Sitges 2016: Resumen del día 6 (Rob Zombie y caníbales a tutiplén)
Por Redacción
Publicado el 13/10/2016
Uno de los días más grandes de lo que llevamos de Festival de Sitges
Sexto día y de nuevo lluvias en Sitges, porque mantener los pies secos es más complicado que tener frescos los ojos después de tanto cine a cuestas. Además ha vuelto a ocurrir efecto llamada de fans gracias a la visita, el mismo día, de la Santísima Trinidad de este año: Christopher Walken, Rob Zombie y Bruce Campbell. Podéis imaginar el ambiente del hotel.
Pero hay que hablar de películas, y para ello la prensa ha podido disfrutar de buena mañana de un desayuno exquisito: la caníbal Raw (Julia Ducournau, 2016), que ya pudimos ver previa al festival y que mejora aún más en su reposo. La historia de una vegetariana estricta que al llegar a la universidad de veterinaria descubrirá el sabor de la carne... a muchos y excitantes niveles. Cantos de sirena para su dirección y actrices principales, que esperamos el jurado de sección oficial se acuerde de laurear como es debido. Una de las películas de la edición y un ejercicio de mala baba impresionante.

(RAW)
Y para qué dejar de lado el extremismo si podemos pasar a la sala de al lado y "disfrutar" -comillas GIGANTES- de la desquiciada Tenemos la carne (Emiliano Rocha Minter, 2016). El debut del mexicano no ha dejado indiferente a nadie y ha provocado deserciones durante toda su proyección. Una historia surrealista, cargada de sexo explícito, en la que tres vagabundos construyen un feto gigante a partir de basura para vivir por siempre en él. Incómoda, poética y lisérgica, muchos la han tachado de enfermiza pero es, para el que firma, una de las películas mejor dirigidas de esta edición. Su reparto está impresionante.
Poco después nos ha tocado hacer un buen rato de cola bajo la fría lluvia para ver a Rob Zombie y a Sheri Moon Zombie en su "masterclass". Entre comillas, porque el acto se ha convertido en un breve Q&A con los fans, que han preguntado curiosos sobre el proceso creativo de Zombie -músico, director de cine, guionista de cómics- y sobre cómo visualiza sus films. Aunque poco animado, el director estadounidense ha compartido su método libre a la hora de acercarse al rodaje, renegando parcialmente del storyboard y, de alguna manera, "dejándose llevar" durante la planificación de cada escena.
Mientras el público disfrutaba embobado con The Handmaiden (Park Chan-wook, 2016) -dicen que solo se veían buenas puntuaciones a la salida, ¿premio del público?- nosotros hemos decidido acercarnos a la discreta Tramuntana para ver Detour (Christopher Smith, 2016). Una interesante rotura de la estructura/tiempo en cine, en la que dos historias ocurren en paralelo: la de un joven contratando a un matón para matar a su padrastro y, en una línea paralela, la de este mismo joven decidiendo no contratarlo. Aunque peca de mala factura visual en ciertos puntos, la película sabe ser inteligente y, a través del montaje, transforma una historia sencilla en un divertido juego con el espectador.
El final del día se planteaba polémico porque había que volver al terreno Zombie con una última película que no venía cargada con buenas impresiones de otros festivales. Pero nos ha sorprendido, y para bien. 31 (Rob Zombie, 2016) es un desquiciado viaje por el subconsciente del mundo Rob Zombie, una película de absoluta libertad creativa que ha dividido por completo a la platea del Auditori. Basura fílmica para unos, estética absorbente para otros, la película arroya con una trama que podría escribirse en una servilleta: un grupo de hippies son secuestrados y obligados a jugar 31, un macabro espectáculo en el que tendrán que sobrevivir 12 horas frente a una horda de asesinos psicópatas. Nada más y nada menos que una locura de principio a fin, trash en espíritu y prácticamente vomitada con violencia desde el cerebro de su creador. Aquí somos fans, pero hay opiniones para montar un buffet.

(31, de Rob Zombie)
Durante el séptimo día (¡una semana ya!) podremos ver la pedorra Swiss Army Man o la que parece ser una de las tapadas del festival, Shelley. Además, intentaremos colarnos a la orgía de ultraviolencia de Hardcore Henry y al misterio rural de I am not a serial killer
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