Ha sido un placer conocerte Indy... Crítica de "Indiana Jones y el Dial del Destino"
Por Redacción
Publicado el 26/06/2023
Ha sido un placer conocerte Doctor Jones
34 años después de que el Batman de Michael Keaton y Harrison Ford con su Indiana Jones coincidiesen en cartelera, se vuelven a juntar dispuestos a satisfacer la duda de si cualquier tiempo pasado fue mejor.
Suele ser muy difícil valorar este tipo de películas de saga. En parte porque las comparaciones con y las expectativas surgidas de las anteriores entregas es inevitable, y especialmente porque el producto arrastra ya de por sí un carisma que es un aliciente en sí mismo.
No es de extrañar, por ello, que muchas pelis de Star Wars acabarían gustando mucho menos si siendo la misma peli, los elementos característicos de la marca Star Wars no estuvieran, el clásico “esta misma peli, si en lugar de ser de la marca Star Wars fuese Galactic Battles, me habría pasado desapercibida”, pero, ahí está, siendo de la franquicia, se lleva una participación, o incluso complicidad extra por parte del espectador.
Esto mismo ocurrió en muchos aspectos en “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal” en 2007, que nos ofrecía una trama más pobre que las de anteriores capítulos, pero que ese personaje, ese sabor a Indy, ese regreso de interés romántico, y ese barniz final que supone la banda sonora de John Williams hace que parte de nuestro corazoncito entre y simplemente asuma que igual que para nosotros, simples mortales, no siempre se acierta, y que no todas las aventuras son igual de potentes, y por eso algunas se cuentan en último lugar.
Y además, en lo que se refiere a nuestro personaje en cuestión. Cuando éste ya entra en los setenta, no poder pedirle el mismo mojo que al Indy de 36 años es obvio, e igualmente obvio será asumir que en cierto modo, no podemos pedir una peli de Indiana Jonesen el sentido estricto, y que el elemento crepuscular estará presente, quiera uno o no, y fuera de su decorado, lo quiera uno o no.
Por ello, el espíritu Indiana Jones se desdibuja mucho sin que sea culpa de nadie: Indy ahora es un proyecto de anciano que ya no tiene hordas de alumnas enamoradas de él ni es capaz de meterse en aquellas aventuras sin que medie fuerza mayor. La acción transcurre en un siglo XX de televisiones en color, hombres en la luna, imposibilidad de ir por ahí con una Webley Mk VI en su pistolera de la Primera Guerra Mundial, y en general, los momentos en que el espectador piensa “esto ya no es como aquello” son tan numerosos como los momentos en que el propio Indy da cuenta de ello.
Además, la trama principal, basada, como en las otras, en un objeto que provoca una persecución transatlántica y nos hará presenciar muchos momentos de velocidad máxima y acción, es durante los dos primeros actos, un pretexto para dicha acción, tardando en descubrir esa chispa que hace que este objeto, y ese proyecto del villano se descubra como algo fascinante.
Aún así, la trama es mucho más sólida que en la anterior entrega, bien desarrollada, bien explicada, y aunque el remate, especialmente en cuanto a personajes, es algo más tibio, se lleva el gato al agua a la hora de contar una historia de un Indiana Jones que no está para estos trotes, pero sigue siendo Indy.
Una mención especial merece el objeto en sí, la máquina de Anticitera, siendo la primera vez en que el objeto especial de Indy es uno real, encontrado, y catalogado, a diferencia de otros objetos nunca hallados como el arca, el cáliz, o las piedras de Sankara, o “derivados”, pero no los mismos, como la calavera de cristal.
Y ese detalle es lo que en cierto modo empobrece un poco el planteamiento, ya que el mecanismo de Anticitera que muestran en la peli no se parece lo más mínimo al real, sin las excusas que los objetos anteriores tenían para no perder verosimilitud. Aún así, el diseño del Dial/ Mecanismo de Anticitera es lo suficientemente evocador del objeto real como para dar el tipo.
El desenlace final y consiguiente epílogo suponen una bajada de interés y trascendencia notable, pero a la vez, está cargado de emotividad, y saca una sonrisa, y puede que alguna lagrimilla, en una peli que a ratos parece que no, pero que en conjunto, definitivamente, SÍ.
La música, genial, como siempre que Williams está en un proyecto, los actores están fenomenal, y ninguno acaba pecando de excesivo o falso como los pobres Cate Blanchett y Ray Winston en la entrega anterior, y destaca el de Phoebe Waller-Bridge.
Sin duda la película consigue cumplir con su función con creces, recordándonos que, como dije al principio, no todas las aventuras del héroe son como aquellas con las que nos enamoramos de él. Eso sí, al final de la película no podremos dejar de pensar que “Indy, ha sido un placer enorme conocerte”
Lo mejor: La secuencia inicial es una delicia, Harrison Ford, y el plan del villano.
Lo peor: Ese “Demasiado viejo para esta mierda” que desprende el Indy de vecinos post-hippies en un New York de televisión en color.
Por Francis Díaz.
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