El juego, de acción y aventura, se desarrolla en un mundo abierto que el jugador puede controlar completamente yendo mucho más allá de lo que permiten los juegos en mundo abierto a los que estamos acostumbrados. Watch Dogs pone al jugador en la piel de Aiden Pearce, un antihéroe capaz de hackear cualquier sistema y convertirlo en un arma.