Asalto al Distrito 13 » Crítica

Por Emilio Martínez

Correcta revisión del clásico de culto Asalto a la comisaria del
distrito 13, dirigida por el mítico John Carpenter en la década de los 70.
Si el original mostraba como tema de fondo los problemas raciales propios de
la época, la obra de Richet resulta ser menos profunda, pero no por esto
deja de ser un digno entretenimiento de acción y suspense. Lo novedoso del
filme está en comprobar que los personajes no se ciñen a los roles del bueno
y el malo tradicional, sino que resultan ser mucho más ambiguos: la
corrupción ya no se asocia únicamente al convicto, sino que los policías
también tiene su lado oscuro. Esto viene a evidenciar que las cosas no son
de color blanco o negro, la putrefacción moral afecta a todos los estratos
sociales -basta echar un vistazo a la clase política para darse cuenta.
Aquí es donde la película consigue romper moldes esquemáticos y atrapar el
interés del espectador.


A pesar de las limitaciones del argumento escrito por James DeMonaco, que se
sirve de multitud de clichés propios del género, el ritmo de la película no
decae en ningún momento. Richet sabe dotar de energía a la puesta en escena
y a las trilladas pero efectivas secuencias de acción. En este sentido, el
montaje vertiginoso facilita que no decaiga el resultado final del filme aún
cuando el pulso narrativo se resiente. Por su parte, el tono general de la
película es algo violento, ya que aunque la hemoglobina casi no cobra acto
de presencia, las muertes son bastante gráficas.


La profunda relación que se establece entre los dos protagonistas, Roenick y
Bishop, viene a convertirse en el eje de la trama y en uno de los alicientes
de la película. Tanto Hawke como Fishburne cumplen con nota en su papel: el
primero como policía resentido y el segundo como un asesino que está de
vuelta, ya ha visto demasiado a la muerte. Ambos están bien arropados por el
siempre correcto Gabriel Byrne, las bellas Drea De Matteo y María Bello, así
como la "rareza andante" que es John Leguizamo. El buen hacer del elenco
motiva que se establezca una química especial entre los personajes,
aderezada con un negro sentido del humor, que en ocasiones roza lo
autoparódico.


Por todos estos motivos, Asalto al distrito 13 constituye una genuina obra
de género que lo que busca en última instancia es entretener y no suplantar
la esencia de la obra original. Recomendable.

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