Ya está a la venta la novela Zombi d´Or: Ciudad de Vacaciones escrita por Fernando Polanco con quien hemos tenido la oportunidad de charlar sobre este libro que junga a ana friki de Star Wars, un cani flamencorro, Zombis de la Tercera Edad y Marina D´Or.
¿Que qué sale de todo esto? Pues Zombi d´Or, la primera historia de muertos vivientes con dentadura postiza.
Zombi d’Or: muertos vivientes, personas de la tercera edad y ciudad de vacaciones. ¿Esto cómo narices se te ocurre?
Podría decir que una noche borracho pero te mentiría (risas). Se me ocurre a raíz del título, Zombi d’Or, y ahí ya aparecen todos los elementos de la ecuación. Me parecieron graciosos, novedoso, y que podría ser una nueva vuelta de tuerca al género zombi.
El género zombi ha explotado en los últimos años, buscar la originalidad es difícil…
Sí, sobretodo en España es impresionante la cantidad de novelas de zombis que han salido en los últimos cinco años. Y creo que lo que podía aportar como Fernando Polanco es cachondeo, así que tiré por la comedia y los zombis con dentadura postiza, y aquí estamos (risas).
La pregunta puñetera, como siempre, es sobre los referentes que has utilizado.
Pues más que literarios han sido cinematográficos. REC 3 es lo más cercano, quizás. Luego también mucho del cómic de Mortadelo y Filemón, que aunque no se vea a simple vista está ahí. Cuando era un chaval leía todos los cómics de Mortadelo, Superlópez… ese tipo de violencia gráfica, caricaturesca, está en la novela. Al final es como el Rasca y Pica de los Simpson, niños viendo violencia edulcorada.
¿Qué hay de Fernando Polanco en los personajes de Zombi d’Or?
Es algo que me he dado cuenta con el libro ya escrito, haciendo entrevistas. Tanto la protagonista como el antagonista, soy yo. Ella es mi lado emo y friki, y él es mi lado más cani y cañí adolescente. Siempre lo digo, es como un ejercicio de onanismo el que dos personajes que son la misma persona se enamoren entre ellos dentro de la misma historia.
Luego hay secundarios que no son yo pero que están directamente inspirados en gente que está a mi alrededor, o que ha vivido conmigo en varias etapas de mi vida.
Siendo guionista, habrás pensado en como sería Zombi d’Or en cine…
Sí, de hecho creo que es la adaptación más clara jamás pensada (risas). Zombi d’Or es película antes que sea película, solo falta dinero y un productor. Si eres productor, y estás leyendo esto, ¡anímate! (risas).
¿Qué diferencia hay entre escribir un guión y una novela?
Para mí poca, porque me planteé la escritura de la novela como si fuera un guión. De hecho empecé con una escaleta, que es un proceso totalmente de guión de cine.
A partir de ahí la escritura, si lees la novela, verás que no es muy literaria; no hay discurso interior, ni monólogo, todo es acción y con descripciones muy directas, frases cortas y nada de subordinadas… Supongo que todo el peso que tengo como guionista está ahí.
Pero quieras que no, una novela es más extensa y “libre” que un guión, ¿cómo ha sido ese proceso?
Empezó siendo un encargo, querían una novela de terror juvenil. Se me ocurrió el título, envié el argumento a la editorial, les gustó y unos meses después apareció el primer borrador. Y tenía poco que ver con la versión publicada, diría que un 30% del primer borrador se ha quedado en la versión final.
Uno de los consejos que me dieron los primeros lectores es que cambiara el punto de vista de tercera a primera persona, para aumentar el grado de inmersión. Eso hizo ganar en comedia y cambiar muchas situaciones.
Y después de todo ese proceso, tu bebé está ahora en las estanterías. ¿Cómo te sientes?
Pues supongo que es lo más cercano a la felicidad que puede experimentar un escritor. Digo supongo porque todavía no me lo creo (risas).
Una de las cosas que más gustan del libro son las referencias frikis que hay en cada capítulo, ¿este libro es para ellos?
Va para un target muy concreto, que creo si he dado con la tecla adecuada pueden sentirse muy identificados. Pero también a la vez va para un target más general, no hace falta pillar todas las referencias frikis, cinematográficas, de videojuegos… creo que la historia se puede disfrutar porque tienen peso otras cosas.
Eso sí, tiene un plus que si pillas los guiños entre párrafo y párrafo es como los videojuegos, que te llevas un bonus extra (risas).
¿Y tus próximos proyectos más cercanos?
Tengo una idea para otra novela, pero necesito tiempo para escribirla. A parte tengo proyectos en cine, que puede que salgan o puede que no (no las diré, que mento a la mala suerte). También me han pedido escribir una obra de teatro para una cafetería de Malasaña. Ya escribí un microteatro, pero esta vez me han pedido una horita larga. Obviamente de terror y comedia.
Y luego cortometrajes, que estoy escribiendo junto a Carlos J. Marín, y también estamos con 7SINS, una película antología con otros directores que ahora está en proceso de financiación.
Para acabar, véndenos Zombi d’Or para los que acaben de conocer el título de la novela.
Siempre digo que para los tiempos que corren necesitamos desconectar de la realidad y echarnos unas risas, y sin duda Zombi d’Or es el mejor libro que puede aparecer ahí para hacerte desternillarte.
No lo digo yo, lo dicen los lectores, incluso mucha gente que hacía tiempo no leía nada. Mi prima Cristina, que el último libro que se leyó fue hace 15 años, se lo leyó en dos tardes. Así que ya sabéis: Zombi d’Or es efectivo y se pasa volando.
Por Carlos Marín