"Terrifier 3" llega a 1,5 millones de euros de recaudación en España en tres días
Por Redacción
Publicado el 02/11/2024
Sigue el fenómeno Art The Clown arrasando en la taquilla española en su estreno
El éxito de TERRIFIER 3 no se ha quedado en algo puntual del día de Halloween, y es que tras ser número uno de taquilla el día de su estreno, ya ha alcanzado 1,5 millones de euros en sus tres primeros días, una auténtica salvajada para un título de estas características que tan solo ha costado 2 millones llevarse a cabo.
El regreso de Art The Clown ya lleva conseguidos más de 60 millones de dólares en todo el mundo, siendo una de las cintas de terror más taquilleras del año (y sin duda la más rentable de todas ellas).
El fenómeno está siendo algo mundial y como muestra de ello solo hay que echar un ojo a Italia, donde en su primer día ha logrado 1,5 millones de euros, convirtiéndose en el mejor estreno de la historia de una película de terror americana.
Ahora habrá que ver dónde está el techo de recaudación de la película y el director Damien Leone ya confirmó hace unos días que "Terrifier 4" ya está en marcha y podría ser la carta de despedida (al menos de momento) de las andanzas de Art.
CRÍTICA DE "TERRIFIER 3"
Desde que Victor Crowley enterró el hacha en la cuarta entrega de “Hatchet”, hace siete años, el slasher ha estado arrastrándose por la cartelera como un zombie, con escasa presencia y peor calidad. Sería injusto darle un entierro prematuro, pero lo que ofrece y nada es básicamente lo mismo, entre secuelas, precuelas, recuelas y reinicios de sagas que no dan más de sí y experimentos indies con más ínfulas que ganas de entretener. Tan injusto como sería atribuir el éxito de la saga “Terrifier” a una serendipia favorecida por la urgencia de cubrir este vacío. “La víspera de Halloween” (2013), además de recibir una respuesta tibia por parte del público, ya era el segundo intento de Damien Leone de presentar a su ahora icónico personaje, reciclando en una “tramposa” antología sus cortometrajes anteriores, “The 9th Circle” (2008) y “Terrifier” (2011). La antología contó con una continuación en 2015, igual de discreta, pero sin la participación de Leone, que se encontraba inmerso en la escritura, producción y dirección de un spin-off de su pesadilla circense, estrenado sólo un año después bajo el título de “Terrifier”.
La cuarta iteración del payaso demoniaco (la primera para el gran público, e incluso para muchos aficionados) tampoco cosechó buenos resultados de primeras. Aún así, con el boca a boca en redes sociales, la figura de Art (la coletilla “the Clown” es redundante, lo siento) fue ganando forma, tamaño y opacidad. El bombazo llegó con “Terrifier 2”, que se tomó a pecho la regla no escrita de toda buena secuela: más sangre, más violencia, más desnudos, más víctimas, más surrealismo, más humor negro. Más de todo. Pero, por encima de todo, más Art. El “Asesino del Condado de Miles” se adueñó de la pantalla durante dos horas y media; naturalmente, la duración también reflejó esa tendencia al exceso. El aumento de presupuesto permitió a Damien Leone, curtido en el sector de los efectos especiales, dar rienda suelta a su retorcida creatividad en secuencias de extrema sordidez. El clásico rumor sobre espectadores vomitando en cines se propagó en Internet, beneficiando, por descontado, al marketing de la película, al que el mismísimo Stephen King puso la guinda con uno de sus famosos tuits mágicos. Con el respaldo (y la presión) de un fandom desbocado, Leone se puso manos a la obra en la tercera entrega de Art, prometiendo elevar la apuesta y llevarlo todo al siguiente nivel. Podemos confirmar que es un hombre de palabra.
“Terrifier 3” avanza cinco años en la trama desde el sangriento y alucinado desenlace de su predecesora, permitiéndose un pequeño flashback para explicar, con muchas comillas (y mucha sangre) el regreso del payaso. Aunque se ha hablado hasta la saciedad en los medios de este prólogo dantesco, lo cierto es que la película atesora asesinatos bastante más abyectos y truculentos. Nota para el espectador: si os deja mal cuerpo el comienzo, tened a mano una bolsa de plástico.
Después de sobrevivir a la masacre, Sienna Shaw intenta rehacer su vida en casa de sus tíos, fingiendo que todo va bien, pese a arrastrar un trauma considerable. Su hermano menor, Jonathan, parece más dispuesto a pasar página, pero el destino vuelve a cruzarlos en el camino del payaso sanguinario.
En el cine slasher, el carisma y la personalidad de un maníaco dependen tanto de un buen disfraz como del cómo, el dónde y el cuándo. Cada uno tiene su arma distintiva, su coto de caza y su fecha marcada en el calendario. Hasta este punto, Art se ceñía a la fórmula, pero en esta ocasión se desvincula de la noche de Halloween y traslada sus carnicerías a un escenario antitético, como es la Navidad, enfundado en un traje de Santa Claus, en una versión adulterada y perturbadora del Jack Skellington de “Pesadilla antes de Navidad”. Su nueva compañera de fatigas no es la inquietante niña-payaso de “Terrifier 2”, sino Victoria Heyes, la protagonista malograda de la primera entrega, renacida aquí como un secundario monstruoso.
Más allá de su mutismo voluntario, propio de un mimo, su inconfundible look, su bocina inseparable y esa bolsa negra de armas que parece el bolsillo de Doraemon, poco sabemos del trasfondo de Art. A pesar de las migas que Leone va dejando en cada entrega sobre sus raíces sobrenaturales, el personaje sigue siendo una caja negra. A Leone le conviene seguir dosificando el misterio, guardar cartas bajo la manga; el futuro de “Terrifier” se augura largo y próspero.
La consagración de Art en el panteón del slasher se ve respalda por los coditos de grandes nombres del género a modo de cameos, como Clint Howard o Tom Savini, a quien Leone siempre ha admirado. Lauren LaVera se afianza como la Final Girl de la saga, asegurando su papel en futuras entregas a través de una intrigante predestinación, amén de un cliffhanger difícil de eludir.
Damien Leone ha conectado con su público tan bien como estos han conectado con su obra. No necesita más para seguir triunfando, salvo saciar el apetito de los fans por la casquería festivalera y el humor negrísimo de su infame ídolo. Si se les da lo que quieren, responden con un apoyo incondicional. Desde “Halloween” (1978), por esbozar un inicio, la crítica académica ha vertido ríos de mierda sobre el slasher, sin darse cuenta, en su pretendida erudición, del favor que le ha hecho a este subgénero outsider." Terrifier” se nutre de la bilis vertida en medios profesionales; cada vez que un crítico raja de la saga, Art le mete un bocinazo en la oreja y se ríe en su cara.
“Terrifier 3” es un caramelo para los amantes del slasher; no se hace pesada ni aburrida en sus dos horas de metraje, es coherente y consistente dentro de su propio universo, y sus sangrías siguen conjurando en el público un cóctel de sonrisas cómplices y nerviosas. Una apuesta sólida, tan segura como arriesgada, paradójicamente. Veremos cuanto aguanta.
Por Jedediah