 70….

La serie de los 90 tiene un trasfondo mucho más ácido y de humor negro, más sátira social, un humor mucho más subversivo y mejores diálogos, lo que la pone en este sentido a un mejor nivel que la de los 60. Además, incorpora muchos elementos terroríficos y los hace funcionar muy bien en conjunción con su caústico humor negro.

Ganadora: La familia Addams (1991-3).

Originalidad:
La serie de los 60 tomó un material muy disperso y desestructurado, una serie de viñetas sueltas sin continuidad, y construyó una franquicia con personajes muy bien perfilados, trabajó casi desde cero para convertir a los Addams en una marca potente. Las películas de los 90 partieron de un edificio ya construido, por así decirlo, y le hicieron unos cuantos retoques para mejorar los pocos defectos que pudieron encontrar, dándole un mayor humor negro y una magnífica Miércoles. Son buenos añadidos, pero la serie del 64 se enfrentó a un reto mucho, muchísimo mayor, y hasta fue un producto polémico para su época. En originalidad se impone claramente.

Ganadora: La familia Addams (1964-5)

Simpatía:
Los personajes de los 90 tienen mucho, muchísimo carisma y consiguen caer simpáticos, pese a que sus acciones sean cuestionables. Importa poco que Miércoles queme y mate, que entierre en vida a todo lo que pille, y que sea el cinismo personificado, eso no le quita ni su simpatía ni el apoyo del público. Tiene su carisma y su tendencia a castigar a los “malos” como cualidades de redención. Y lo mismo pasa con el resto de su familia. Pero el campo de la simpatía y lo entrañable corresponde a la serie de los 60. La serie irradia simpatía y comprensión hacia los personajes, apoyas plenamente a la monstruosa familia Addams, y hasta son mostrados claramente como un modelo positivo de familia, agradable y tolerante. Ni todo el carisma del mundo en los 90 podría sobreponerse a la suma de carisma (al mismo nivel, salvo en los olvidables niños Addams de los 60) y calidez que irradia la familia Addams de los 60, sin perder su naturaleza siniestra, y eso les hace alzarse vencedores en el terreno de la simpatía.

Ganadora: La familia Addams (1964-5)

Resultado final: EMPATE.

Vistas en conjunto, es difícil decidir qué versión es mejor, si las dos películas de Barry Sonnenfeld o la serie de los 60, al ser dos adaptaciones muy potentes, sólidas, carismáticas y tremendamente disfrutables. Pero, el mero hecho de que esta disyuntiva se plantee es una muestra de la inmensa calidad de este remake. Quien esto escribe, personalmente, y juzgando todo lo arriba expuesto, le adjudica un empate a las dos versiones. La serie de los 60 tiene la mejor Morticia imaginable (Carolyn Jones), quizá el mejor Gómez (John Astin, aunque Raúl Juliá le iguale en muchos aspectos y le supere en otros, como en carisma, con lo que a fin de cuentas empata con él) y el mejor Lurch (Ted Cassidy) (todo ello sin demérito para los grandes actores de los 90), pero las películas de los 90 cuentan con la mejor Miércoles (Christina Ricci), que no sólo roba las dos películas cada vez que está en pantalla, sino que si asomara por la serie de los 60 podría también hacerles sombra a sus padres en blanco y negro. Entre las virtudes de las dos películas de los 90 se encuentra también un tono incluso más fiel a los comics originales, y en general guiones con diálogos incluso mejores y más ácidos que la serie original, además de que no sufre de las inhibiciones propias del medio y la época que lastraban levemente a la serie en los años 60, que a veces parece un poco ingenua, en especial comparada con el tornado de ingeniosa malicia que son las dos películas de los 90.

La elección entre una u otra versión no es automática, sino que dependería de preferencias personales del espectador. Basta con decir que son las mejores adaptaciones, y que resultan inmensamente fieles entre ellas. Incluso puliendo algunos aspectos (diciendo que Fétido es hermano de Gómez en los 60, mejorando las escenas de los niños de los 60), o editando levemente los episodios, casi podría funcionar la película de 1991 como precuela de la serie clásica, y la de 1993 como secuela. Es afortunada la franquicia Addams por haber tenido dos adaptaciones tan grandes.


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