En su primera noche como policía, Megan Turner hace frente a un atraco en un supermercado, viéndose obligada a matar al atracador. En un cuerpo dominado por hombres, la acción de Megan causará los recelos de asuntos internos, que acusaran a la policía de matar a un hombre desarmado. Mientras Megan es apartada del departamento, en alguna calle de Nueva York alguien acaricia un revolver, aprieta el gatillo y mata. Cuando el primer muerto es encontrado, también aparecen un nombre grabado en el casquillo de la bala: Megan Turner.
Alguien cercano a la agente Turner quiere complicarle la vida. Para un policía novato, solo hay una cosa más peligrosa que descubrir la fantasía de un asesino: convertirse en ella.
No tuvo que esperar a coger el hacha y perseguir a Michael Myers en H20 para desprenderse de la etiqueta de víctima desvalida de sus primeros papeles. Antes, Jamie ya había encarnado a una mujer de gran fortaleza, Megan Turner, dispuesta a plantar cara a su acosador.