Sitges 2021: Resumen del día 4 (‘Lamb’, ‘El páramo’, ‘Historias para no dormir’…)
Por Redacción
Publicado el 11/10/2021
Una selección de títulos magníficos ya han podido verse en los primeros días del festival
Domingo de sol y nubes en Sitges, de gran movimiento de personalidades y de clarísimo acento español, tanto en las restauraciones de grandes clásicos -modernos-, la vuelta de series míticas de nuestra televisión o la aparición de nuevas propuestas de género made in Spain.
Aunque, en realidad, hayamos amanecido en el lejano Japón: Beyond The Infinite Two Minutes (Junta Yamaguchi, 2021) habría la veda de la prensa con su deliciosa propuesta de comedia y ciencia-ficción, una que ha encandilado al público y rememorado (salvando las distancias) aquella experiencia impagable que fue ‘One Cut of the Dead’. El dueño de una cafetería descubre que el televisor de su piso y el de su local están conectados con una diferencia de dos minutos. Es decir, a través de la tele de su piso puede ver el futuro, pero solo en dos minutos. Con esos pocos ingredientes se construye una comedia divertidísima, probablemente la película más original del año, que estira y retuerce su propuesta siempre hacia nuevos (y sorprendentes) horizontes sin perder un ápice de encanto. La factura es claramente barata, pero aún así sus responsables se encargan de rodarlo todo en un loquísimo plano-secuencia que hace para la historia (y para el espacio, y para su humor) un elemento indispensable. Lástima que esté en una sección como ‘Noves Visinos’ -o ‘Nuevas Visiones’-, donde el premio del público no está presente y donde compite con otras películas que no comparten, para nada, sus intenciones y humildad.
El acento español (y de Carabanchel) ha explotado con la magnífica restauración en 4K de El día de la bestia (Álex de la Iglesia, 1995). El que ya es un clásico del cine patrio ha vuelto a demostrar porque nunca podrá morir: esa lisérgica mezcla entre cine satánico, acción y heavy-metal que rompió una generación y abrió camino para muchos de los cineastas de terror actuales. Ese Madrid apocalíptico nunca se ha visto ni se ha odio tan bien, un acto nostálgico que coincide, con apenas diferencia de un día, con la presentación de su nueva película, ‘Veneciafrenia’. Pocos directores en activo, gusten o no sus películas, pueden mantener este ritmo y constancia con el genéro como lo hace De la Iglesia. Sin duda, uno de nuestros genios.
Y de otro de esos genios nació, cuando muchos no habíamos aún nacido, ‘Historias para no dormir’. El serial de Chicho Ibáñez-Serrador encajó en la memoria colectiva del país como un guante, llevando el terror, el suspense y la ciencia-ficción a los hogares de una España aún en dictadura. Tras un (genial) revival a mediados de los 2000s, RTVE y Amazon han decidido resucitar la franquicia con una tanda de nuevos episodios dirigidos por grandes nombres del cine actual. La serie ha presentado sus cuatro capítulos, todos remakes de la serie clásica, dentro del marco del festival. Su duración ha sido perfecta para hacer sesiones dobles de cada uno de ellos, presentados por sus responsables y por su reparto. Así hemos podido ver ‘La broma’ de Rodrigo Cortés, un thriller con mucho humor negro a medio camino entre ‘Perdición’ y ‘Sangre Fácil’ con unos geniales Eduard Fernández, Nathalie Poza y Raúl Arévalo. También se ha presentado ‘El Asfalto’, de Paula Ortiz, que traslada el angustioso hundimiento de un hombre en el ídem a la actualidad de los riders. Han cerrado el ciclo ‘El doble’ de Rodrigo Sorogoyen (ciencia-ficción con fondo de terror psicológico) y ‘Freddy’, seguramente la mejor del pack, en un meta-ejercicio donde Paco Plaza recrea el rodaje de la serie original. Un bonito revival con una calidad técnica envidiable, aunque se echa en falta que las historias se acerquen algo más el terror. La serie se podrá ver en noviembre en Amazon Prime.
Y seguimos en el terror patrio con El Páramo (David Casademunt, 2021), ópera prima a medio camino entre el terror psicológico y el cuento gótico producida por ‘Rodar y Rodar’ y que se podrá ver el año que viene en Netflix. Protagonizada por Inma Cuesta (que está inmensa, le echen lo que le echen), la película se ambienta en algún momento inconcreto del Siglo XIX en España. En mitad del páramo que menciona el título vive una familia aislada a voluntad, en condiciones cada vez más complicadas. La partida del padre y la leyenda de una bestia acechadora hará mella en la psique de la familia, que comenzará a creer que esa criatura está cada vez más cerca. Heredera del gótico español que usó Guillermo del Toro en su dupla de la guerra civil, así como muy inspirada en el Shyamalan de ‘El bosque’, la película apuesta por la atmósfera opresiva y el fuera de campo para generar angustia. Una música maravillosa y una fotografía inspiradora para este pequeño cuento de terror minimalista.
La noche se ha cerrado con una de las películas más inclasificables del año. Lamb (Valdimar Jóhannsson, 2021) es una película Islandesa con todas las letras, una en la que Noomi Rapace y (mira la libreta) Hilmir Snær Guðnason interpretan a una pareja de granjeros tras una profunda pérdida personal. La vida les sonreirá cuando una de sus cabras para un híbrido entre cordero y humano, una “niña” que criarán como si fuera su hija. Drama rural pequeño, de una belleza plástica arrolladora y una de las criaturas “mitológicas” más cucas y adorables de la década. Ese maldito niño cordero podría pedir tu pie y tu responderías “en cuántos trozos”. Eso sí, ni terror, ni fantasía, ni siquiera trama. La película es una contemplativa y lenta aproximación a la pérdida de una pareja con un contexto absurdo y… ¿genial? Desde luego, la respuesta ha sido altamente positiva, toda una sorpresa teniendo en cuenta lo poco Sitges que es la propuesta. Al que esto escribe le ha encantado y todavía no sabe por qué.
Mañana iniciaremos la semana (natural) por todo lo alto con el retorno de nuestro Michael en ‘Halloween Kills’. Si el hype nos deja, saltaremos también a por el thriller coreano obligatorio de ‘Limbo’, la comedia negra caníbal ‘Barbaque’ o la que promete ser una de las películas más polémicas de la edición, ‘Violation’.
Por Carlos Marín