Crítica de "Oddity", la cinta de Damian McCarthy que llega este fin de semana a los cines
Por Redacción
Publicado el 19/11/2024
El nuevo trabajo de la estupenda "Caveat" llega a nuestros cines tras su exitoso paso por festivales
Damian McCarthy, responsable de la intrigante y modesta “Caveat” (2020), regresa con “Oddity”, otra producción de terror no menos intrigante (ni menos modesta) que su predecesora. La película suma otro granito de arena a los más de 500 que sostiene el catálogo de Shudder, y no puede decirse que desentone con el perfil medio de sus producciones originales, reminiscentes de lo que antaño conocíamos (con cierto ánimo peyorativo, dicho sea) como telefilms. La diferencia entre estos y aquellos viene subrayada en la conjunción de tres fenómenos consabidos que pusieron patas arriba la industria: la democratización de la tecnología, la era digital y el boom de las plataformas. Esta coctelera, a la que es justo y necesario añadir el talento del irlandés, ayuda a disipar el tufillo a barato de “Oddity”, que no quita que puedas sentir el tacto del corchopán si te da por palpar su tapicería. Otra cosa es que te apetezca hacerlo, y aquí entra en juego el buen hacer de Damian McCarthy, cuya destreza como narrador consigue que en ningún momento te distraigas de la narración.
“Oddity” es un misterio de salón bien escrito y mejor llevado, una película de personajes, con visos de teatro. Lo habitual en estos casos sería refugiarse en un abultado casting de rostros conocidos y prohibitivos. Lejos de esta posibilidad, “Oddity” hace de su debilidad una fortaleza, apostando por un enfoque más austero y contenido, una excelente decisión de cara a potenciar la tensión y el suspense. En “Oddity” los personajes no son tantos, ni sus rostros demasiado conocidos. Se cuentan con los dedos de una mano, y rara vez coinciden más de dos en pantalla, sin contar al muñeco. Bueno, y al tétrico casoplón, que sí, es un personaje más, como suele decirse. El más aterrador, de hecho.
La historia gravita en torno a Darcy, una médium ciega propietaria de una tienda de curiosidades, y a la pintoresca deconstrucción de la muerte de su hermana Dani, asesinada presuntamente por uno de los pacientes de su marido, el doctor Timmis. Darcy tiene motivos para sospechar del informe oficial, y se presenta en la casa de Timmis, el escenario del crimen, acompañada de un grotesco muñeco de madera, para llegar al fondo del asunto.
La atmósfera es, sin duda alguna, uno de los aciertos de “Oddity”. Esa inmensa casa rural a las afueras, sitiada por un bosque denso y poblada de sombras que se envalentonan por la gracia de una iluminación en clave baja, seguiría siendo inquietante incluso traspapelada en otros géneros. Sólo el hecho de que alguien quiera habitarla voluntariamente raya el agujero de guion. Prescindir de una partitura tradicional en favor de ruido ambiental suma otro acierto; las corrientes de aire, rediseñadas en la mesa de mezclas como fantasmas quejumbrosos, aunque llegan a ser imperceptibles, por sutiles, son tan persistentes que acaban minando los nervios.
“Oddity” es una película con alma. Hay algo en su propuesta que logra despertar el interés, y no es el misterio medular de su historia, predecible antes de la media hora. A fin de cuentas, es un crimen bosquejado entre cuatro paredes con los sospechosos habituales. Ni siquiera es la incertidumbre sobre el destino de sus personajes lo que mantiene en vilo la curiosidad; se masca la tragedia, de lejos.Es la presencia, la actitud y el proceder de la protagonista lo que hace girar los engranajes del interés, lo que responde a esa “rareza” a la que alude el título. Darcy, y por supuesto, su mano derecha, ese perturbador maniquí de madera que nos remite inevitablemente a “Pin” (1988) y “The Fear” (1995).
Es bastante probable que el público pase un buen rato con “Oddity”. Como también lo es que no se acuerde de ella en dos semanas. No hay problema en ello. No quiere decir nada. <Es una buena película de terror, sencilla, modesta y entretenida. A veces no hace falta más. Es insensato exigir obras maestras a diario, y más aún afirmar encontrarlas. El cine de terror tiene sus joyas, pero son películas como “Oddity” las que mantienen viva la llama. Siempre agradecidos.
Por Jedediah.
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