Crítica de "Transformers: El Despertar de las Bestias"
Por Redacción
Publicado el 07/06/2023
Un título estupendo para reengancharse a la franquicia que enfrenta a Autobots y Decepticons
Transformers es la clásica saga que a medida que avanza se va reduciendo más y más a sus más estrechos feligreses. Al igual que Expendables o Fast And Furious, muchos recuerdan haber visto las primeras, y haberse ido descolgando antes de la tercera, y a diferencia de aquellas, Transformers decidió recurrir, al igual que X-Men First Class (Matthew Vaughn, 2009), a la precuela para poder esconder un suave reinicio.
Así, desde Bumblebee (Travis Knight, 2018), hemos podido comprobar que estamos ante una etapa de Transformers que nada entre el reboot y la precuela. Y en este caso, etapa muy bienvenida, porque permite a todo tipo de público reengancharse a mitad de partida, y permite a los creadores dar una nueva perspectiva de los Transformers, o al menos, una perspectiva no aprovechada en la etapa Michael Bay.
Esta perspectiva diferente es, ni más ni menos, retornar al concepto original. Y este Back To The Basics le ha sentado genial a la franquicia, ya que esta es, sin ninguna duda, la película con más sabor a Transformers de la saga. Desde los diseños de los Autobots, a las tramas mitológicas propias en que lo principal son los propios Transformers y sus tribulaciones, hasta elementos tan poco perceptibles como usar el mismo efecto de sonido de transformación cuando los robots cambian de forma que usaban en la serie de dibujos animados, toda la peli es un gran festín de los Transformers de toda la vida.
Y en la otra parte, el elemento humano de la ecuación cumple de sobra con su presencia en la peli. Los dos personajes humanos principales están bien construidos, arrastran su propia historia, y viven su propio viaje, pero a diferencia del personaje de Shia Labeouf de la primera entrega, no se convierten en una interferencia para los verdaderos protagonistas de la historia. Una historia tremendamente mitológica, con un villano más temible que el que nos ofrecía Megatron en las anteriores películas, y con unas nuevas incorporaciones que consiguen hacerse querer desde el principio.
Y es que los Maximals, esta recién incorporada especie que combina elementos biomegatrónicos con apariencia de animales, son una gozada tanto en lo visual como en lo narrativo, ofreciéndonos unos aliados nobles en la lucha contra el mal, y todo un deleite para la vista.
Si hay algo que se podría reprocharle a la cinta es lo tremendamente barroca que se torna en el tercer acto (y, ojo, estamos hablando de una peli que ya empieza por todo lo alto en cuanto a acción y emoción), forzando clímax, explosiones, declaraciones rimbombantes, y momentos de la verdad más allá de nuestra hambre. Pero lo cierto es que estamos hablando de Transformers, su entero viaje es una sucesión de ese tipo de momentos, en que la solemnidad y la emoción se manifiesta recurrentemente, y las escenas espectaculares son prácticamente una obligación para con el espectador, así que estaríamos quejándonos de que hay demasiado pollo en este KFC si este carácter sobrecargado nos pareciera un verdadero motivo de queja.
Si no has visto un Transformes antes, o te descolgaste en la segunda, o simplemente te parece que las primeras no te daban ese toque Transformers que sí viviste de niño, ésta es tu película. Divertida, emocionante, muy agradable, tremendamente espectacular, y en algunos momentos, “más de lo que parece a simple vista”.
Lo mejor: Los dos Optimus. Siempre un placer. Y ese epílogo que nos deja bien claro que el Hasbro-Verse de verdad… ¡apenas está comenzando!
Lo peor: El ya mencionado tercer acto donde pasa demasiado de todo, demasiado a la vez, demasiado a todos, todo el rato. A veces menos es más.
Por Francis Díaz.
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