The Medium » Crítica

Por Carlos Marín

¿Qué es, hoy en día, el found footage? Hablamos de ese estilo (que no género), mayormente asociado al terror, que pretende usar los mecanismos del documental para trasladar al espectador al mismo centro de la escena; a impregnar, de manera directa, del horror como testigo. Un sistema que en muchas ocasiones ha intentado jugar al engaño y que, a mediados de siglo XXI, se ha pervertido a terrenos mucho más divertidos. Lugares en los que el espectador, que ya tiene una buena mochila de experiencia, sabe a lo que están jugando los cineastas. The Medium (Banjong Pisanthanakun, 2021), en esa liga, juega al límite: un excéntrico y exagerado cuento de folk-horror de 130 minutos de duración que no hace rehenes ni parece tener vergüenza alguna.

Un grupo de cineastas (cómo no) realizan un reportaje a la Médium del título, una especie de sacerdotisa que hace tanto de curandera como de líder espiritual en la Tailandia rural. Sus poderes están ligados a una antigua Diosa que habla a través de su cuerpo. Pero la muerte de un familiar pone en marcha de manera inesperada a las antiguas deidades, manifestándose a través de su joven sobrina. Lo que al principio parece una posesión divina para formar una nueva médium comienza a revelarse como un oscuro plan para atraer a un ser demoníaco a nuestra realidad. Y es precisamente en esta segunda mitad en la que la cinta decide desatar el cinturón y apostar por el acelerón.

Lo que hasta ese momento era un documental más o menos sobrio, con ciertos cortes excéntricos (y un poco avergonzantes), se convierte en una jarana que parece invocar el espíritu más festivo del terror moderno. Olvidemos la categoría de “película terrorífica” y aceptemos “fiesta del terror” como término adecuado, porque lo tiene todo: cámaras de visión nocturna a lo Paranormal Activity, exorcismos grasientos al más puro estilo William Friedkin o momentos desenfrenados sacados directamente de la franquicia V/H/S. Sin miedo -que ironía- a no dar miedo, la película se entrega por completo a la experiencia festivalera, a la montaña rusa y al despiporre. Cuesta pensar que un guionista como Na-Hong Jin (recordemos, cerebro detrás de la traumatizante ‘El extraño’) o el director de ‘Shutter’ no tuvieran idea de lo que estaban haciendo. Lo hacen saber con sus excéntricos personajes, sus rocambolescas set-pieces (todo el tramo de cámaras nocturnas es delirante) y su loquísimo final. Todo esto es un juego, parecen decir, y aquí estamos todos invitados.

Las expectativas con The Medium pueden ser traicioneras. No se parece a mucho de lo que Asia nos trae como terror moderno, ni tampoco parece tener la seriedad con la que se trataría una película así en occidente. Es una rareza, una golosina para los amantes del terror con mucha mili. Un plato perfecto para una audiencia que quiera abrir bien los brazos y dejarse llevar por este found-footage que se atreve a responder la pregunta del inicio. ¿Que qué es a día de hoy? Todo lo que tú quieras que sea. Y si es a la vez, pues aún mejor.

Por Carlos Marín.

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