Con El Diario de los Muertos, el rey del terror vuelve al estilo de dirección del que fue pionero y al género que inventó. En su primera película independiente de zombis en veinte años, George A. Romero nos devuelve a la zona cero en la historia de los muertos vivientes.
Jason Creed y un pequeño equipo de una escuela de cine se encuentran en los bosques de Pensilvania realizando sin financiacion una película de terror. Es entonces cuando se dan cuenta de que la muerte ha empezado a recobrar vida.
Conducidos por la novia de Jason, Debra, los aterrados jóvenes realizadores se van a la ciudad de Winnebago para intentar volver al único lugar seguro que conocen: sus hogares.
Pero no hay escapatoria para la crisis, ya no queda ningún hogar real para ellos. Todo de lo que dependen, todo lo que quieren, se ha quebrado por una plaga de muertos vivientes que comienza a extenderse.
El género de terror ha llegado a un punto de estacamiento y de ver una y otra vez lo mismo, que los directores habituales del género buscan nuevas formas y técnicas narrativas para asustar al espectador. Este año, las películas a modo de falso-documental y rodadas con cámara al hombro se han puesto de moda. [REC], Cloverfield y Diary of the Dead son una muestra de ello.