Twixt » Crítica

Por Carlos Marín

Francis Ford Coppola es un genio, un tipo que ha sido capaz de regalarnos la trilogía de "El padrino", "La conversación", "Apocalypse Now" o "Drácula" tiene que ser considerado un maestro por cualquier entendido del cine inmediatamente, es indiscutible. Eso sí, que sea un maestro no significa que no sea capaz de perderse por el camino e, incluso, filmar malas películas. Pues bien, "Twixt" es una mala película, casi un bodrio, casi, si no fuera por su sentido del humor.

Filmada con un entorno digital donde se prodigan los cromas, el aspecto del film llega a ser hasta cutre en muchos momentos, tanto que si no fuera por el nombre del realizador pensaríamos que estamos viendo una película de un estudiante de cine recién salido de la facultad. Un despropósito protagonizado por el Val Kilmer que se ha comido al Val Kilmer que a su mismo tiempo se comió al Val Kilmer de "The doors". Increíble lo mal que están los actores en toda la película, desde su protagonista hasta los (ridículos, extremos) secundarios.

Quizás Coppola quería hacer una comedia voluntaria, un experimento con reminiscencias a la serie B más videoclubera que juega a ser un pseudo-Twin Peaks, pero lo cierto es que no tiene demasiado éxito en el intento. Recordemos que el propio director confesó que se trataba de una película donde, gracias a un iPad, él mismo iría remontándola en vivo según la reacción de los espectadores. No sé de dónde viene el montaje estático que hemos acabado de ver sin el espectáculo en directo, pero el resultado es bastante ridículo, soporífero y cutre. Sí, Coppola cutre.

El 3D que seguramente se tenga que pagar en la entrada es, directamente, una estafa de campeonato. No creo que lleguen a 10 minutos de 3 dimensiones en la película, marcados por unas gafas que se ponen o se quitan a la cámara durante esas precisas escenas (algo así como el final de "Pesadilla en Elm Street 6"). Tampoco van acompañadas de la historia, porque aparecen sin venir a cuento y sin relación alguna con ningún elemento, al menos a simple vista. Póntelas porque sí, y quítatelas por lo mismo. Experimental, supongo, que es el adjetivo (de nuevo) al uso de la tecnología...

La historia no es solo que sea bastante desastre (¿realmente tiene sentido?), sino que también lo son sus personajes, parodias de los modelos tópicos de este tipo de films de terror (¿de nuevo el intento de hacer una comedia?). Por ahí aparece Edgar Allan Poe para hacer un gesto, guiar al protagonista, tan obvio que sobresale de la pantalla más aún que el breve 3D, uno de los ejemplos de salidas de tono que no acaban de encajar en el producto.

Llegado un momento hasta se desvela como exorcismo, como una historia para tratar el mal propio que tiene el mismo Coppola (la muerte del hijo/hija), cosa que rompe aún más con un supuesto experimento de comedia ridícula. No tiene explicación ninguna, porque de nuevo se pone con alguna otra chorrada con la que uno se puede reír un rato, aunque a esas horas del metraje ya ni entran ganas de hacerlo.

Es inclasificable, desconcertante y sí, un bodrio lo nuevo de uno de los mejores de cine de la historia. Un experimento fallido que, al menos en su forma de película corriente, no funciona para nada y acaba convirtiéndose en un bodrio. ¿Está hecho aposta? Difícil de saber, pero no sé si ni siquiera así sería capaz de ser considerada una buena película. Que el bueno de Francis digievolucione de nuevo a maestro del cine por favor, que me tiene ya preocupado.

Lo mejor: Cierto tufillo a serie B cutre y algún toque de humor

Lo peor: No tiene sentido, es prácticamente un bodrio de videoclub, no un experimento cinematográfico.

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