Hemos entrevistado a Junji Ito en el Salón de Manga de Barcelona
Por Redacción
Publicado el 04/11/2016
El genial artista nos habla de sus inspiraciones, su pasado e incluso de su participación en el malogrado Silent Hills
Acudimos al XXII Salón del Manga del Barcelona para estar al tanto de todas las novedades japonesas en cómic y literatura de género, y sobre todo para conocer a fondo al invitado más destacado del evento, JUNJI ITO, maestro indiscutible del Terror. Con él hemos estado tres días intensos de entrevista, presentaciones y clases magistrales bombardeándolo con todo tipo de preguntas acerca de su obra.
Desde aquí damos las gracias a ECC Ediciones no sólo por el lujo de traer a Ito sensei a España, sino por editar sus cómics y apostar fuerte por el Terror. Recordemos que además de la obra de Junji Ito, ECC ha publicado recientemente el sangriento “Tsumitsuki” (Hiro Kiyohara), el paranoico Kaidan Eiga “Hiki” (Nangoku Banana), las estupendas y pesadillescas microhistorias de “Semillas de ansiedad” (Masaaki Nakayama) repartidas en tres volúmenes, el manga original de “Ichi the Killer”, adaptado al cine por Takashi Miike en el celebérrimo clásico ultragore, y nuevos títulos de los maestros del ero-guro Suehiro Maruo y Shintaro Kago: “Infierno embotellado” y “La formidable invasión mongola” respectivamente.
Junji Ito fue galardonado en el Salón con el premio al mejor autor de manga en activo, un premio más que merecido a sus treinta años de labor profesional. Además de nuestras preguntas a Ito sensei, recopiladas de los distintos eventos, hemos añadido otras formuladas por el público con la intención de hacer un artículo más completo e interesante.

Comencemos por el comienzo, valga la redundancia. ¿Cuándo, cómo y por qué empezó a dibujar manga de Terror?
A mis dos hermanas mayores les gustaba mucho leer novelas y mangas de Terror, gracias a ellas empezó a interesarme el género, a diferencia de otros como los deportes, que no me llaman nada. Hice mis primeros pinitos con cinco años; no era gran cosa, pero ya tenía claro a qué quería dedicarme.
Sin embargo, usted se formó y trabajó durante un tiempo como protésico dental.
No me veía tratando con gente, por eso escogí hacer prótesis dentales en vez de ejercer como dentista, podía hacerlo a solas, sin necesidad de comunicarme con nadie, y además tenía su punto de creatividad, cosa que me resultó útil en cierto modo para mis historias. Sin embargo, hacer prótesis era un trabajo duro, y como me fascinaban los mangas de Kazuo Umezu, decidí probar suerte participando en un concurso de dibujo de la revista “Gekkan Halloween”, en la que el propio Umezu estaba de Jurado, ¡Y lo gané! Gracias a ello me llegó mi primer encargo, y como no tenía tiempo para todo, tuve que escoger entre protésico dental y mangaka, y escogí lo que más ilusión me hacía.
El proceso creativo de hacer un cómic es muy complejo, sobre todo cuando una sola persona se ocupa de todo, como es su caso. ¿Qué fase le parece más estimulante: encontrar la idea principal, desarrollar la historia, escribir el guion o dibujarla?
Dibujar, sin duda; plasmar la historia en el papel es mi tarea favorita, aunque últimamente lo que más me satisface es ver el producto final, comprobar que todos los elementos quedan bien atados.
La suplantación física y mental es leitmotiv en muchas de sus historias. ¿De dónde viene este interés en el miedo a la pérdida de identidad?
En cierto modo me siento identificado con este tipo de Terror, lo típico de cuando ibas al instituto y en clase había alguien más inteligente que tú, o más guapo, y pensabas: “ojalá pudiera cambiarme por él o reemplazarlo”; supongo que la envidia hacia algunos compañeros de clase fue mi fuente de inspiración.
Siguiendo con su estilo personal, algunas de las diferencias entre éste y el ero-guro son la ausencia de pornografía, escatología y gore extremo. ¿Con que rasgos visuales y narrativos definiría la identidad de sus trabajos?
Una particularidad de mi obra es el modo con que maltrato, hiero y retuerzo la carne humana transformándola en cosas imposibles. A veces también incluyo pinceladas de humor negro, siempre y cuando no rompan la atmósfera de horror; soy aficionado desde pequeño a los programas de TV de humor japonés, y de vez en cuando me vienen ideas simpáticas de la vida cotidiana que apunto por si en algún momento puedo meterlas en alguna historia. Parece que a los fans les gusta.
Y sus otras ideas, las retorcidas, macabras e insólitas, ¿cómo surgen?
En Japón se ven las cosas en “diagonal”, en otro sentido, no sé si me explico. Suelo asociar situaciones cotidianas u objetos normales con cosas terroríficas, supongo que es una cuestión de percepción, de poseer una sensibilidad diferente.
El cine de Terror cuenta con elementos como el sonido o la música para reforzar la imagen, ¿qué recursos equivalentes encontramos en un cómic para dar miedo?
Es verdad que en las películas el sonido juega un papel importante, pero los dibujantes de manga podemos transcribirlo usando onomatopeyas, expresiones que el lector de cómic entiende sin problemas porque ya está familiarizado. El uso de la iluminación en el cine también es relativamente fácil de recrear en un cómic, en mi caso suelo utilizar luces en contrapicado para invertir la posición de las sombras, que dan un aspecto siniestro a los rostros.
Abordemos un poco los aspectos técnicos. ¿Con qué herramientas dibuja?
Lápices de minas, tinta y pinceles de punta gruesa. Si de mí dependiese seguiría dibujando de forma tradicional, pero soy de los artistas que se consideran lentos, cada vez me cuesta más, y encima los plazos son muy exigentes, por lo que llevo un tiempo trabajando en digital. Intento hacer unas treinta páginas por semana.
¿Nunca trabaja con ayudantes o asistentes, como es habitual en otros Estudios?
Prefiero no hacerlo. En treinta años casi nunca he delegado en otras personas, como mucho, en mis hermanas y en mi madre (risas)
¿Qué es lo que más y lo que menos le cuesta dibujar?
Lo que más me gusta es dibujar monstruos y personajes. Y lo que peor llevo es dibujar edificios y paisajes, odio tirar líneas.

Ya que estamos, ¿cuáles son sus trabajos preferidos?
Las historias cortas de “Long Dream” y “The Enigma of Amigara Fault”.
Las víctimas de sus historias suelen ser adolescentes acosados por adultos crueles o seres terroríficos. ¿Escoge este perfil para conectar con el público joven, o hay un mensaje de preocupación hacia los adolescentes en la sociedad moderna?
Hay un poco de ambas partes. Últimamente en los medios de prensa japoneses abundan las noticias sobre asesinatos y sucesos crueles impensables, la mayoría contra chicas jóvenes. Está claro que mi público potencial, que encima es justamente ese, colegialas japonesas, conecta mejor con personajes como “Tomie”, pero también me influyen las noticias terribles del telediario; como suele decirse, la realidad supera a la ficción.
Hablando de “Tomie”… usted ha dibujado a este personaje en incontables ocasiones, ¿alguna vez se ha sentido como una de las víctimas de “Tomie”, que llegan a estar tan obsesionados con ella que necesitan destruirla para librarse de su influjo?
Por lo general intento separar la realidad de la ficción, pero en el caso de “Tomie” reconozco que fue complicado; me costaba mucho tener que descuartizarla tantas veces, siendo una chica tan guapa, pero tenía que hacerlo, tenía que seguir descuartizándola una y otra vez (risas)
Pregunta obligada. ¿Qué autores u obras le han servido de inspiración?
Principalmente Kazuo Umezu, quien es para mí un maestro del Terror inigualable en el manga. También me gustan los trabajos de Hideshi Hino. En literatura, H.P. Lovecraft, por su genialidad a la hora de crear terror psicológico y atmósferas espeluznantes. En cuanto a cine, los directores que más me han influido visualmente son Dario Argento y Kiyoshi Kurosawa. Para “Gyo” me inspiré en “Tiburón” (Jaws), de Steven Spielberg, y algunos de mis fantasmas guardan cierto parecido a los demonios de “Posesión Infernal” (Evil Dead), de Sam Raimi.
Suelen preguntarle por sus influencias, pero, ¿qué siente al ser usted la influencia de otros autores? Un ejemplo reciente sería Nicolas Winding Refn, cuya película “The Neon Demon” es terriblemente parecida a “Tomie”.
Me honra y enorgullece que otros autores imiten mi obra o se inspiren en ella, y me sorprende sobre todo que en el extranjero se interesen a ese punto por mis historias.
Además de las influencias visuales y narrativas, nos gustaría saber qué referencias emocionales toma para retratar la psicología de los adolescentes que pueblan sus historias.
Como hago historias cortas, y además no suele haber demasiados personajes, la verdad es que no necesito profundizar en ellos ni en sus relaciones. Prefiero centrarme en reflejar cómo reaccionan estas colegialas ante el peligro, sus gestos, sus expresiones. Antes de empezar cada manga hago un casting de los personajes que necesito.
¿Qué le parecen las adaptaciones cinematográficas de sus obras?
En mi opinión, creo que dibujar manga es mucho más sencillo que hacer cine. La calidad de una película depende de muchos factores externos: buenos actores, efectos especiales, un presupuesto alto, etc., y si algo de esto falla, por más que se esfuerce un director su película no saldrá bien, como ocurre con algunas adaptaciones de mis historias, y aún con todo, me siento muy agradecido y contento de que se interesen en llevarlas al cine. Nunca he querido condicionar a los directores de mis adaptaciones, el cine y el cómic son formatos diferentes, así que prefiero disfrutarlas como un espectador más.

¿En qué está trabajando actualmente?
Mi editor en Shogakukan, el Sr. Kato, me ha propuesto una adaptación de la novela “Ningen shikkaku”, escrita en 1947 por Dazai Osamu, un prestigioso y controvertido escritor japonés que se suicidó hace poco arrojándose al río junto a su amante. La historia original es una ficción autobiográfica de Osamu a la que estoy añadiendo toques de Terror sobrenatural con mi estilo personal.
Nota: “Ningen shikkaku” fue editada en 2010 en España por Sajalin Editores bajo el título “Indigno de ser humano”.
No es la primera obra literaria que adapta. Ya tuvo una experiencia similar con “Frankenstein”, de Mary Shelley (publicada por ECC), y “La butaca humana”, de Edogawa Rampo. Con lo mucho que admira a Lovecraft, ¿no se ha propuesto nunca adaptar alguno de sus relatos?
Me hubiera encantado, sin duda, y de hecho, llevaba un tiempo meditando adaptar algunas de mis favoritas, como “En las montañas de la locura” o “La sombra sobre Innsmouth”, pero se me ha adelantado Gou Tanabe, que está haciendo una serie de mangas sobre la obra de Lovecraft, y la calidad de sus dibujos es increíble. Si yo lo hiciese ahora la gente pensaría que lo estoy imitando.
Nota: Ito se refiere a los mangas de “El color que cayó del cielo” y “El sabueso”, ambos de Gou Tanabe.
Una última cuestión, aunque supongo que se la habrán preguntado mucho últimamente. ¿En qué consistió, o iba a consistir, su participación en “Silent Hills”?
Conozco a Hideo Kojima desde hace diez años, pero nunca había trabajado con él. Un día me citó en un restaurante junto a Guillermo del Toro y al actor Norman Reedus para hablar de un proyecto de videojuego. Yo no conocía la saga de “Silent Hill”, y nunca había participado en un videojuego, por lo que me sentí un poco al margen, como perdido, sin saber qué pintaba allí o cual iba a ser mi tarea. Como me interesaba probar cosas nuevas, estuve a la expectativa un buen tiempo, hasta que me enteré que el proyecto había sido cancelado.
Muchas gracias por su tiempo y su trabajo, Ito sensei
Por Rubén Pajarón.
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