Crítica de "El Reino del Planeta de los Simios"
Por Redacción
Publicado el 08/05/2024
La franquicia regresa a lo grande al cine de la mano de Wes Ball
Después de la estupenda trilogía símica que nos trajeron Rupert Wyatt y Matt Reeves desde el año 2015, que nos daba una nueva perspectiva al origen del planeta de los simios, no tanto apegado a la novela de Pierre Boulle del mismo nombre, sino a la versión de 1968 de Franklin J. Shaffner protagonizada por Charlton Heston - en que planteaban que el propio planeta de los simios no era sino el futuro de la Tierra- nos llegaban nueva entrega ambientada muchos años después de la etapa de César, el simio protagonista de la anterior saga (fuertemente inspirado en el personaje del mismo nombre de la cuarta película de la saga original, en que también cuentan el origen de la civilización símica), para acercarnos cada vez más al momento en que los astronautas aterricen en un planeta Tierra que serán incapaces de reconocer.
En esta ocasión, la sociedad de los simios se ha desarrollado de manera mucho más sofisticada, dividida en clanes estancos en que cada clan tiene su propia cultura, y en el caso del clan en el que se desenvuelve el protagonista, funcionan de manera amablemente aislacionista y discreta. Todo cambiará cuando nuestro protagonista, ignorante de las aventuras del legendario César y desconocedor del pasado de los humanos como dueños y señores del planeta que él y su familia habitan como propio, deberá emprender una aventura odiséica en que desarrollará su camino del héroe, perderá la inocencia heredada de la cultura de noble salvaje de la que procede, madurará, y quizás, y sin hacer spoiler, puede que demuestre que al final del camino seguirá siendo igual de puro, o quizás su pérdida de la inocencia será casi irreversible.
Dicho así, cualquiera diría que ya conoce esa historia, no en vano, es el esquema que Homero ya cristalizó en su época, y ha sido replicado mil veces, pero lo cierto es que ese planteamiento es el caldo de cultivo perfecto para poder desarrollar una historia tan emocional como la anterior trilogía, pero a la vez, mucho más épica, mucho más espectacular, y mucho más atractiva en lo visual.
La civilización símica ha adquirido imagen propia, distinta entre tribus, pero muy interesante de ver, y eso le da un punto de personalidad visual menos apreciable en las anteriores. A esto se le añaden los homenajes a la película original, de 1968, empezando por algunos acordes de la banda sonora de Jerry Goldsmith para aquel gran clásico, y unos cuantos detalles visuales y narrativos más en los últimos actos.
Los seres humanos se han ido asilvestrado muy en la línea de la peli original, como ya vimos en la tercera entrega de la saga de César, pero descubriremos que no todo es tan sencillo, y eso da pie a uno de los detalles más interesantes de la película: Si bien en la saga de César la bondad, nobleza, y pureza de su personalidad le convertían automáticamente en el bueno, y a pesar de algunos seres humanos bondadosos, los intereses colectivos de la humanidad eran generalmente hostiles, en esta peli descubriremos a simios y humanos abocándose a una colisión inevitable, pero en que ambos bandos son igualmente legítimos.
Simios con su derecho a construir y hacer prosperar su civilización, y seres humanos intentando reconstruir y retomar su presencia en el planeta como la tuvieron en su día, ambos bandos ejerciendo, de buena fe, un derecho que consideran honestamente propio. Ninguno de los bandos será el malo, y el espectador podrá empatizar con ambos, pero sin perspectivas de una convivencia armónica en el futuro.
Este detalle, que le añade más profundidad y mayor tridimensionalidad a los elementos de la historia, quizás sea lo más reseñable en una peli que ya de por sí tiene mucho que ofrecer.
El factor visual es sencillamente sublime, los actores y personajes digitales son una maravilla, y, en conjunto, la entera experiencia, si bien no muy corta (¿recordáis cuando las pelis duraban una hora y media? Qué tiempos…), deja muy buen sabor de boca. El universo de El Planeta De Los Simios sigue teniendo mucho que contar, y esta película es una buena muestra de ello. ¡Deseando ver más!
Por Francis Díaz.
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