La Familia Addams: Retrospectiva



La reunión de la familia Addams / La familia Addams III (1998)

Cinco años después de la última película de la familia Addams dirigida por Barry Sonnenfeld, llegó esta cinta, que en algunos mercados fue distribuida como la tercera parte, aunque realmente no tiene nada que ver. Comparte algo del reparto (solo los actores que dan vida a Lurch y Cosa), pero desde el primer momento ya se nota que no comparte universo.

Producida por Warner y Saban, en vez de por Paramount u Orion, la historia de la película ya es de por sí tormentosa. Se suponía que sería el piloto de una serie de televisión, pero el plan cambió y se convirtió en una película directa a vídeo, iniciándose la confusión con una posible tercera parte. Quizá se reconvertió de piloto a película por lo habitual que suele ocurrir con los pilotos fallidos: mala calidad. Poco después se hizo otra serie de los Addams, pero canadiense, y que no tenía nada que ver con este telefilm, en cuanto a continuidad, salvo por la presencia en aquella también de Nicole Fugère, que da vida a Miércoles. El nivel de confusión solo podría ser mayor si en la nueva serie de televisión también hubieran aparecido Struycken y Hart como Lurch y Cosa.





El problema de esta película es su ruinoso guion, que ni Tim Curry logra salvar, lo cual es extraño, porque a priori, Curry parece el actor idóneo para reemplazar al fallecido Raúl Juliá y ser un Gómez memorable. Pero no ocurre así, por lo pobre de los gags, y lo confuso del estilo de la película. El arranque ya da testimonio de la confusión general. Empieza con un cartero llegando a casa de los Addams, intentando entregar un paquete, completamente aterrado y gesticulante. El actor que da vida al cartero sobreactúa como si no hubiera un mañana (bueno, para su personaje no lo va a haber). En la historias de la familia Addams el humor exagerado es habitual, así como los personajes extremos, pero esa exageración suele estar bien dirigida y enfocada. No ocurre así aquí. El cartero durante largos minutos evita todas las trampas imaginables, para darse de bruces con Miércoles y Pugsley. Miércoles propone jugar a los dardos con él (con doble puntuación para el que le acierte en el ojo). Entra en escena Gómez, que le quita de las manos al cartero el paquete que traía para ellos (un libro de genealogía de los Addams), tras lo cual las plantas de Morticia arrastran al cartero a un lugar fuera de la cámara, y una de ellas tacha en una pizarra una figura que representa un cartero, una muesca más de la larga lista de los muchos que han devorado, y queda claro que el cartero muere ahí. Bueno, pues esta escena en manos de Barry Sonnenfeld (o de otro director competente, que tampoco es que él tenga la exclusiva de la franquicia), con actores bien dirigidos y mejor narración de las desventuras del cartero, sin caer en el chiste fácil, podría haber sido magnífica, y memorable, un perfecto punto de inicio. Pero no es así, y la escena está arruinada por el cómo está filmada, y todo pese a que Tim Curry y Nicole Fugère cumplen bien su parte y resultan convincentes como Gómez y Miércoles.

El resto de la película pecará de los defectos del comienzo, multiplicados por mil. Cuando aparece el tío Fétido, no sobreactúa, sino que “sobre-sobre-sobre-hiper-mega-sobreactúa”, parece como si le hubieran dado al tío Fétido de Jackie Coogan un cóctel de estimulantes vudú, y lo hubieran lanzado a correr y saltar por el escenario (en momentos como cuando persigue a su perro en el hotel, es que no puede ni caminar recto sin dejar de saltar y zarandearse, parece poseído). Daryl Hannah a su vez, es víctima de un personaje que no encaja para nada por ella, algo sorprendente, pues viéndola en “Blade Runner” uno podría pensar que le iría bien el personaje de Morticia, pero no. Y verla recitar líneas como el diálogo en el que está deseando envejecer para tener demencia senil e incontinencia, pues como que no ayudan nada….
La trama arranca con la llegada de los Bisabuelos Addams y la decisión de Gómez de reunirse con otros parientes en un encuentro organizado por la empresa de genealogistas, que por error los van a hacer encontrarse con los “Adams”, con una D en vez de dos. Los Bisabuelos, que también acuden, sufren Valszheimer, una enfermedad que los vuelve “normales”. Y en el encuentro con los Adams, se encuentran con diversos personajes codiciosos y rastreros, que lo que esperan es la muerte del patriarca Adams, para heredar su fortuna, en especial el Doctor Philip Adams (Ed Begley Jr.), el típico antagonista de la familia, que tiene toda clase de encontronazos con Gómez, que cómicamente le derrotará en una serie de deportes y apuestas.

El Doctor Adams intenta matar a Gómez en un duelo, pero fracasa (nuevamente de forma patética). Entonces utiliza de su influencia en la comunidad, y como psiquiatra, para poner entre rejas a Gómez y Morticia, y que Miércoles y Pugsley queden en adopción con otra familia (bastante desafortunada, por meter en casa a semejantes monstruos, que escaparan tras haberlos aterrorizado y quizá algo más).

Gómez y Morticia escapan también, y dejan al Doctor Adams en manos de sus propios pacientes del manicomio, que le aplican indiscriminadamente terapia de electroshock, de forma indefinida y salvaje…

Al final, los Bisabuelos quedan enfermos de Valszheimer, irrecuperables (uno de los muchos bajones que ofrece la película) y la familia vuelve a su mansión.
Aunque la historia tenía ciertas posibilidades cómicas, quedan totalmente desaprovechadas, y apenas unas pocas escenas arrancan verdaderas carcajadas, como la dinámica de enfrentamiento existente entre Gómez y el Doctor Adams, beneficiada por contar con un veterano cómico como Ed Begley Jr. (que en “Transilvania 6-5000” tocó un género parecido), haciendo del villano. Es en esas escenas en las que Tim Curry puede lucirse más. Tim Curry y Ed Begley Jr. ya habían trabajado juntos en un episodio de “Historias de la cripta” en el que Begley es un vendedor que debe soportar las locuras de una psicópata familia (interpretada por Tim Curry, haciendo varios personajes), y su experiencia previa trabajando en equipo, con un material similar pero mejor, se nota mucho en pantalla.

Gómez y Morticia: Tim Curry y Daryl Hannah. Exhiben en pantalla una nula “química”, son una pareja dispareja, casi se repelen, no pegan ni con cola, y prácticamente no exhiben muestras de afecto entre ellos. Tim Curry se esfuerza en su papel y aporta su buen hacer habitual. Pero este gran actor está aquí tan mal dirigido que lo único que logra realmente es evitar hacer el ridículo, y a veces, solo a veces, conseguir que la película sea entretenida.

Peor parte tiene Daryl Hannah. Quien quiera verla lucirse tiene a su disposición “Blade Runner”, “Kill Bill” y “1,2,3 Splash” (por ejemplo). Pero aquí, no. No sólo está lastrada por una historia nefasta, sino que encima ni siquiera le sienta bien el paupérrimo traje de Morticia que le han plantado aquí, y que a veces la hace parecer un travesti. El mal guion no es culpa de ella, y Hannah hace lo que puede, que es prácticamente nada, considerando que se lleva la peor parte de la historia. Dentro de la familia solo Fétido tiene peores escenas, y hasta la Abuela se luce más. Son escenas mal escritas pero no especialmente desdignificantes, por lo menos.

Tan mal está planteado todo, que ni siquiera la obligatoria escena de baile entre Gómez y Morticia destaca demasiado, abusando además de unos efectos digitales bastante malos. Y es que, la película pese a ser 5 años posterior a la segunda parte, exhibe unos efectos especiales mucho peores que ésta.

El problema es que ninguno de los dos consigue aportar su propia personalidad a los personajes, sino que se mueven entre dos aguas, con caracterizaciones que parecen a medio camino entre las versiones de los 60 y los 90 de Gómez y Morticia, pero muy mal escritas.

Si la película hubiese sido un musical, no cabe duda de que Tim Curry habría brillado inmensamente en el papel (en el género es un grande), salvo que hubiera sido con el libreto del musical de Broadway, incluso peor que el guion de esta película.





Miércoles y Pugsley: Nicole Fugère y Jerry Messing. Nicole Fugère cumple bien como Miércoles. Su parte parece hecha siguiendo el patrón de Christina Ricci, y ella da vida de forma competente al personaje, pero sin un especial brillo. Aprueba, pero le falta el carisma y el magnetismo de Ricci. Representa bien el sadismo y el componente siniestro del personaje, y tiene algunas escenas de lucimiento, así como nuevamente la parte de más humor negro de la película (junto a algunos momentos de Tim Curry con el Dr. Adams). Así, podemos verla “sacar a pasear” su afición por enterrar viva a la gente, aterrorizar, las respuestas cortantes y hasta los explosivos, como cuando reemplaza la pelota del Doctor Adams por una bomba. Es de lo mejor de la película, y de hecho no por casualidad fue Nicole Fugère la única persona de esta cinta que “sobrevivió” para aparecer en la serie de televisión posterior. Lo lógico es que Tim Curry también lo hubiera hecho, de no ser una estrella de considerable salario.

Jerry Messing queda extraño como Pugsley. Es el actor más obeso que ha interpretado el papel (el cual de todos modos ya tiende al sobrepeso). Se agradece que la película no convierta a Pugsley en un apéndice de Miércoles, sino que intente darle algo que hacer al personaje. Aquí veremos a Pugsley con su primer amor (una chica bastante espantosa), aunque como siempre su parte tampoco es que destaque demasiado. El actor de las dos películas anteriores parece encajar más como Pugsley, de todos modos.

El tío Fétido: Patrick Thomas. Nulamente gracioso, resulta hasta molesto cada vez que aparece. Posiblemente sea la peor encarnación de Fétido. Su argumento principal consiste en que él ha creado científicamente un perro monstruoso que está preparado para pasar de un perrito inofensivo a una bestia gigante en determinados momentos, y que se alimenta de pelo. Por supuesto, el animal se escapa constantemente. Y por supuesto, está hecho con unos efectos digitales espantosamente malos.

El resto de la familia: Lurch y Cosa (Carel Struycken y Christopher Hart) repiten actores de las películas anteriores, aunque más les habría valido quedarse en ellas. Lurch haciendo de socorrista o de sonámbulo sirve para amenizar la función, aunque tampoco mucho.

La película establece que Lurch, el mayordomo Frankenstein, es consanguíneo de los Addams, un auténtico Addams, porque quizá muchas de las partes que lo componen no lo sean, pero su corazón sí.

Los efectos especiales de Cosa también son mucho peores que en las dos películas anteriores.

La Abuela (Alice Ghostley) tiene una aparición con guiño a la grandísima “El Resplandor”, persiguiendo a hachazos a unos visitantes y derribando puertas, y poco más, aunque esa escena ya es de por sí de lo mejor que ofrece la cinta.

Kevin McCarthy (“La invasión de los ladrones de cuerpos”) interpreta al Bisabuelo Addams, aunque su personaje se queda en agua de borrajas por culpa del concepto del Valszheimer, y nunca llega a funcionar realmente. Estelle Harris es la Bisabuela Addams.

El primo Eso (Phil Fondacaro) tiene uno de los gags más graciosos, a su pesar, cuando el perro devorador de pelo de Fétido salta sobre él, y lo deja bastante mal parado.

Lo mejor: Tim Curry (Gómez), Nicole Fugère (Miércoles), Carel Struycken (Lurch) y Ed Begley Jr. (el villano).
Lo peor: El tío Fétido, el guion (que impidió que Tim Curry fuese el gran Gomez que debería haber sido) y la labor de dirección. Los efectos especiales. La música. Los diez primeros minutos con el cartero. El destino del Bisabuelo Addams.

Legado: Negativo. Durante mucho tiempo ha arrastrado la “fama” de peor adaptación de los Addams jamás realizada. Ello ha auspiciado que jamás fuese vendida en DVD o Blu-Ray, ni siquiera en los USA, sino únicamente en VHS.


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