Sitges 2017: Resumen del día 5 (‘Mayhem’,"Brawl in Cell Block 99", "Revenge"...)
Por Redacción
Publicado el 10/10/2017
Seguimos con grandes títulos en el Festival... Y Vince Vaughn ya huele a Premio a Mejor Actor
Ecuador, midpoint, mitad realizada. Llegados a esta altura, donde ya se han cumplido la mitad de las sesiones, la prensa y el público comienzan a evaluar la selección de títulos de este 2017. ¿La conclusión? La conclusión, de momento, es que estamos frente a una de las mejores cosechas de las últimas ediciones.
Podríamos llenar un TOP 5 sin despeinarnos, y aún queda la mitad del viaje. Así que vayamos por pasos.
Los muy madrugadores han podido disfrutar del último pase de Mayhem, la nueva película del siempre cumplidor Joe Lynch (‘Km. 666’, ‘Los juegos del desmadre’, ‘Everly’). Protagonizada por el mundialmente conocido Steven Yeun (Glenn en ‘The Walking Dead’), la película cuenta como un virus que desata los instintos primitivos se desata en una oficina de abogados. Durante la cuarentena, un empleado despedido y una clienta rabiosa lucharán piso por piso para poder llegar a la planta de ejecutivos y, aprovechando la exposición al virus, acabar con todo jefe que se le ponga por delante. Un cruce entre The Raid y La Purga, los asistentes cuentan que la película es una fiesta importante de gore, salvajería y humor negro del bueno. Una película algo maltratada en su programación que, quizás, podamos alcanzar en los maratones finales.
(BRAWL IN CELL BLOCK 99)
Cuentan que por los jardines del Melià caminaba una torre de casi 2 metros, mirada penetrante y andares de pato. No era un ser sobrenatural, era Vince Vaughn, protagonista de Brawl in Cell Block 99, la nueva película de S. Craig Zahler (‘Bone Tomahawk’). La historia de un camello casi por obligación y su inmersión en el sistema penitenciario estadounidense, donde encontrará que su particular tragedia Shakespiriana no ha finalizado en absoluto. La única respuesta será salir a base de palos como bombas atómicas en los puños. Guau. Zahler repite estrategia, esta vez en el campo del drama carcelario en vez del western: retorciendo el tiempo, aletargando la catársis y finalmente explotando en una de las películas más violentas del año. Una gozada que ha hecho aullar a un Auditori vibrante de emoción, sangre y pisotones que ríete tú de Alejandro Sanz. Vaughn DEBE ganar el premio al mejor actor de esta edición. No hay otra opción.
¿Qué es Sitges si su cita anual con el rape & revenge? Para el que le suena a chino el concepto, se trata de ese subgénero del horror/thriller en el que una pobre muchacha es violada y dada por muerta, para (horas, días o años después) volver rabiosa a acabar con los hijoputas que le han desgraciado la vida. Revenge, ópera prima de la realizadora francesa Coralie Fargeat, se adentra a fondo en este molde: amante de gilipollas rico en mitad del desierto, violada en pleno caos por uno de los socios y dejada por muerta, volverá de su particular peregrinaje para hacer honor al título del film que protagoniza. Una burrada bien gorda, repleta de sangre y gore de ese que los franceses nunca esconden, que a pesar de su (más o menos justificada) inverosimilitud ha hecho aplaudir de catársis violenta a un Retiro que había venido a jugar. La famosa escena del pie con la que una señora se desmayó en otro festival ha hecho también honor a su fama. Muy Sitges.
(REVENGE)
El último pase ha sido el que nos ha robado el alma a todos. Ha sido A Ghost Story, nueva película del siempre interesante David Lowery (‘En un lugar sin ley’, ‘Peter y el Dragón’) y que, a través de la exploración sobre la pérdida, la nostalgia y la muerte, ha herido de ídem el corazón de toda la platea. La historia, literal, de un pobre fantasma que no puede hacer nada más que vagar y observar todo aquello que ha dejado atrás, acompañado únicamente de su sábana sucia con ese par de agujeros que hacen de ojos. Una maravilla, arrebatadora, hipnótica y profundamente bella, que ha provocado algo inaudito en lo que llevamos de edición: que las papeletas del premio del público rebosaran la casilla de máxima puntuación. Sería curioso que un premio entregado normalmente a las películas más chabacanas o cachondas recaiga en un cine de autor tan personal y diferente. Si es así se lo merece. Es, probablemente, una de las mejores películas del año.
Y con el corazón encogido por las emociones hemos partido, preparando el cuerpo para esa segunda mitad que promete ya con el día de mañana: veremos si Xavier Gens ha cumplido adaptando La piel fría, sabremos qué narices ha preparado el español Yayo Herrero en The Maus, inauguraremos el título surcoreano del año con A Day, seguiremos con thriller del bueno en Sweet Virginia y comprobaremos si, tal como dicen ya unos cuantos, Thelma es una de las películas del festival.
Por Carlos Marín
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