Crítica de "The Flash", una película divertida -aunque simplista-, para lucimiento de Michael Keaton
Por Redacción
Publicado el 09/06/2023
El nuevo título del universo DC que transcurre en el mítico multiverso comiquero
Por fin llega The Flash (Andy Muschietti, 2023) a nuestras pantallas, tras terminar su rodaje en Octubre de 2021, y sufrir innumerables retraso, en una de las épocas más convulsas del universo DC en cine, en que el futuro ha tardado en tomar forma y que ha afectado a los estrenos de DC de este curso.
Y llega con una enorme aura de gran evento comiquero-peliculero, y elevando el hype a lo largo de una de las fases de promoción más tardías en llegar, pero más concentradas, que hemos tenido en los últimos años. Durante los últimos meses la promesa se ha hecho más y más grande, y al fin podemos ver si el resultado está a la altura.
En primer lugar, debemos decir que estamos ante una película tremendamente divertida, cómoda para cualquier tipo de espectador, y que mantiene el interés durante todo el metraje, en que el drama está muy bien tratado, a través de un desarrollo del personaje mejor de lo esperable teniendo en cuenta que el Barry Allen de Ezra Miller fue concebido como un personaje chistoso con tendencia a situaciones ridículas, a diferencia de su contrapartida comiquera, un noble agente de la policía científica, serio y maduro. Contando con ello, y asumiendo que este Barry cinematográfico sigue siendo el que ya vimos en las Justice League (Zack Snyder, 2017/2021), vemos un viaje hacia la madurez y un trayecto que nos permite explorar su faceta (más bien “sus facetas”, ya que esta vez, tenemos a Barry por duplicado) más emocional y seria, lo cual se agradece mucho.
La presencia de Ben Affleck como Batman es bienvenida y más que digna, a pesar del diseño de vestuario al que le someten, ya que este título tiene el peor traje de Batman del actor, que había lucido atuendos mucho mejores en sus anteriores incursiones como el personaje. Pero es el segundo Batman de esta película multiversal, Michael Keaton -también luciendo un bat-traje de calidad inferior a sus anteriores apariciones como Batman- que hace uno de los mejores regresos del cine súper-heroico y nos demuestra que a sus años sigue siendo Batman.
La historia empieza con una mini aventura de lo que sería el día a día de la Liga de la Justicia, más luminosa, blanca, ligera, y más apegada al mundo de la animación que lo que nos habría brindado Zack Snyder. A partir de ahí, la trama, vagamente similar al cómic Flashpoint, está muy bien armada, bien desarrollada, e inteligentemente modificada para la pantalla, nutriéndose del pasado del propio universo cinematográfico DC a la hora de retratar líneas temporales alternativas, enriqueciendo así el universo creado estos diez años, y haciendo del viaje en el tiempo, elemento mitológico central de la peli, algo más estimulante para el espectador que conoce el punto del pasado que se verá modificado.
Si bien tanto en su planteamiento como en su desenlace peca de simplista -aunque no tanto como en la trama de las Cajas Madre de Justice League- la historia es consistente y sabe lo que está contando, cómo desarrollarlo, y cómo rematarlo.
Algunos personajes secundarios, empezando por Kara Zor-el/Supergirl (Sasha Calle), adolecen de exceso de simpleza en su presencia en la peli, llegando a parecer más cameos extendidos o meros instrumentos de la trama que verdaderos agentes dentro de la peli. Aunque no es ése el caso de Nora Allen (Maribel Verdú), un personaje diseñado más como McGuffin que como personaje con agencia, pero que deja más huella que la kryptoniana.
En cuanto a la envergadura de la cinta respecto a la continuidad, sabiendo que un reinicio de la marca es inminente, hay que decir que ese espíritu de continuidad no se palpa mucho en la cinta, y que esta funciona mejor como aventura auto-conclusiva, que como pieza de un puzzle a mayores, como muchas veces ocurre en las películas de la compañía competidora, en que la continuidad entre sus filmes es uno de sus assets más importantes. Si bien parece dejar ciertas migas de pan de cara a futuras situaciones, no son absorbentes para el profano ni serán satisfactorias para aquellos que las esperan.
Y llegamos al punto en que la cinta, al menos al parecer del que escribe, se resiente de manera más flagrante. Los efectos visuales digitales son terriblemente pobres. Ya tuvimos una Liga de la Justicia en que el tratamiento digital de la cara de Henry Cavill afectaba muy negativamente a la experiencia del espectador, pero aquí son más momentos, con menos justificación aparente en que los FX no son creíbles, o incluso impiden que la experiencia de visionado se desarrolle con normalidad. Llama la atención que una película con tanto tiempo para post-producción haya flaqueado tanto justo en ese apartado, en un momento de la historia del cine en que ya se hacen cosas increíbles. Si en Guardianes de la Galaxia Vol. 3 (James Gunn, 2023) tuvimos unos animales digitales que parecían totalmente reales, y en productos más modestos de este año, como Shazam! Fury Of The Gods (David F. Sandberg, 2023), vimos unos animales mitológicos de diez, o un dragón más que digno, pero The Flash parece suspender en ámbitos más que superados en los tiempos que corren.
Este detalle podría parecer menor, pero gran parte del planteamiento mitológico de la película depende de lo creíble que resulta a los ojos cuando esos elementos se manifiestan, y se corre el riesgo de que una falta de credibilidad visual expulse al espectador, o estimule su incredulidad.
En definitiva, The Flash es una película interesante, que puede decepcionar a los espectadores más hypeados que esperen un antes y un después en el cine súper-heroico, pero muy disfrutable si tan solo quieres ver una película del género entretenida.
Lo mejor: El Batman de Michael Keaton y Maribel Verdú.
Lo peor: Los VFX digitales, muy poco creíbles en algunos momentos en que deberías creerte lo que estás viendo, y el diseño de vestuario de los héroes, muy por debajo de lo que uno esperaría de una peli de este tipo.
Por Francis Díaz.
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