Sitges 2020: Resumen del día 3 ("Lucky", "Baby", "Spirit Walker", "The Queen of Black Magic"...)
Por Redacción
Publicado el 11/10/2020
El primer sábado del festival ha tenido películas de todo tipo...
Tercer día y primer sábado para un festival que deberá pasar su segunda prueba de fuego (la primera ya fue levantarlo) con la llegada masiva de público habitual en el fin de semana: salas llenas y gente que simplemente quiere pasear para ver el ambiente entre distancias de seguridad y protocolos.
Los más madrugadores han podido acceder a las entrañas de Baby (Juanma Bajo Ulloa, 2020), el regreso del cineasta vasco a un cine más poético y visual tras la comedia gamberra Rey Gitano. La película, contada sin diálogo y a través de un pequeño grupo de personajes, cuenta la historia de una toxicómana que vende su bebé recién nacido a una extraña mujer. Poco después se arrepentirá y volverá a por el niño, decisión que la enfrentará a sus miedos más profundos. Una película que juega duro y recupera las maneras de Alas de Mariposa o La madre muerta, creando una fábula a través de momentos oscuros y preciosistas.
El cine español ha continuado su aventura festivalera con No matarás (David Victori, 2020). Proyectada como una sesión especial, la segunda película de David Victori nos sumerge en la noche interminable de Dani (Mario Casas), un tipo apagado e introvertido que verá su mundo caer en pedazos tras el encuentro con una joven desconocida. Una especie de After Hours en clave thriller, rodada entre neones de la Barcelona nocturna y con un pulso de cámara pegado a Mario Casas, que protagoniza todas y cada una de sus secuencias. Críticas entusiastas y en general una gran acogida para una propuesta que pretende repetir éxito en su próximo estreno en salas.
Y de la soleada España saltamos a la fría Hungría de tiempos comunistas, con la comedia vampírica Comrade Drakulich (Márk Bodzar, 2020). Ambientada durante la Guerra Fría, cuenta el curioso periplo de un grupo de policía secreta de la época, asignados a seguir la pista de lo que parece ser un misterioso… vampiro. Humor húngaro, signifique lo que signifique eso, gran factura técnica y de fotografía, mucho costumbrismo y chistes sobre eyaculación precoz en una cinta simpática, divertida en su justa medida y sorprendentemente contenida. Más una romcom con toque de crítica política que película de no-muertos (los que esperen colmillos, que se abstengan).
Saltando a Noves Visions (recordemos, la sección más alternativa del festival) ha hecho acto de presencia The Stylist (Jill Gevargizian, 2020). Ampliación del exitoso corto de su directora sobre una peluquera con instintos asesinos y obsesión con las cabelleras (un claro y bonito homenaje al Maniac de William Lustig). El resultado, sin embargo, ha sido de todo menos un éxito: factura de telefilm, trama de ídem y un público que se removía en el asiento al ver que pasaban los minutos sin que pasara nada demasiado interesante. Su fondo temático es notable (al fin y al cabo, habla claramente de una adicción asociada a la alienación social) pero muchos nos preguntamos si eso era suficiente para aguantar hasta una última escena que, esa sí, ha arrancado aplausos entre el público.
En paralelo a la película sobre estilistas asesinas se estaba viendo Lucky (Natasha Kermani, 2020), película que curiosamente comparte como protagonista a la actriz Brea Grant (que en unos días presentará aquí su debut tras las cámaras, 12 Hours Shift). La propia Grant interpreta a una escritora perseguida por un extraño asesino, figura que a nadie parece importarle demasiado salvo a ella misma. Situación que la obligará a tomar cartas en el asunto y planear como acabar ella sola con la amenaza. Interesante propuesta de ideas frescas pero brocha demasiado gorda, que ha caído con mejores intenciones que resultados.
A continuación, ha aterrizado el primer thriller coreano de la edición: Spiritwalker (Yoon Jae-Keun, 2020). La premisa es sencillamente genial: cada doce horas, un hombre despierta en el cuerpo de una persona diferente, sin ser donde está e incapaz de recordar quién era originalmente. Como una especie de twist sobre Memento, la historia se va reconstruyendo a través de las pistas que el protagonista va encajando entre traspaso y traspaso de cuerpos. Lástima que a medio camino se acabe la gasolina de su idea, dejándose a merced de una correcta factura de cine de acción muy deudora de la mismísima John Wick.
La sesión de madrugada ha sido protagonizada por The Queen of Black Magic (Kimo Stamboel, 2019). Mitad del dúo Mo Brothers (el otro, Timo Tjahjanto, ha realizado en solitario las maravillosas May the devil take you y The night come for us), el realizador indonesio presenta en Sitges el remake de un clásico del mismo nombre. Cambiando (bastante) la trama original, en la versión de Stamboel un grupo de adultos vuelven al orfanato donde se criaron para descubrir (como siempre, más tarde que nunca) que la bruja que creyeron haber enterrado de niños sigue viva para volver a atormentarlos. Un desfile de guarradas, bichos y torturas variadas que ha hecho las delicias de los habitantes de la medianoche. Kimo Stamboel no tiene el pulso y talento de su “hermano” Timo, pero sí desde luego tiene las maneras suficientes para volver a poner la lupa sobre la filmografía de género del sudeste asiático.
Los fans de los muertos vivientes, a falta de la clásica Zombie Walk (cancelada por motivos obvios), han tenido su dosis de carne reanimada con el maratón formado por Get The Hell Out! (Wang I-Fan, 2020) y Yummy (Lars Damoiseaux, 2019). Taiwanesa la primera (¡zombis en el parlamento!) y belga la segunda (¡zombis en una clínica de cirujía estética!=, han puesto la guindilla al que ha sido sin duda uno de los días más internacional de esta edición (recordemos: cintas españolas, húngaras, británicas, norteamericanas, coreanas, indonesias, taiwanesas y belgas en menos de 24 horas).
Hoy toca 30 Monedas, la esperada serie de Álex de la Iglesia para HBO que tan buenas críticas cosechó en Venecia. También veremos las aventuras de pueblerinos contra vampiros en Boys from county hell, sufriremos con los ladrones transformados en víctimas de The Owners o comprobaremos si siguen funcionando los exploits de Cube y Saw con Meandre.
Por Carlos Marín.
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