El Experimento Belko llega a Prime Video. Crítica y tráiler de la película.
Por Redacción
Publicado el 01/07/2025
La cinta dirigida por Greg McLean, responsable de la saga "Wolf Creek"
Desde hoy podéis ver en Prime Video la película El Experimento Belko, la cinta dirigida por Greg McLean ("Wolf Creek") y escrita por James Gunn ("Guardianes de la Galaxia") que protagonizan entre otros Michael Rooker, Tony Goldwyn, Melonie Diaz, John Gallagher Jr. y Sean Gunn.
En ella un grupo de 83 americanos expatriados que trabajan en un edificio de Bogotá (Colombia), se ven atrapados en su lugar de trabajo mientras una voz les hace plantearse dudas morales sobre qué hacer en situaciones límites.
"EL EXPERIMENTO BELKO": CRÍTICA DE LA PELÍCULA Antes de ser catapultado a la fama por la saga "Guardianes de la Galaxia", el cineasta James Gunn disfrutaba como un enano en la Serie B con joyas como "Slither" o "Super", que deben mucho a su formación en La Troma junto al inigualable Lloyd Kaufman.
Gunn escribió el guión de "El Experimento Belko", una salvajada controlada que juega con el espectador a un nivel primario, casi biológico, pero también ofrece un reflejo más crudo de lo que muchos quieren admitir. La premisa es tan sencilla como brutal: encierra a un grupo de oficinistas en un edificio y diles que se maten entre ellos.
Aunque su envoltorio parezca el de una sátira sangrienta sobre el entorno corporativo, El Experimento Belko no tarda en despojarse de ese barniz para abrazar de lleno su esencia: un experimento social que remite inevitablemente a referentes como Battle Royale o El señor de las moscas, pero con traje, corbata y motivación laboral. La película, rodada en Bogotá y ambientada en una organización internacional ficticia, coloca a sus personajes en una situación límite donde el protocolo se convierte en ruina y la lógica en supervivencia.
El gran acierto de McLean —más conocido por su aproximación al horror con Wolf Creek— es que renuncia a cualquier intento de explicación profunda para concentrarse en la escalada del caos. La película se convierte así en un laboratorio de moralidad alterada por la presión, donde las jerarquías laborales, las filias personales y las lealtades se descomponen en tiempo real. Y aunque esto podría derivar en una pieza moralizante, El Experimento Belko lo esquiva, optando por un tono más nihilista, casi clínico, en su retrato de la degeneración humana.
La dirección de McLean se mueve con eficiencia, aunque sin grandes alardes, permitiendo que la tensión crezca de forma mecánica a través de la edición, los planos cerrados y una violencia tan explícita como repentina. La sangre no decora: chorrea, estalla, salpica con propósito. Y en medio de todo ello, el guion de Gunn introduce pinceladas de humor negro que actúan como catalizadores del desconcierto, reforzando la idea de que en este juego, incluso la risa es una reacción instintiva.
John Gallagher Jr. funciona como un protagonista estoico, casi pasivo, que absorbe más de lo que propone, mientras que Tony Goldwyn eleva su papel de jefe autoritario con un carisma que se vuelve amenaza. El resto del elenco cumple con solvencia, aunque la película está más interesada en los cuerpos en movimiento que en la profundidad emocional. Esa decisión narrativa —fría, desapasionada— es coherente con el enfoque de la historia, pero limita el apego del espectador a los personajes.
Más allá de su salvajismo explícito, la película plantea una inquietante pregunta: ¿qué pasaría si alguien, con recursos, decidiera convertir las dinámicas laborales en una guerra real por la supervivencia? Y lo hace sin necesidad de metáforas pesadas ni justificaciones sociales: todo está en pantalla, desollado y sin remordimientos. No hay redención ni moraleja, sólo una macabra prueba de resistencia que revela quién está dispuesto a ensuciarse las manos.
El Experimento Belko no es una película para todos, ni lo pretende. Es un puñetazo seco en el estómago de la corrección política y una reflexión afilada sobre el instinto de supervivencia, envuelta en vísceras y disparos. Una obra pequeña pero contundente que no pide permiso: sólo se asegura de que no mires hacia otro lado.
LO MEJOR: Su crudeza sin filtros, el planteamiento directo y su capacidad para incomodar sin pretender ser compleja.
LO PEOR: El guion apenas da profundidad a los personajes, lo que diluye el impacto emocional de muchas muertes.