Crítica de "La Espera", un gran broche para cerrar este año

Por Redacción Publicado el 11/12/2023

El nuevo trabajo de Fco. Javier Gutiérrez con un inmenso Víctor Clavijo que este viernes llega a los cines

Sobre la bocina y aparentemente de la nada: así ha caído la que puede considerarse la gran revelación del terror español de este año, justo cuando toca a su fin y tras su paso por festivales como Sitges o la Semana de Terror de San Sebastián. Javier Gutiérrez sobreescribe en La Espera el cuento de folk horror andaluz que habrían dirigido Robert Eggers o M. Night Shyamalan allende Despeñaperros, recreándose en el virtuosismo visual del entorno y cargando la narración en las espaldas de un Víctor Clavijo incólume, a ratos desconocido, integrado en el horror como si le hubieran encargado la misión de definirlo.

La película asciende despacio por un retrato árido de las relaciones de poder para situar el mensaje del determinismo y la desesperación. Desde el mismo título, se anuncia al espectador que las principales revelaciones de la obra irán apareciendo desde los lados, no siempre por sorpresa. Atormentado por el dolor -y la culpa- de la pérdida irreparable, el protagonista inicia, ya avanzado el metraje, una horrible senda de descubrimiento que pondrá su cordura en jaque y amenazará también con llevárselo a él. Disuelto en alcohol y pena, va perdiendo pie con el mundo real mientras a su alrededor va percibiendo que algo no funciona como debería.

Javier Gutiérrez calienta el misterio desde el drama puro y sin concesiones que corresponde a la época que retrata, y desde ahí dispara el terror, invento que no se sacude hasta el último tercio. Esa cocción de la tensión permite al espectador acompañar al protagonista hasta su pretendido final, casi sintiendo propia la venganza y también la traición. La naturalización de los sentidos consigue que la revelación sobrenatural, entramada en el tejido local, pase con éxito la prueba del sensacionalismo. Y ese margen permite alguna que otra virguería, como ocurre en una escena concreta que parece un homenaje a la carrera de Rick Baker.

El descenso del horror y su preparación evoca otras obras que pusieron antes la brujería y lo desconocido en el centro del acoso familiar, desde el "Suspense" de Jack Clayton hasta el cosmos Amityville junto a otras como la "Kill List" de Ben Wheatley (2011) o la maravillosa "Mandy" de Panos Cosmatos (2018). Aquí además tercia el folclore íbero que han atacado películas actuales como "O corpo aberto" de Ángeles Huerta, "Akelarre" de Pablo Agüero o la inframencionada "Y todos arderán", de David Hebrero.

Además de las insinuadas "The Witch" (2015) o "The Village" (2004), la referencia al pueblo dominado o reprimido, carne de cañón de la precariedad, también encuentra apoyos intergeneracionales en creaciones de esa España negra que antes pisaron Fernán Gómez, Álex de la Iglesia o más recientemente Sorogoyen con "As Bestas", valedores de ese spanish gothic sobreactualizado que el género reclama como fuente de inspiración inagotable. "La Espera" aporta, en definitiva, una firme adaptación del penny dreadful español que involuntariamente llama al recuerdo noventayochista de la desesperación y el vacío de la identidad.

LO MEJOR : La interpretación de Clavijo y la sobriedad con que se aborda el trato de opresión de la España negra y el inspirado desenlace gótico

LO PEOR : La casi imperceptible densidad en el primer tramo, que parece abocar al drama acostumbrado una obra de terror muy elaborado

Por Manuel Mañero.