Inglaterra, siglo XIX. La señorita Giddens llega como gobernanta a la sombría mansión inglesa para cuidar a Flora y Miles, los dos hijos de los ricos dueños. Aparentemente, los niños son muy majos, pero la gobernanta empieza a sentir que hay algo malsano detrás de sus permanentes sonrisas. Tras varias muestras perturbadoras de los impulsos demoníacos de los niños, la señorita Giddens empieza a pensar que los niños están poseídos por espíritus malignos -¿o todo lo que ocurre es sólo el producto de la imaginación de la señorita Giddens?