Monstruoso (Cloverfield) » Crítica

Por Carlos Marín

Hay muchas películas de monstruos, otras tantas de catástrofes y demasiadas ambientadas en Nueva York. Monstruoso (esa parvularia traducción de Cloverfield) tiene estos tres elementos, pero al contrario de lo que normalmente pueda pasar, se hace diferente en los tópicos catastróficos y tópica en una subtrama romántica que, muy a pesar de la criatura hostil, es el motor de toda la película.

Con una campaña viral que debería servir de manual sobre como utilizar Internet para vender una película, Monstruoso se nos presenta en un ambiente hiper-realista con el grave problema de que sus protagonistas no lo son. Dispuestos por y para la trama, la función principal de los personajes es mover lo que verdaderamente hemos venido (y pagado) por ver: una cámara doméstica que graba, en primerísima persona, el ataque de una bestia a la gran ciudad. Y en eso el film cumple lo prometido, sin dejar lugar a dudas.

Con un nivel de dirección apasionantemente alto (atención al momento Aliens del metro) , la acción de la cinta se mueve en tres actos claramente marcados y poderosamente rodados. Las apariciones de la bestia están calculadas en un in crescendo en perfecta armonía con el ritmo del metraje y su diseño resulta realmente aterrador, como toda la situación que rodea al film. Nadie explica lo que pasa, nadie planea un ataque inteligente contra la criatura, simplemente la vorágine de la catástrofe arrastra al espectador a un viaje lleno a lo más profundo del caos, mediático y humano. ¿Alguien dijo 11-S?

Lástima que estén de por medio esos protagonistas superheroicos que, si bien sin ellos la película no llevaría a ningún lado, en ocasiones empalagan y limitan todo a una muy vista historia de amor.

Pero que nadie encienda las alarmas, Monstruoso es a las montañas rusas lo que [REC] era al pasaje del terror: un entretenimiento de nueva generación y un billete a un torbellino de emociones no apto para corazones débiles. Éste es el cine (que no el formato) del siglo XXI.

Lo mejor: La sensación de caos e incertidumbre y todas las apariciones del monstruo. Impresionantes.

Lo peor: Esos protagonistas que alejan en vez de acercar a un formato que pedía más naturalidad (contando el agravante de verla en nuestras salas doblada).

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