Duelos de Personajes Icónicos



Los Cazafantasmas (Bill Murray, Harold Ramis, Dan Aykroyd y Ernie Hudson) VS Bitelchus (Michael Keaton)





Los Cazafantasmas protagonizaron dos películas clásicas de los 80, además de una serie animada. Bitelchus también tiene su propia franquicia, llamada como él, que incluye una serie animada, originada por la genial película también ochentera (de 1988), que combina los talentos de Tim Burton, Michael Keaton y Winona Ryder. Ambos conceptos proceden, pues, de comedias de terror con temática fantasmal.

Los Cazafantasmas son tres amigos parapsicólogos, y un empleado (sin ese conocimiento técnico previo, y con el tiempo, también amigo), que poseen equipo diseñado específicamente para capturar y retener a fantasmas en una unidad especial de almacenamiento.

A la hora de valorar sus habilidades, es útil también considerar la serie animada, puesto que en las películas casi siempre los vemos resolver casos para Dana (Sigourney Weaver), mientras que la mayor parte de los otros casos son mostrados brevemente, en general durante montajes musicales. En la serie los vemos resolver trabajos con los que no están vinculados personalmente, desde cero hasta el final, y comprobamos lo que sabemos ya de las películas, que Ray, Peter, Egon y Winston son muy profesionales y meticulosos. Así que, sí, Peter Venkman (Bill Murray) puede concentrarse y ser serio cuando es necesario, sin dejar de ser el más simpático del equipo. El problema con la serie animada es que niega expresamente las películas, puesto que en un episodio los héroes hablan sobre una película que van a hacer sobre ellos, “unos tales Murray, Ramis y Aykroyd”. Ello, unido a que en la serie de vez en cuando hacen cosas fuera de lo que tenían en mente Harold Ramis y Dan Aykroyd cuando crearon a los personajes en su guión, como viajar en el tiempo o entre dimensiones, hace pensar que la serie animada nos puede servir de trasfondo, y por completar información, pero en caso de discrepancia, las dos películas tienen prioridad sobre ella.

Bitelchus, por su parte, es un fantasma especialmente bromista y cruel, un bioexorcista, que lleva mucho siglos entre este mundo y el otro mundo (él afirma haber estado durante la peste negra en la Edad Media, y haberse divertido mucho en ella). La serie animada de Bitelchus encaja mucho mejor con la película que la de los Cazafantasmas, aunque hay una elipsis temporal, en la que hay que hacer un par de asunciones. Por lo demás, incluso los personajes están dibujados con rasgos como los actores reales (con los Cazafantasmas no ocurre así), y sus voces en inglés son muy semejantes.

Bitelchus tiene un poder inmenso, puede poseer a las personas o a hasta objetos inanimados como esculturas, transformarse él mismo en diversos monstruos o criaturas, o transformando partes de su cuerpo (ejemplo, brazos convertidos en mazos), e invocar otros objetos haciéndolos surgir de la nada. Puede hacer prácticamente cualquier cosa que pudiera hacer un dibujo animado (pensemos en el nivel de poder de alguien como La Máscara), e incluso si es destruido de nuevo, vuelve al otro mundo, desde el cual puede retornar pasado un tiempo. Le encanta comer insectos, y es bastante corrupto. En la serie animada se muestra su magia (se utiliza expresamente la palabra “magia”) en toda su extensión, y la verdad es que no parece tener límites, más allá de la concentración o imaginación de Bitelchus. Es un poder inmenso para transformar la realidad a su alrededor, mientras se concentre en ello y tenga la idea apropiada para proyectar este poder. En un episodio de la serie animada incluso vence con facilidad a un grupo de personajes que son parodias de la Liga de la Justicia, Superman inclusive.

La limitación de estos poderes es, pues, el propio Bitelchus. Sus poderes pueden ser autodestructivos si no les da un buen uso. En la serie ocurren cosas como que se deja a sí mismo sin poderes por error, se le escapan partes del cuerpo durante un episodio entero como los pies o el cerebro, crea involuntariamente un doble malvado (aún más malvado) suyo, o un doble “bueno”, le da vida accidentalmente a su propio refrigerador (!), y demás contratiempos. Basta con decir la palabra errónea o desconcentrarse al hacer uso de su magia. No estamos en el terreno de los videojuegos de Bitelchus, pues, como el de NES, que le daban poderes muy limitados en cantidad limitada (hasta tenía que comprarlos en una tienda), o el de ordenador, que pese a ser bueno y adictivo, limitaba mucho su poder y también le daba un solo toque.

Sobre los Cazafantasmas, nada hace pensar que el equipo de protones habitual suyo, no fuese a funcionar con Bitelchus. Si lo alcanzasen con uno de sus rayos podrían sujetarlo, y si usasen una de sus trampas podrían encerrarlo. Pero Bitelchus no es tonto y no se lo pondría fácil. Y quizá tuviera algo que decir al respecto, con su magia. En la serie, incluso algunos fantasmas eran inmunes a los rayos del equipo de protones.

Los Cazafantasmas han visto de todo. Entre las dos películas y la serie animada se han enfrentado a todas y cada una de las amenazas fantasmales concebibles en los 80 y 90, por extrañas y surrealistas que fueran, bastantes de ellas emparentadas con la parapsicología y el folklore, otras más hollywoodienses. Bitelchus quizá podría sorprenderlos, aunque tienen bastante experiencia en el terreno. El problema de las Cazafantasmas es que de entre todas las amenazas que han conocido, nada llega a los extremos de poder de Bitelchus. Todos los monstruos a los que se han enfrentado, incluso los dioses, tenían ciertas limitaciones y reglas al usar sus poderes, no tenían la infinita amplitud de acción de la que dispone Bitelchus. Incluso en un episodio, los Cazafantasmas se encuentran con el mismísimo Cthulhu de Lovecraft. Éste es invocado y aparece en la Tierra, donde se pone a destrozarlo todo como un kaiju. Es inmune a los equipos de protones, pero Egon prepara una trampa eléctrica con voltaje masivo, y consiguen destruirlo (sería mejor pensar que consiguen devolverlo a donde estaba encerrado durmiendo). Seguramente, algún guionista pensó que si en el relato original se le puede ahuyentar con un impacto directo de un barco, un shock eléctrico también funcionaría… La idea es que a Bitelchus lo han electrocutado, quemado y explotado bastantes veces en la serie animada (tenían incluso un efecto sonoro propio, más grave en su voz, cuando aparecía chamuscado), y jamás le causó daño que no pudiera sanar en un segundo. No, lanzarle un barco a la cabeza tampoco sirve, en la serie también le han arrojado cosas mucho más grandes que un barco encima, en especial en el episodio que transcurre en un parque temático, donde hace un duelo de magia y se dedica a lanzarse él y el otro mago objetos cada vez más pesados, durante medio episodio.

Enfrentarse con Bitelchus implica que puede ocurrir cualquier cosa, y que las leyes de la física se van a poner del revés, si así lo decide Bitelchus. Es decir, él puede chasquear los dedos y dejarlos en calzoncillos, o convertir los equipos de protones en globos y lanzarlos a volar en plan “Up”. O ponerlos a bailar la conga o cantar en un número musical, incapaces de hacer otra cosa. O hacerlos diminutos. O transportarlos a otro lugar muy lejano. O… Supongo que se entiende.

Desde luego, lo que está claro es que Bitelchus muy probablemente no intentaría matarlos (no usa su poder para hacer cosas como que le hierva la sangre en las venas a la gente, ni es su estilo, ni es divertido). Lo suyo es más bien jugar y aterrar. Otra cosa es que las dos personas que hacia el final del primer “Bitelchus” salieron volando por el tejado de la casa acabaron seguramente muertas, pero eso es otra historia… Del mismo modo ocurre en los dibujos animados, cuando en el episodio final de la serie animada, el alcalde de la ciudad negocia con Bitelchus que se encargue de unos macarras que no le dejan dormir, y éste lo hace, pero el alcalde no le paga, Bitelchus se pone furioso, se vuelve gigante, mete al alcalde en un saco y lo arroja desde muchos metros de altura (lo cual también debería acabar en muerte). No obstante, eso no entra en el comportamiento habitual del personaje, aunque tampoco debe descartarse. Bitelchus es peligroso, de un modo u otro, para nada inofensivo, y la propia Juno, en el más allá, advierte que no se deben tener tratos con él porque es muy peligroso. Pese a todo, Bitelchus no es un destructor de mundos, a diferencia de enemigos tradicionales de los Cazafantasmas como Zuul o Vigo el Cárpato. Es una amenaza diferente de ellos.

Bitelchus tiene dos debilidades que los Cazafantasmas no podrían aprovechar: su fobia a los gigantescos gusanos de arena del más allá, y el hecho de que desaparece si se dice su nombre tres veces, y no puede regresar hasta que sea dicho otras tres veces. No tienen información suficiente para conocerlo, ni acceso al otro mundo para traerse de vuelta a un gusano que se zampe a Bitelchus. Y aunque supieran lo de las tres palabras, ello no impediría que Lydia (Winona Ryder) o cualquier otro, lo trajera de vuelta en cualquier momento. De entre los Cazafantasmas, si alguien está en condiciones de averiguar alguna de estas debilidades, es Egon (Harold Ramis), el Cazafantasmas más inteligente, que vería la desmesurada reacción de Bitelchus si alguien (¿Lydia?) lo llamase por su nombre. Y si hay algún Cazafantasmas que podría de algún modo engañar a Bitelchus o aprovecharse de su naturaleza lúdica, es Peter (Bill Murray), el Cazafantasmas más locuaz, aunque no sería fácil.

De hecho, Bitelchus es muy poderoso y lo más probable es que durante un buen rato estuviera echándose unas buenas risas a costa de humillar a los Cazafantasmas haciendo uso de sus amplios poderes. Si éstos aguantaran el tiempo suficiente, es muy probable que consiguieran una ventana de oportunidad para usar su equipo (si aún lo conservasen) sobre Bitelchus y atraparlo, ya que de hecho, Bitelchus tiende a distraerse o aburrirse con demasiada facilidad.

El fantasma Slimer podría ayudarles, como en los dibujos animados, o quizá incluso Lydia, distrayendo a Bitelchus, aunque aquí habría que hacer matices. Desde luego, si alguien va a influir sobre el resultado final es Lydia.

La Lydia Deetz de la película teme a Bitelchus, aunque también tiene curiosidad por él, pero lo rechaza cuando ve su naturaleza malvada, aunque se ve vinculada por su trato con él. Pero la Lydia de la serie animada, pasados unos años, lo considera su amigo, no le tiene ningún miedo, y es ella misma la que lo invoca reiteradamente. Y sorprendentemente, Bitelchus se ha acostumbrado a ella y no le desea ningún mal.

Lydia es una joven, de naturaleza artística y nefastos padres, que se siente alienada en el mundo de los vivos, hasta el punto de que los mejores momentos de su vida, hasta la fecha, los ha pasado con fantasmas. Es la única persona que se preocupa sinceramente por Bitelchus, y él lo sabe, y eso le alegra, más allá de su capa de cinismo inicial. Hay un episodio de la serie animada, en el que entran en el cerebro de Bitelchus a lo “Del Revés” de Pixar, con el tren y todo, pero veinte años antes, y vemos que hay un área completa de su memoria dedicada a Lydia, y es la más iluminada y mejor decorada. Lydia es, pues, la conciencia de Bitelchus, y la persona a la que recurre cuando se mete en líos usando sus propios poderes o necesita consejo. Si Bitelchus se estuviera comportando de forma destructiva, ella misma ayudaría a los Cazafantasmas, pero si alguien estuviera intentando apresar “injustamente” a Bitelchus contratando a los Cazafantasmas (el alcalde, los padres de Lydia o Claire Brewster, la niña rica y tonta del instituto de Lydia, que siempre aparecía en la serie para incordiarla), entonces Lydia ayudaría a Bitelchus, y con este extra de concentración y enfoque haciendo uso de sus amplios poderes, es imparable. En la serie animada, Bitelchus tumbó incluso a enemigos más poderosos que él, o que lo habían dejado sin poderes, con la ayuda y el consejo de Lydia. En otro episodio, Bitelchus visita un mundo en el que él no existe. Todos están fenomenal, pero Lydia está horriblemente, bajo una fuerte depresión (recordemos que en la película tenía incluso ideas suicidas en cierto momento), sin autoestima, y sometida a bulling en el instituto. Por supuesto, Bitelchus interviene para hacer a Lydia feliz, y a los demás miserables.

Lydia es el ancla moral de Bitelchus, y la única que logra incluso que sea generoso y valiente. Hay un episodio en el que llegan a un pueblo fantasma del Otro Mundo, y se enfrentan a un personaje que quiere casarse con Lydia por la fuerza, una especie de pistolero de western con poderes desmesuradamente amplios. Éste vence a Bitelchus, que sale huyendo, pero en las afueras del pueblo, Bitelchus tiene una visión de Lydia, allí atrapada tras años, para siempre, con la piel verde como los suicidas en el Otro Mundo, y aun así, encadenada en una cocina, rodeada de niños cadavéricos (lo que implica que ha sido reiteradamente violada por el pistolero fantasma, y éste es un concepto bastante fuerte para una serie animada), y decide volver, aplastando al pistolero y rescatándola. Lydia saca lo mejor de Bitelchus, tanto moralmente como a nivel de concentración y habilidad, con lo que será importante para el resultado final.

En este escenario de confianza, Lydia ayudaría a Bitelchus, aunque obviamente no a matar o herir a nadie. Y Bitelchus, con el nivel de ayuda y motivación que proviene de Lydia, es imparable. Incluso tenemos que en la serie animada, repetir las tres palabras que invocan a Bitelchus o lo devuelven al mundo de los muertos, también hacen entrar o salir de él, a los que estén con él. Los Cazafantasmas pasarían un mal rato allí dentro, si Lydia recurriese a esto.





Conclusión

Bitelchus les daría mucha guerra a los Cazafantasmas, y estaría en condiciones de ahuyentarlos, como en clave de parodia hacían los tres tíos fantasmas de Casper con el Cazafantasmas de Dan Aykroyd en el “Casper” de Spielberg (¿“A quién van a llamar? ¡A otro!”, decía), especialmente con la ayuda de Lydia, puesto que sin ella, Bitelchus estaría en posición de despistarse o confiarse, y cometer algún error.

Pero, si éstos consiguieran encerrarlo, como profesionales muy entrenados que son, de todos modos escaparía. Repetir la invocación de Bitelchus lo hace surgir, esté donde esté, y si no, siempre encontraría alguna estratagema para escapar de la unidad de contención (en los dibujos de los Cazafantasmas pasaron cosas semejantes), y llevarse a algunos colegas espectrales con él, pero eso ya valdría como material para una secuela….


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