En un mundo asolado por un virus infeccioso que convierte a sus víctimas en muertos vivientes, ALICE (Milla Jovovich), continúa en su búsqueda por supervivientes para ponerlos a salvo. Su batalla a muerte con la Corporación Umbrella llega a alturas insospechadas, pero Alice, inesperadamente, recibe ayuda de una vieja amiga.
Nuevas pistas, con la promesa de un paraíso a salvo de muertos vivientes, los conduce hasta Los Ángeles, pero cuando llegan, la ciudad está infectada con miles de muertos vivientes. Alice y sus compañeros están a punto de caer en una trampa mortal.
No hay duda que Paul W.S. Anderson se ha convertido en uno de esos directores a los que la suerte parece sonreír en cada proyecto. Y es que pocas personas consiguen recaudaciones tan millonarias con presupuestos tan irrisorios (para las cifras que se suelen manejar en Hollywood). Además, pese a que la calidad final de sus películas suele dejar bastante que desear, generalmente debido a sus flojos guiones, tienen un "algo" que consiguen enganchar al espectador