Un joven es atacado en el bosque por un cíngaro, que en realidad es un hombre lobo que le contagia su maldición al morderle. El círculo se estrecha demasiado en torno a él. Ni la mujer por quien late su corazón le corresponde, ni su padre le entiende al ver arrastrar su cuerpo como un alma en pena por la casam ni va a ser capaz de conciliar el sueño en las noches de luna llena porque el hambre despertará su apetito voraz, insaciable. Ante todas ellas el premonitorio bastón con mango de plata de su padre, es el único arma efectiva para poder matarle en cuanto llegue la ocasión.
"Incluso un hombre puro de corazón que reza sus plegarias todas las noches puede convertirse en lobo cuando el lobo aúlla y brilla la luna en otoño". Gwen Conliffe –Evelyn Ankers-