Crítica de "No Hables con Extraños", un título escalofriante y brutal que no tiene nada que envidiar a la película original
Por Redacción
Publicado el 12/09/2024
La película protagonizada por James McAvoy que llega a los cines este fin de semana
Muchas veces, cuando escuchamos la palabra remake no siempre la asociamos con algo bueno. Estamos en una época en la que agradecemos la originalidad en los nuevos (y viejos) cineastas y en el cine de género queremos ver nuevas voces y nuevas formas de contar las historias. Es por eso que cuando supimos que Blumhouse había puesto en marcha una nueva versión de ‘Speak No Evil’, cinta danesa de Christian Taldrip, no las teníamos todas con nosotros de que esto fuese algo bueno. Y nos equivocábamos. Aunque algunas de las últimas producciones de esta productora no han estado a la altura que se esperaba, se nota el empeño y las ganas que han puesto en No hables con extraños, una de las mejores cintas que podemos encontrar en su filmografía.
Gran parte de esto se debe a su guionista y director, James Watkins, que ya nos conquistó con la genial y brutal ‘Eden Lake’ y que ahora nos vuelve a poner los pelos de punta con este proyecto. En ‘No hables con extraños’ encontramos a un matrimonio estadounidense, Ben y Louise (interpretados por Scoot McNairy y Mackenzie Davis), de vacaciones por Italia con su hija de 11 años, Agnes (Alix West Lefler). Allí conocerán a Paddy (james McAvoy) y a su esposa Ciara (Aisling Franciosi), una pareja británica muy diferente a ellos y lo suficientemente sociable como para compensar por su hijo mudo y distante, Ant (Dan Hough). Semanas después de haber compartido este viaje, Ben y Louise reciben una invitación para pasar un fin de semana en la granja de Paddy y Ciara, algo que aceptan sin problemas y que acabará desencadenando en una terrible pesadilla.
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Al igual que en la original, Watkins nos habla de las reglas tácitas de la sociedad educada y de cómo la amabilidad y el mantener los modales pueden tener casi más poder que la propia supervivencia. La cinta tiene un sinfín de momentos llenos de tensión, protagonizados en gran parte por la inquietante sonrisa de McAvoy, cuya interpretación es totalmente memorable. Especialmente incómoda es la secuencia en la que se cuestiona el vegetarianismo de Louise, un momento en el que podemos ver cierta misoginia y que seguro contrariará más de una persona. El manejo que hace James Watkins de este personaje es de una calidad inigualable, pues si bien nos puede llegar a gustar su personalidad acogedora, sabemos que es solo una máscara, una máscara que esconde un terrible monstruo.
Poco a poco, se va generando una atmósfera cada vez más tensa. Sabemos que algo va mal, pero nos engaña la forma en que el director nos guía a través de la perspectiva del personaje de Ben, quien niega constantemente las señales de amenaza. De hecho, McNairy también hace un impecable trabajo dando vida a un hombre cuya masculinidad está herida y que no sabe reaccionar cómo debería cuando debería. Es más, a diferencia de la película original, este remake se esmera en dar arcos de desarrollo a sus personajes, haciendo que cojamos cariño fácilmente a cada uno de ellos.
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Puede que para algunos este remake se vea como “menos valiente” que su original por la manera en la que afronta el tramo final, un acto lleno de tensión y momentos de lo más salvajes, pero en ambas películas, las decisiones creativas tienen todo el sentido con lo presentado a lo largo del metraje. En cualquier caso, ambas cintas hablan un poco sobre los mismos temas, sobre tomar acción y cómo debemos imponernos frente a los problemas en nuestras vidas.
En definitiva, ‘No hables con extraños’ puede entrar sin problema en ese grupo de remakes que no tiene nada que envidiar al material original. James Watkins nos ofrece una película escalofriante y tensa que aporta su propia visión de esta historia y la hace tan interesante como su hermana danesa, aunque utilice un lenguaje más directo y cercano al espectador.
Lo mejor: las interpretaciones y la tensión in crescendo.
Lo peor: Pensar de antemano que no vayas a ver nada nuevo.
Por Pablo Pastor.
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