Crítica de "La Monja 2"

Por Redacción Publicado el 07/09/2023

Un sólido film muy superior a su precedesor que este fin de semana aterriza en nuestros cines

Coincidiendo con su décimo aniversario, el Warrenverse pasa por ser una de las franquicias de terror más rentables e importantes de la historia del género; y como prueba, valdrá el botón de La Monja 2, expansión de la entrega original filmada por Corin Hardy en 2018 y que dividió fuertemente a la crítica. Esta vez, con Michael Chaves al frente -emergente figura del metaverso creado por James Wan: es su tercera película tras La Llorona (2019) y The Conjuring III (2021)-, la promesa de trenzar tramas es aún más nítida y empieza a tomar una dimensión casi cósmica.

La Monja 2 mejora con creces a su predecesora en algunos de los aspectos básicos del conocido por terror comercial: alza la mano respecto a la carga grotesca, rebaja la contaminación acústica identitaria de la era de los sustos baratos y sobre todo, se esfuerza en contar algo. Si bien el relato de los dos viajes paralelos de sus protagonistas condiciona su homogeneidad, la dualidad narrativa permite al espectador desviar la atención del énfasis en el terror religioso cuyo catálogo sigue avanzando en esta época de dudas. Fuera de ese margen contemplativo, la condición espiritual del film es implacable: y esto es algo común, hasta ahora, en la filmografía de Chaves.

La película recorre un viaje tortuoso contra el mal más puro, que reivindica el terror epidérmico de la saga -con cénit en la segunda entrega de The Conjuring, la que narraba el episodio de Enfield- y amenaza con convertir al demonio Valak en otro monstruo icónico contemporáneo. El via crucis, casi nunca mejor dicho, del personaje de Taissa Farmiga y cómo tutela a su descreída sidekick (Storm Reid) amplía inteligentemente esa conexión de la historia con la versión agnóstica del bien contra el mal, que mismamente este año encuentra cierta competencia en la solvente El exorcista del Papa, de Julius Avery.

Otra adición importante en esta entrega, que sigue dando pistas de por dónde van los tiros respecto a Wan y su concepción del arte del terror, es el voto de confianza en la creatividad de Akela Cooper, que se dio a conocer con Maligno en 2021 justo antes de su trabajo en M3GAN (2022) y parece que podría consolidarse como nombre de referencia del Warrenverse. Aunque por deferencia con el lector no se darán más detalles, hay que prestar especial atención a la breve escena mid-credits de La Monja II para empezar a sintonizar la naturaleza de esta fructuosa saga. Todo parece indicar que a los Warren no les va a faltar el trabajo mientras Wan quiera y el público reaccione.

LO MEJOR : Más sólida y atrevida que su discutida predecesora, amplía el debate sobre la fe que se echa de menos a menudo en otras películas de terror religioso

LO PEOR : Puede despistar con subtramas que parecen más un easter egg en tiempo real para dejar puertas abiertas a spin offs

Por Manuel Mañero.

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