"El asesino de ángeles" llega a Prime Video. Crítica y Tráiler de la película.
Por Redacción
Publicado el 12/06/2025
La cinta protagonizada por Martin Lawrence, John Malkovich y Melissa Roxburgh ya está disponible en la plataforma.
Tras trabajar en el departamento artístico de grandes superproducciones como "Los Odiosos Ocho", "Capitán América" o "El Señor de los Anillos: Los Anillos del Poder", Mauro Borrelli se pasa a la dirección para llevar a cabo El Asesino de los Ángeles, que ya tenéis disponible en Prime Video.
Los investigadores de la policía Jake Doyle y Mary Kelly forman un dúo increíble, cada vez que se enfrentan a un caso lo resuelven sin apenas esfuerzo. Sin embargo, cuando se enfrentan a este nuevo caso, necesitarán ayuda externa. Por ello, contactan con el asesino en serie, ya encarcelado, llamado El artista para intentar atrapar a un imitador suyo.
La película, también conocida como "Mindcage", es un thriller psicológico que se presenta como heredero lejano de El silencio de los corderos, aunque más por aspiración que por resultado. Martin Lawrence, John Malkovich y Melissa Roxburgh encabezan el reparto de la cinta que intenta sumergirse en los entresijos del alma criminal a través de una serie de asesinatos rituales que imitan los crímenes de un asesino en serie encarcelado. La premisa, al menos en papel, tiene una textura prometedora.
Pero pronto queda claro que El Asesino de los Ángeles está más interesada en jugar con moldes conocidos que en moldear su propio estilo. Borrelli dibuja con trazo grueso una investigación policial en la que los protagonistas deben aliarse con un prisionero brillante —“El Artista”, interpretado por un Malkovich algo adormecido— para detener a un imitador homicida. La dinámica recuerda inevitablemente a Hannibal Lecter y Clarice Starling, aunque sin la tensión ni la profundidad simbólica de aquella dupla inmortal.
Narrativamente, la película avanza sin matices, atrapada entre la mecánica del whodunit y el deseo de construir una atmósfera mórbida. El guion, repleto de diálogos funcionales y revelaciones predecibles, no consigue elevarse ni siquiera en sus intentos más solemnes. Lo que podría haber sido un ejercicio de tensión psicológica se convierte en una sucesión de lugares comunes. Las motivaciones de los personajes, en especial la agente Mary Kelly (Roxburgh), apenas se sostienen, y su evolución a lo largo del metraje carece del conflicto interno que permitiría al espectador conectar con ella.
El Asesino de los Ángeles es un producto pulcro, con una fotografía sombría y una puesta en escena que opta por el claroscuro como principal recurso expresivo. Sin embargo, esta estética noir está tan calculada que roza lo genérico: la opacidad visual no construye atmósfera, sino que maquilla la falta de tensión real. El montaje, por su parte, no arriesga, y los escasos momentos de violencia estilizada están contenidos dentro de los márgenes del thriller más convencional.
La música de Arkadiusz Reikowski, aunque competente, no logra desprenderse de la sombra de scores anteriores y se siente más como un remanente funcional que como una voz narrativa propia. Por otra parte, el ritmo de la película oscila entre la lentitud pretendidamente atmosférica y el apuro expositivo, lo que impide una verdadera inmersión en el misterio.
El mayor atractivo de la cinta podría haber sido la presencia de John Malkovich, un actor acostumbrado a jugar con ambigüedades, pero su interpretación aquí es más mecánica que enigmática. Se percibe una falta de compromiso emocional, como si incluso él sospechara que el material no le permitiría desplegar su complejidad habitual. Martin Lawrence, por su parte, intenta romper con su registro habitual, pero su esfuerzo se ve lastrado por un guión que no sabe qué hacer con su personaje.
El Asesino de los Ángeles es una película que juega con referentes mayores sin atreverse a deconstruirlos o al menos a replicarlos con originalidad. Queda como una imitación pálida de un subgénero que ya ha ofrecido sus obras maestras y que exige, hoy más que nunca, una voz diferenciada o una mirada audaz. No es ni una catástrofe ni un experimento fallido, simplemente una película inofensiva, atrapada en su propia jaula de fórmulas gastadas.
LO MEJOR: La estética sombría y el intento de Martin Lawrence por reinventarse en un papel más contenido.
LO PEOR: La falta de identidad propia y el guion, que recicla clichés del thriller criminal sin aportar tensión ni profundidad.