Monsters » Crítica

Por Carlos Marín

Ciencia-ficción barata, que cantaba a los cuatro vientos nuestro querido (y maltratado) Nacho Vigalondo. Un mundo de ficción científica que sirve de contexto para mostrar los actos, consecuencias y experiencias de un grupo reducido de personajes frente a algo que se escapa de sus manos. No van a salvar el mundo, ni siquiera está en su objetivo, simplemente viven en él. Y a partir de ahí, aparece una película. El año pasado se llamaba District 9. Este año, y salvando las (enormes) distancias, aterriza Monsters, donde la denuncia política y el punto de vista hiper-realista se mezclan en una extraña road-movie con alienígenas invasores.

Su director, Gareth Edwards, da el salto al cine con una ópera prima que intenta, por encima de todo, transmitir un sentimiento, no una gran acción ni una gran épica. Está claro que vivimos todo desde el punto de vista de sus dos protagonistas, un reportero gráfico y la hija de su jefe, dos personajes que deberán cruzar un México infestado por unas criaturas alienígenas que han “infectado” (o eso dicen los colegas norte-americanos) gran parte del país. Se puede entrever, por lo tanto, cierta crítica social y política a un país que dice ser el líder mundial, pero que no lo piensa dos veces a la hora de encerrarse en sí mismo y perjudicar a inocentes por su propia seguridad. De hecho, en cierto momento se plantea la duda: “¿Quiénes son los monstruos?”

Y sobre los monstruos que aparecen en el film, creados por el propio director (es el jefe de efectos especiales), hay que agradecer su diseño y su “originalidad”. Originalidad entre comillas, porque son claros descendientes de la literatura de Lovecraft, criaturas con forma ambigua, llenos de tentáculos viscosos, que parecen tener pies gigantes en la tierra que en ningún momento parecen pasar delante de la cámara. La manera de filmarlos, casi siempre de lejos, entre confusiones y temblores de cámara, le añaden un plus de misterio que los hace aún más atractivos. Sin duda, uno de los puntos fuertes de la cinta (aunque más de uno se quejará de sus “pocas” apariciones).

Quizás lo peor de la película es su problema con la medición de los tiempos y con la centralización de la atracción amorosa que tienen los dos personajes protagonistas. Chico guapo, chica guapa, situación extrema… lo hemos visto mil veces. Cierto que el guión apuesta por una relación más realista, nada de te quiero, te odio, te vuelvo a querer. Pero aún así puede llegar a pesar tanto y, quizás, haya otras situaciones u otros personajes que hubiera valido la pena más centrarse. Ejemplos serían las consecuencias de los ataques estadounidenses, el encuentro con las criaturas en la jungla o el día a día de la gente de México, sobreviviendo y viviendo con cierta normalidad esta extraña situación. Se plantean estas cuestiones, pero no se centralizan suficiente al apostar por dos personajes principales que quizás no podían aguantar el film con sus propias manos.

Aún así, hay que decir que Monsters es una estupenda pequeña película, un film lleno de detalles que llenará la panza de todos aquellos que quieran ver un buen ejemplo de cine con poco dinero y mucho talento. Atentos a Gareth Edwards, el que aún con fallos de novato, apunto muy alto. Ah, y no os olvidéis (si podéis) de ver la película dos veces, imprescindible para acabar con aún mejor sabor de boca.

Lo mejor: Su artesanía y su punto de vista, natural y realista.

Lo peor: Se centra demasiado, en comparación con las demás subtramas, en el conflicto amoroso.

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