El laberinto del Fauno » Crítica

Por Adrián Álvarez

Pocas veces una campaña publicitaria puede hacer daño a una película como en el caso en que nos ocupa, porque en 'El Laberinto del Fauno' no se desarrolla una historia de fantasía con una subtrama arraigada en la posguerra, sino dos historias paralelas donde, precisamente, la que tiene menos minutaje es la de fantasía.

Esto, como me pasó a mí, puede provocar cierta frustración al salir de la película, pero basta en pensar un poco acerca de esta obra de arte para dar con la medida justa.

La historia de Ofelia, un mundo de hadas que recupera el espíritu de las narraciones clásicas, es decir, terrible y como soporte para brutales lecciones de moralidad, se engarza perfectamente con la de su padrastro Vidal, capitán del ejército franquista, destinado a un pequeño pueblo de monte donde los maquis se esconden. De hecho, lo que hace angustiosa la peripecia de Ofelia es que, como todo cuento de hadas que se precie, la narración fantástica deja paso a la realidad como si la primera fuera un sueño del que basta despertar (para destacar este efecto, casi siempre es de noche o está oscuro cuando aparece el Fauno y el resto de criaturas), pero que sitúa a la niña en una realidad mucho más terrible, donde no basta con dibujar una salida con tiza para escapar.

Pero de nada serviría tener una buena historia si las interpretaciones no le van a la zaga. Como bien presumió Del Toro en una entrevista, ha usado a actores del cine español como nunca antes, y ha sacado oro de gente como Ariadna Gil. Ivana Vaquero y Álex Angulo actúan de maravilla, pero quien sin duda se merece una ovación es Sergi López, quien abandonó el acento catalán para rodar y que se erige como un monstruo de la interpretación; soberbio. No olvidemos a Doug Jones, Abesapiens en 'Hellboy', que hace un doble papel como Fauno y como devorador de niños, cuya mímica logrará poner los pelos de punta al más pintado; Pablo Adán, doblando al Fauno, pone el tono pomposo y misterioso que la criatura precisa para epatar con el espectador y remitir a los cuentos de hadas. Por último comentar a Maribel Verdú, con un forzado acento que se le olvida definir en algunos pasajes, pero que no llega a empañar demasiado su esforzado papel de sirvienta.

En todos los sentidos, 'El Laberinto del Fauno' es un goce visual y mental, donde Guillermo del Toro hace su obra más redonda, quizá por producirse él mismo; 'El Espinazo del Diablo' contaba la productora de Almodóvar, que salvo en el caso de Isabel Coixet, sólo produce una película por director. Es cine fantástico de muchos quilates, que te hace pensar al salir del cine y te obliga a diseccionarla para encontrar sus significados ocultos.

Lo mejor: Sergi López, el dúo Doug Jones/Pablo Adán, los efectos visuales, la historia, la atmósfera...

Lo peor: La campaña publicitaria que vende la película como lo que no es. Que se eche de menos algo de metraje adicional en la parte fantástica. El acento (que no la actuación) de Maribel Verdú.

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