La Matanza de Texas » Crítica

Por Emilio Martínez

En 1974 Tobe Hooper consiguió estremecer a todo el mundo con una película salvaje, inspirada en hechos reales, en los que un grupo de jovenes iba a parar a una casa donde una familia de psicópatas canibales les esperaba con los brazos abiertos.

Tal vez el éxito de esta película radicó en la brutalidad de sus imágenes, su opresiva atmosfera y ante todo la simplicidad con la que estaba rodada. A todo esto se unía LeatherFace, uno de los psicópatas que más juego han dado en la historia del cine y, que a diferencia de otros como Jason o Freddy, su condición humana -sin que se reencarne cinco mil veces- le hacía aterrador.

Ahora, treinta años después, Marcus Nispel ha sido el encargado de realizar un remake de la obra maestra de Hooper. ¿El resultado? Irregular.

Es innegable que si copias prácticamente plano a plano una gran película no te puede salir algo malo. Además, si el diseño de producción está a gran altura o si la protagonista (Jessica Biel) está para mojar pan, ayuda de manera notable al conjunto.

El problema es que en el 2004 ya no nos impresionamos con tanta facilidad como en los setenta. Películas del estilo a La Matanza de Texas hemos visto a decenas. Ya no nos impresionamos por tres gotas de sangre o si cuelgan a una chica de un gancho de carnicero. Leatherface sigue siendo un gran psicópata, pero después de haber visto 147 asesinatos* en la saga Viernes 13 no nos encadalizamos con cualquier cosa.

Por ello, La Matanza de Texas en su día fue algo nunca visto, pero probablemente si se estrenase por primera vez en nuestro época no pasaría de ser una película más, como ocurre con su remake.


* No están contabilizados los asesinatos de Jason X y Freddy vs Jason.

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