Hablamos con Ted Raimi, productor y actor de "Red Light"
Por Redacción
Publicado el 24/11/2020
El violento cortometraje de terror y psychokillers dirigido por Alex Kahuam.
Hemos tenido la oportunidad de charlar con Ted Raimi (‘Evil Dead 2’, ‘Xena’), actor y productor de Red Light, el violento cortometraje de terror y psychokillers dirigido por Alex Kahuam que va camino de convertirse en un prometedor largometraje.
Un grupo de influencers son citados para la fiesta del siglo. El destino es, cómo no, una zona industrial abandonada lejos de toda civilización. Parece que no hay nadie… hasta que un extraño camión emerge de la oscuridad y dos hombres bajan de él armados hasta los dientes. La pesadilla no ha hecho más que comenzar.
Uno de esos dos hombres tiene la cara de Ted Raimi, rostro que es inevitable conocer para cualquier fan del género: ya sea por las colaboraciones con su hermano Sam Raimi, por su entrañable secundario de Xena o por sus enésimas apariciones en cintas de terror (¿recordáis la voladura de cabeza de ‘El vagón de la muerte’? EXACTO), el intérprete no es ajeno a manejarse entre sangre y vísceras. Ahora, con ‘Red Light’, da un paso al frente en la producción.
“Es terror intergeneracional. Los sentimientos [de odio] se transmiten de una generación a la otra.”. Hablamos con él a través de Skype, a casi 7.000 km de distancia. “Cada generación, sin excepción, cree que la siguiente generación está mal. Intenta corregirla. Es algo que hemos visto cientos de veces en comedias o películas románticas, pero rara vez en el terror”.
Raimi habla de la trama de ‘Red Light’, en la que una familia disfuncional decide cortar por lo sano (literalmente) el problema de las redes sociales en la educación de la juventud. Así lo describe el actor, que interpreta al villano de la historia: “Sin destripar mucho la trama, diría que gira sobre este grupo de narcisistas, tremendamente maleducados influencers, absorbidos por unas redes que sacan lo peor de ellos mismos. Hasta que se encuentran con este tipo, al que interpreto, que cree puede cambiar el comportamiento moral de la gente joven. Eso es el corazón del proyecto: gente mayor se cabrea [mucho] con gente joven y se crea un violento micro-cosmos”.
El actor, residente en Detroit (“Trabajo más desde que vivo aquí que cuando vivía en Los Angeles”, dice con orgullo), explica cómo se topó con el proyecto. “Me llegan decenas, cientos de guiones al año. Todo el rato recibes ofertas para estar en una película, para leer guiones. Pero muchas veces acabas notando que sus responsables no están siendo pasionales sobre el proyecto. No están comprometidos. No son de fiar”. Eso cambia el día que recibe un aviso del productor Marco de Molina, que viene con un guion original tras el brazo. “Marco me dio el guion, insistió en que lo leyera. Lo hizo y… Dios mío, era genial. Leo muchísimos guiones de terror, pero pocos, de verdad, pocos resuenan en mí cómo lo hizo el de ‘Red Light’”.
La maquinaría se pone en marcha. Raimi no solo quiere aparecer en la película, también quiere producirla. Ahí es cuando conoce a su director, Alex Kahuam, con el que alucina al comprobar que, en ese momento, tenía solo 23 años. “Es alucinante. Es un tipo muy joven, pero que tiene un conocimiento del medio y un talento visual inagotable. Hay dos tipos de directores: los que se centran en el diálogo, y los que se centran en lo visual. Alex pertenece a este último grupo. Ese es el tipo de películas capaces de conectar por todo el globo”.
Damos fe. Conocemos a Alex Kahuam (nacido México, residente en L.A.) en una terraza en pleno Festival de Sitges. Es tremendamente mexicano, un cinéfilo empedernido y sí, insultantemente joven. Es consciente de ello y se ríe cuando lo escucha. “Es un problema, sobretodo si le sumas mi manera de rodar”. Se refiere a su uso del plano secuencia, algo que en el cortometraje de ‘Red Light’ queda claro con sus dos impresionantes planos largos.
“Tardamos muchas horas en ensayar. En prepararlo todo. Normalmente los productores se ponen nerviosos, porque llevas muchas horas y no has lanzado ni un plano. Creen que no sabes lo que estás haciendo, que vas a tirar el dinero. Intento tranquilizarles, pero hasta que no ven que lo hacemos a la primera [y funciona] no se quedan tranquilos y contentos”.
Discutimos y hablamos de muchas cosas en esa terraza. De Scorsese, de los Safdie, del cine de los setenta, del terror visceral, del terror mexicano. “Es clave para entender por qué estoy aquí. Del Toro, Cuarón y Gonzalez-Iñarritu han abierto todas las puertas. De alguna manera han llevado al mundo el sello de garantía de calidad para el cine mexicano”. Con mascarillas entre nosotros, es inevitable hablar de cómo ha influido la pandemia en el proyecto. “Teníamos todo para iniciar conversaciones con estudios y productoras. Estábamos preparados para arrancar a la que nos dieran la luz verde. Incluso hicimos una prueba conceptual para que vieran el tono y las maneras de la película. Pero el COVID lo paró todo”.
Es entonces cuando, obligados a poner el proyecto en la nevera, alguien sugiere convertir la prueba de concepto en cortometraje. “¿Y si convertimos esto en un cortometraje? ¿Y si vamos a los festivales?”. Una idea que al principio parecía una locura… y que acaba funcionando meses después: Sitges, Estrasburgo, México, Nueva York… ‘Red Light’, ahora corto, comienza a dar frutos en selecciones de medio mundo. Dos planos secuencias encadenados que comienzan con estos (maleducados) influencers y su encuentro con una familia que, sin destripar demasiado, esconde algo mucho más oscuro y radical que lo que sugeriría a primera vista. ¿Es un slasher? ¿Un survival? ¿O va más allá? Digamos que, de alguna manera, la historia es capaz de saltar de un subgénero a otro sin despeinarse. Y lo hace cargando el peso en la fría interpretación de su villano.
“Me encanta ser el villano. Te pone en un punto mental muy interesante como actor”, nos vuelve a contar Ted Raimi, que ilusionado vuelve a poner el marcha el proyecto de transformar ‘Red Light’ en un largometraje. Orgulloso de sus papeles, incluido el de la famosa Henrietta de ‘Evil Dead 2’ (“si alguien dice que ese personaje le marcó de pequeño o adolescente, estoy con una sonrisa el resto de mi día”), se siente querido y abrazado por una comunidad que le adora.
“¿Sabes? Nunca he tenido miedo de un fan de terror. Es curioso, son gente que se pasan el día entre vísceras y sangre y violencia, pero son los más apacibles, amables, pasionales del mundo. Aman el género y, al contrario que otros casos [ciencia-ficción, fantasía] no pretenden apropiarse del producto, de la serie o de la película. Simplemente… lo disfrutan”.
Raimi (hermano) esquiva con elegancia las preguntas sobre una nueva entrega de ‘Evil Dead’. “Creo que Sam [Raimi] y Bruce [Campbell] han acabado con esa saga. Llega un momento en tu vida [cuando llegas a los 60] en los que es difícil estar rodeado de monstruos, sangre y vísceras. Es hora de pasar el testigo. Es decir, no creo que vuelvan como han hecho hasta ahora… pero sí es momento de que venga otro/otra Ash más joven, una verdadera nueva generación”.
Curioso terminar la conversación hablando de generaciones, que es precisamente la temática de ‘Red Light’. Y también curioso que está capitaneada por una generación que, al contrario que los personajes de la película, cree a pies juntillas en los que están por venir. Ted Raimi, 54 años, produciendo a Alex Kahuam, 26 años. En otras palabras: la vieja guardia del terror ve, cree, que hay esperanza en lo que está por venir.
Nos despedimos de ellos en dos momentos distintos del tiempo. Intercambiamos teléfonos, whatsapps y emails. Seguramente nos vemos por redes sociales y desde ahí seguiremos, irónicamente, el avance de este futuro “feature film” sobre psicópatas intergeneracionales, maleducados niñatos con miles de fans y, por qué no, secretos escondidos en habitaciones que no deberían ser abiertas jamás. Lo único que nos queda, ahora mismo, es esperar verla hacerse realidad.
Por Carlos J.Marín.
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