Sitges 2015: Resumen del día 4
Por Redacción
Publicado el 13/10/2015
De invitaciones misteriosas, porno de autor en 3D y necrofilia con actrices jovenzuelas
Un lunes curioso de este Sitges, coincidiendo con festivo y que sigue dejando un sabor de boca a domingo alargado. Las paradas de la playa se abarrotan de gente para consumir dvds y pósters bizarros, mientras que otros nos movemos entre salas de cine para intentar cazar las sorpresas y las imprescindibles películas de este año que ya va llegando a su ecuador.
Buena cola esperaba para entrar al pase de Love 3D de la mañana. La expectación por la nueva película de Gaspar Noé, una historia de amor autodestructiva rodada en tres dimensiones y sexo real, se ha visto recompensada con un llenado del Auditori en una sesión muy poco Sitges. El mismo Gaspar Noé casi se queda fuera, rogando a los porteros que lo dejaran entrar porque "¡soy el director de la película!". El film sigue la linea del cine de su autor, recreándose en los aspectos más turbios de este trío que entre la pasión, las drogas y el sexo descubren la complejidad de eso que llamamos amor. A parte de las escenas porno (rodadas con el estilazo habitual del argentino), la película tiene una de las direcciones más potentes del año y un trabajo de cámara impresionante. Buenas sensaciones generales para ser la película que es y en el festival en el que se ha proyectado.
Uno de los platos fuertes y que ya venía con bombo de fábrica era The Invitation, la nueva película de Karyn Kusama (Aeon Flux, Jennifer"s Body). Después de dos años sin saber nada de ella, Eden invita a su grupo íntimo de amigos para una cena en la que revelar qué ha sido de su vida y qué nuevas amistades ha hecho por el camino. Velada malroller in crescendo, que aún frente a su ritmo calmado y su revelación a cuenta-gotas ha conseguido calar fuerte entre el público y la crítica. Aplausos al finalizar y unas cuantas papeletas para llevarse el premio a la mejor película; por su conjunción de géneros, por su calidad general y por saber quedarse en un centro perfecto de corrientes. Veremos si se cumple este pronóstico también.

(Fotograma de The Invitation)
Tras los pases de la animación japonesa de Miss Hokusai y la desapercibida La Próxima Vez Apuntaré al Corazón, el foco ha caído en otra de las películas de producción catalana presentadas en sección oficial: El cadáver de Anna Fritz. Es joven, es preciosa y tiene todo el talento del mundo, Anna Fritz es la actriz del momento. ¿El problema? Acaban de encontrarla muerta en la bañera. Un grupo de amigos se cuela en la morgue para poder ver el cadáver, pero la situación saldrá de todo orden cuando uno de ellos proponga violar a la fallecida. Esta es solo la primera de las muchas (y terribles) decisiones que llevarán la noche al más puro desastre, revelando la naturaleza real de cada uno de ellos a cada uno de los giros que se enfrenten. Recibimiento, tal vez excesivamente caluroso, siendo una película bastante irregular (sobretodo en su acting y algunos agujeros importantes de guión). Aún así no puede decirse que no sepa mantener el suspense y la tensión en la poco menos de hora y media que dura.
La noche ha finalizado con el lado más dramático de Schwarzenegger (he tenido que mirar IMDB para escribirlo, sí). Maggie es una película de muertos vivientes o, más bien, una película sobre la enfermedad terminal con muertos vivientes en ella. Tito Arnold interpreta a un hombre que ve como su hija es infectada por un virus que la transformará, en cuestión de semanas, en un zombi hambriento de carne humana. Una extraña conjunción de factores que acaba dando una película curiosa, pero no precisamente para marcarla como descubrimiento. Es género zombi, se coló en la Black List de hace unos años y la ha acabado protagonizando Chuache. No sé muy bien como definirla mejor.

(Una escena de Maggie)
Mañana (ya hoy) continúa el baile de plena semana, con una nueva versión de Frankenstein (y ya van...), la que podría ser otra de las sorpresas de laño con The Hallow, la mística Endorphine o el western con caníbales Bone Tomahawk.
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