Suicide Club » Crítica

Por Ramón Ruestes

Apenas hace unos años, llevar un teléfono móvil era solo cosa de cuestiones laborales o de gozar de una buena posición social. Hoy en dia se ha convertido en un complemento tan importante como los calzoncillos. Puede incluso que te miren como a un extraterrestre si confiesas que ni tienes, ni nunca has tenido uno. No solo tenemos todos uno, sino que si adquieres lo último en móviles, "estarás a la última", "en la onda", la ultima MODA. Lo mismo con las ropas, el peinado, tipos de baile…

La moda forma parte de nuestras vidas, ya sea para sentirte identificado en algo, para formar parte de algo, para ligar, o para decirle al mundo que existes. ¿Pero, no puede ser peligrosa una moda? Efectivamente lo son, puesto que no todas se centran en cuestiones estéticas, muchas han dictado ideologías o actitudes como pueden ser los grupos de extrema derecha, o el punk, o sin ir más lejos, ciertas tendencias musicales que para muchos son más amenas si van acompañadas de estimulantes.
¿Qué sucedería si se pusiera de moda el SUICIDIO? ¿Si estar a la última requiriera quitarse la vida?

Ese es el terreno que nos plantea este Club del suicidio, con una de las introducciones más salvajes que nos ha brindado el cine Asiático (la pelicula empieza con un espeluznante suicidio en masa, no cuento más).

En una curiosa trama policial protagonizada por Ryo Ishibashi (Audition) con ciertos toques de gore. Y algunos momentos de humor negro, como una escena donde vemos intercalados varios suicidios, acompañados de la música de un grupo de jovencitas el cual nos acompañará durante todo el film (las DESSRET, el grupo de "moda").Una cinta bastante correcta, con la única pega de que el desenlace sea un tanto desconcertante y no esté a la altura del resto de la intriga.

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